La Paz, Baja California Sur.- Al dar inicio de la jornada de oración por La Paz, el obispo Miguel Ángel Díaz afirmó que la ciudadanía es víctima de los delincuentes y de los gobiernos actuales.

Durante la misa dominical, desde la catedral de nuestra señora de La Paz, el obispo de La Paz que las personas no son estadística, que tienen rostro,  nombres y gente que las ama, que las extraña, que les llora y que no podemos ser tan insensible y acostumbrarnos a la cultura de la muerte.

Señaló que el país está manchado de sangre y que ante la situación de violencia, ejecuciones, feminicidios, homicidios, abortos, secuestros y cobro de piso, la iglesia levanta la voz y se une en oración.

Mencionó que ya había una situación difícil, trágica, preocupante que demandaba acciones, pero el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en la sierra tarahumara es lo que motivó el deseo de mover al pueblo y llamarlo a no quedarse cruzado de brazos.

Dijo que se habló con los responsables de la seguridad, pero ellos aseguran que todo está bien y no ven el país salpicado de sangre.

En este contexto, subrayó que la gente es víctima de la delincuencia, pero también por la omisión de las autoridades y esto, es la principal forma de complicidad y corrupción.

Externó que los afectados también son víctimas de la indiferencia e insensibilidad de la gente.