El nacionalismo mexicano continúa siendo el lazo fundamental que nos une y a partir del cual debemos insertarnos en la vida internacional.
Muy buenos días estimable lector gracias, muchas gracias por continuar leyendo su Diario “El Independiente”.
Inicio esta columna comentando a Usted: nuestro nacionalismo tiene su origen en las luchas sociales, de ahí nace la defensa de la soberanía, la exigencia del respeto a la libre determinación de los pueblos y la solución pacifica de las controversias. Somos herederos de largas luchas sociales, la Revolución Mexicana nos otorgó identidad y conciencia de nuestras posibilidades como País. Creemos en la igualdad y en la libertad en la democracia y la soberanía, en la justicia social, como fines de nuestra Nación.
El nacionalismo mexicano continua siendo el lazo fundamental que nos une y a partir del cual debemos insertarnos en la vida internacional, la identidad cultural es un bien que debemos preservar y fomentar. México ha definido su soberanía y ganado el respeto de la comunidad internacional, con fundamento en sus principios constitucionales de política exterior.
Nuestra incorporación a la globalización, en procesos de integración económica política y cultural, deben traducirse en beneficios para los mexicanos. La política migratoria debe tener como tarea prioritaria la promoción de nuevos instrumentos de protección jurídica, reducir la adopción de políticas unilaterales y asegurar el respeto de los derechos de nuestros hermanos mexicanos en el extranjero. En este sentido la mejor forma de contribuir a la calidad de vida de los migrantes es garantizar condiciones dignas y de desarrollo para que puedan permanecer en sus comunidades.
Hoy nuestro nacionalismo es de carácter cultural abierto, pacifista, armónico, no busca dar pie a hegemonía política, no pretende ni avala la ampliación territorial en detrimento o beneficio de nadie, ni intenta imponerse a otras culturas. La soberanía es uno de los principios constitucionales de mayor valor para todos los mexicanos. Hemos aprendido a través de nuestras luchas históricas por la independencia y la autodeterminación, que solo a partir de ellas la Nación existe y se define su destino; con nuestra soberanía decimos la forma de inter-relacionarnos y adquirimos la capacidad para hacer respetar nuestras determinaciones.
Tenemos condiciones favorables para ubicarnos con ventajas en el contexto mundial; poseemos talento para ser competitivos; tenemos importantes recursos naturales estratégicos. La ubicación geográfica de México exige dar continuidad a una política exterior sustentada en los criterios establecidos en la Constitución, mucho podemos hacer en esta expectativa si unimos nuestra energía individual y social.
En la defensa dela soberanía, los intercambios con los demás países no deben provocar dependencia, sino convertirse en aspectos que fortalezcan la economía, a fin de que esta genere las oportunidades que reclama México, anteponiendo los intereses de la sociedad a los del mercado. A la soberanía es inherente la obligación de resguardar en todo momento la seguridad nacional en un marco de respeto al derecho internacional qué garantice la igualdad jurídica de las naciones, tiene que declararse que la soberanía es negociable y que no se tiene que ceder en nada a cambio de falsas ventajas o presuntos privilegios.
Concluyo: en la globalización se tiene que rechazar las tesis que sostienen que la apertura indiscriminada de frontera y privatización de las empresas estatales, son necesariamente garantía de eficiencia y crecimiento.