El Jardín de Ely y Cuando los amigos se fueron, fin de semana de nostalgia. Conversaciones con el diablo.
La vi hace más de cuarenta años. Es la casa de la Victoria 872 y me enamoré de ella. Un clickazo a la primera vista. Tenía un jardín extenso.
Un riachuelo corría entre plantas y árboles. Había naranjitas. Y aguacates. Y unas toronjas gigantes. Al centro tres majestuosos mangos de diferentes especies: patacón, manzana y de Bocaditos. Frente a Calle había un árbol de la India gigantesco. La casa vieja, principio de siglo XX. Y con un tesoro en un cuarto. Esa es otra historia.
Desde ya me decidí que sería mía. Amor perro. Y Terco.
Mi hermano David de La Paz quien me la mostró para que yo la rentara más adelante y me ganara unos centavos se sorprendió cuando le dije" La compro" ¿Cómo? Sí, quiero que sea mía. ¿Cuánto? Me dio la cifra Hasta para imaginar la cantidad se me hacía pesado. Tanto. Y si la quieres te doy una semana para que la pagues. Y sentencia: ocho días no más. Y a mover mis patitas. Revolví el cielo, mar y tierra. Malbaraté mis escasos bienes.
Mi hermosa Panel, mis pistolas, rifles, relojes, cámaras. Todo. Y ni al diez por ciento llegaba. Negocie dar a cuenta mi casita donde vivíamos. ! Sale! Dijo David. Y así llegue al ochenta por ciento. Faltaba el fatídico resto. No podía. Sablee a mis familiares. Parece que hasta a mi mamá le pedí. Y faltaba. Antes de cerrar el plazo. Ya deprimido, triste y muy frustrado llegue a tomarme una cerveza con mi segundo padre Serafín García. ¿Que traes? Y le cuento. Cuando pague la caguama me extiende un fajo rechoncho de dólares. "Ten. Y cuando puedas, los quiero de vuelta igual. Verdes. Y así se hizo la machaca. Tuve mi casa. Al tiempo le pague.
El destino hizo de las suyas y el cambio climático, plagas, descuido y mi actitud errónea de arquitecto, diseñador y jardinero, fueron acabando con mi edén. No estuvo bien la cancelación del arroyuelo, tampoco una loza de concreto que le puse. Ni tampoco fue buena la plaga que acabó con mi árbol de la India. Y fue un error en los noventa contratar a una experta en jardines que le dio en toda la maceta a mi paraíso.
Le di uso a mi casa. Cientos y cientos de francachelas. Tragos, bailes, comelitonas, excesos pantagruélicos. Y rodeado de mis " amigos" Un día estos desaparecieron cuando anuncié que " Ya no tomaría más" Salieron despavorido a la búsqueda de otras cantinas. Me quede solo. Y hasta hoy sobrio.
Y ayer volví al Jardín de mi casa. Lo recorrí de punta a punta. Me quede maravillado lo que hizo Ely en este tiempo de reconstrucción de nuestro hogar. Plantas, árboles, flores por doquier. Buen diseño. Sobreviven del viejo tiempo mis palmas milenarias. Y el mango petacon. Esta en producción ¿Gustan?
Pero sobrevivió también el paso y jugueteó de mis hijos, sus fiestas de cumples, sus reuniones, su crecimiento. Sus vidas que las disfruto con amor.
Queda también el acento de amistad de mis afectos y escasos pero suficientes amigos.
Es mi Jardín. En una casa que desde su heroica compra se la escriture a Ely. Y lo hice con mucha voluntad y al cien por ciento. Notariado, obvio. Procurando desde entonces que fuera su principal patrimonio. Cuando yo concluya mis vacaciones terrestres. Y viaje a otro destino turístico.
Están en este hermoso Jardín mis recuerdos. Esos momentos de soledad, de dolor. De tristezas, de impunidad. Y sobre todo están los ecos de mis oraciones pidiendo al amo de todas las vidas y todas las cosas. Un mejor mañana¿ Llegará?
Mil gracias: La Estancia del Escritor Leonardo Reyes Silva, agradece al alcalde Oscar Leggs Castro por su apoyo y solidaridad para su funcionamiento a favor de la difusión de la cultura y apoyo al segmento de la tercera edad. Su respaldo con hechos, es un aliciente. Y es digno de agradecer. El gobierno humano, por delante...Triple regalo: Hay regalos a regalos. Todos se reciben con el corazón. Y se da el agradecimiento eterno.
Yo he recibido regalos, de diferentes tipos. Desde el amor sin límites, cosas fabulosas, detalles que me llegan. Ayer por la mañana recibí un regalo que me estrujo el alma de la emoción. Mi hermano David Ramírez me obsequió un libro. Uno de los iconos de BCS escrito por el hombre ilustre don Pablo L. Martínez. Lo hermoso es que trae su dedicatoria y como si fuera poco, está fechado en mi pueblo La Toba. Mil gracias...Y con esto nos despedimos. No olviden: hagan el bien y sean felices