La reaparición de la exalcaldesa de La Paz y ex diputada federal, Esthela Ponce Beltrán, en el escenario público sudcaliforniano, deja en claro que no importaron mucho las denuncias interpuestas en su contra por el presunto desvío de mil 400 millones de pesos de dinero público del ayuntamiento paceño o que de plano ya existió una negociación con algún tipo de autoridad.

Esthela Ponce aparece prácticamente por primera vez luego de un largo periodo ausente del escenario público.

¿A qué vino a la entidad?

¿A demostrar poderío, cinismo, impunidad?, ¿acaso la ahora ex diputada federal plurinominal vino más de un año después de las elecciones a demostrar que en efecto cuenta con algo del cuestionado fuero político (no el constitucional)?

Vaya, ni siquiera una mínima aclaración hemos recibido como sociedad por parte de la exlegisladora y sus cercanos colaboradores que en su momento tuvieron sendas denuncias tanto en la Procuraduría de Justicia del Estado como en la Procuraduría General de la República.

¿Entonces de qué se trata?

¿Acaso sólo se trata revivir su presencia, medir la reacción de la ciudadanía que a veces parece no tener memoria?

Desgraciadamente para los poncistas y ahora expriistas todo esto afecta severamente su imagen, aunque, a decir verdad, en política la recomposición también es posible, aunque en ocasiones cueste mucho

¿Entonces todo está perdonado?

¿Borrón y cuenta nueva?

¿Habrá acaso una nueva clase de políticos camuflajeados en el color político de moda?

¿Y los principios e ideales?

Obviamente son este tipo de acciones que abonan a la desconfianza social que luego repercuten en los procesos electorales.

Por supuesto aún falta tiempo para las decisiones sobre el proceso electoral del 2024.

¿será acaso que por ese tema reapareció Esthela Ponce?

Ya veremos.

Y Veremos también el nivel de blindaje político con que ahora cuenta la que en su momento también fue aspirante a la candidatura del PRI a la gubernatura.