Muy buenos días estimable lector, gracias, muchas gracias por continuar prefiriendo nuestro Diario El Independiente.

Inicio esta columna comentando a Usted, el próximo día 7 de Junio, día de la libertad de prensa, adquiere una significación más alta con tanto más auténtico es el dialogo ciudadano, bastante responsable el ejercicio ce la opinión y más vivo el funcionamiento de una democracia.

Resulta particularmente satisfactorio para mi colaborar como columnista es este su Diario El Independiente, donde me encuentro a un grupo numeroso de periodistas con distintas edades e ideologías, quienes tengo el privilegio muy frecuente de compartir temas de gran relevancia, además reconocen y admiten que sin comunicación veraz, el régimen representativo es una ficción, ya que los órganos informativos son los vehículos por los que el pueblo conoce y juzga todo género de actividades; por ello los gobiernos Federales, Estatales y Municipales tendrán que reconocer con gratitud la atencion esmerada que la prensa ha concedido a los actos de sus administraciones. Vaya mi testimonio de afecto para quienes en el ámbito de pequeñas y mediana ciudades, si bien disfrutan de una mayor influencia relativa, arrastran con frecuencia mayores dificultades en el desempeño de sus tareas, y para mis compañeros periodistas fallecidos Descansen en Paz y Dios los siga bendiciendo.

Ahora bien: al comprobar la libertad de que gozamos constitucionalmente ¿no es oportuno que los dirigentes del periodismo mexicano nos preguntemos en el ejercicio de la más sincera auto critica, si nuestra responsabilidad esta siempre a la altura de nuestra libertad?

¿Hasta qué punto estamos los periodista haciendo el honor a la herencia de aquellos que, en la lucha centurial por la emancipación de México, sufrieron prisión y destierro, otros perdieron la vida por hacer del periodismo una noble Profesión de servicio a la Patria, a la verdad y a la justicia?

¿En qué medida al convertirse el Periodismo en una industria, ha seguido fiel a la misión que en años pasados lo hiciera digno de la confianza y el respeto del pueblo?

La misión del periodismo mexicano es en estas condiciones, particularmente delicada. No debe únicamente informar; no debe solo criticar; debe además, y fundamentalmente orientar una correcta información. Que la información sea completa y veraz; que la crítica sea sensata y objetiva; así se hará un buen periodismo y la opinión pública se orientara con él. El periodismo como crítico, debe ser constructivo, porque criticar algo que está mal equivale a poner las bases para construir algo mejor, la diferencia que hoy advertimos, que todo se conozca, todo se difunda, los defectos no se ocultan; ahora se dicen a los cuatro vientos, hay pues un aliento de esperanza en medio de las tinieblas.

Concluyo: El País es conducido por una clara inteligencia, implícitamente informada; por una mano firme, serena e infatigable. Tenemos un ejemplo limpio, una coordinación provechosa. El destino de la colectividad es nuestro destino y nuestra responsabilidad común indeclinable.