No denostar con rigidez a quienes cruzan los linderos de la tercera edad, me quedó el saco. Conversaciones con el diablo.
No denostar a Porfirio Muñoz Ledo, por sus acusaciones temerarias al presidente Andrés Manuel López Obrador. En ellas lo señaló como pactante con el narcotráfico.
No. Ni tampoco hacer chunga del contraataque donde se le tildó de viejo, decrépito y boca suelta.
La verdad que este asunto va más allá. Y en lugar de abastecernos de morbo, nos invita a realizar un ejercicio de reflexión. Y después ya cada uno de nosotros ubicarnos en una realidad en la que decidamos a quien darle la razón. A Porfirio o al presidente con su Cuarta Transformación.
Tenemos que recordar que Muñoz Ledo no es cualquier ciudadano. Es nada más ni nada menos, viejo y todos los epitetos que le quieran endilgar, uno de los intelectuales más lúcidos de la izquierda mexicana. Impulsor original, leal y aguerrido del lopezobradorismo.
Sus dichos se quiera o no deben no solo respetarse, sino de atenderse.
Si estuviéramos en otro país, esas contundentes palabras serían llevadas a los tribunales de la justicia, investigando y sancionado. O de lo contrario descalificando al acusador si se comprobara que sean falacias.
Pero como estamos en este mágico país de no pasa nada, solo queda observar las decenas de acusaciones contra Porfirio el valiente, el que discrepa de su amigo, el que tiene el valor de hablar lo que millones nos guardamos en nuestro pecho adolorido.
Conozco de cerca a Porfirio y en diferentes momentos de mi vida fui testigo de sus acciones. E inclusive fui merecedor de esos arrebatos verbales cuando fui director de un medio local. Sé quién es, lo que representa y sus alcances.
Por ello me queda el saco cuando lo señalan de viejo loco, y de tantas cosas. Somos casi de la misma edad. Me llega porque pertenecemos a un segmento social que no es precisamente el más privilegiado por la sociedad.
A los achaques, a los maltratos familiares, a los latigazos del tiempo, de las crisis económicas tenemos que añadirle el pitorreo de todos.
A Porfirio como a todos de esa edad debemos de escucharlos. La sabiduría, la sensatez y la prudencia anidan siempre en mentes brillantes, sopesadas. Y con vasta preparación.
Un diez se anotó Arsac, que dirige su gran dirigente Pedro Mazón Benítez. El homenaje a los periodistas idos en todas las épocas y actuales estuvo al pie y altura de los compañeros ausentes.
La organización fue de diez. Pletórica de solemnidad y de compañeros que como una familia bien integrada nos dimos cita ahí, como todos los años para evocar a los nuestros y a nosotros mismos.
Me senté frente al egregio monumento impulsado por el amigo Bernardo Maldonado. Y de ahí empecé a leer nombre por nombre y fui recordando toda mi vida. Hasta el último fallecido, todos fueron mis amigos, colegas, maestros y hermanos.
Emoción al mil. Pocos eventos como estos se viven ahora. En tiempos tan difíciles. El vivir esta experiencia que es una exaltación a la memoria, es un privilegio.
Mil gracias organizadores. Me fascina que la inclusión esté presente en estos actos. Y destacó la presencia de familias que son el corazón sangrando de nuestros periodistas dormidos.
Con un enérgico llamado a ejercer un periodismo abierto y crítico, veraz y oportuno del quehacer del XIV Ayuntamiento de Los Cabos, el presidente municipal Oscar Leggs Castro, conmemoró el 07 de junio “Día de la Libertad de Expresión”, montando guardias de honor frente a los bustos de las personas cabeñas ilustres en la plaza pública Tte. José Antonio Mijares de San José del Cabo.
En compañía de la directora municipal de Comunicación Social Alejandrina Estrada Obregón, así como del director general del Oomsapas Ismael Rodríguez Piña, del director general de Seguridad Públicacapitán Russel Rodas Moreno, de la directora de Relaciones Públicas Irlanda Fisher Martinez y del cronista municipal Gabriel Fonseca Verdugo, el munícipe cabeño aseguró: “el pulso de la ciudadanía son los periodistas y más allá de los compromisos que se puedan tener, siempre hay que hablar con la verdad”, dirigiéndose a las y los periodistas presentes.
Por su parte, Alejandra Estrada Obregón felicitó a quienes todos los días ejercen la labor de informar de manera profesional a la población, así como fotógrafos, camarógrafos y a todo el equipo de trabajo de la Dirección Municipal de Comunicación Social que hace posible dar a conocer las acciones de la Administración pública municipal: “este día no me queda más que felicitarlos y exhortarlos a que continúen llevando a cabo esa libertad de expresión con un sentido de responsabilidad con la sociedad”, agregó…Tropezón Me caigo pero resurjo. Dijo. El emérito e ilustre Jesús Castro Agundez.
Hoy lo imité al darme un costalazo de santo y señor mío. Me despatole. Y me dio vergüenza. Pero gracias a Dios no me afecte más de lo debido. Lo comento porque arranque sonora carcajada de Ely. Me dijo “Ahí está tu regalo del día del periodista.” Bienvenido dije refunfuñando. Así es la vida de caídas y levantones. Doy gracias a Dios que con apoyo de un joven amable, servicial, me puse otra vez de pie. Y a seguir con los festejos. El que resuella, goza…La más alta tribuna de mi pueblo me certificó. Me dio mi medalla de honor. La vida lo hizo como padre. Y los sufrimientos con mi gente, me hizo ciudadano. Soy feliz…Y con esto nos despedimos no olviden: hagan el bien y sean felices.