La alcaldesa Milena Quiroga políticamente cada día más sola. Se complican posibilidades de disputar la Senaduría. Diferencias con el cabildo e ínfimo nivel de colabores afectan labor del ayuntamiento paceño. Entre ocurrencias y berrinches la presidenta municipal paceña no entiende porque sus disposiciones no funcionan.
A seis meses de iniciada la actual administración municipal en La Paz está claro que aún no se encuentra en el punto de equilibrio que perfile al ayuntamiento a suponer que las metas y objetivos son factibles de alcanzar. De hecho, parecen estar cada día más lejanas.
Obviamente las metas que fueron expresadas durante el proceso de campaña electoral tienen que ver principalmente con la atención a los servicios públicos básicos como la seguridad pública, limpieza, alumbrado público y por supuesto la suficiente distribución de agua potable a todos los sectores de la población y hasta de movilidad.
Pero lejos de lograr estos objetivos el ayuntamiento de La Paz, que encabeza la alcaldesa Milena Quiroga Romero, no encuentra el punto de equilibrio en su labor que se ha frustrado por una evidente y grotesca actitud de soberbia y autosuficiencia que le ha hecho perder mucho tiempo.
Apenas al llegar a la mitad del primer año de mandato, la alcaldesa ya sufrió la renuncia de funcionarios que no han soportado el trato altanero de una presidenta municipal que no se ha despojado del ego de que se le vea más como alcaldesa que como “jefa”.
Ignorante de muchas de las labores administrativas del ayuntamiento, la también aspirante a ser abanderada de Morena al Senado en el proceso del 2024, aún no ha podido conformar una acción contundente como ayuntamiento de la capital.
Con un equipo mediocre lleno de limitaciones profesionales, que cuenta con perfiles discordes a las áreas que encabezan y con una sordera a todo aquello que le sugiera hacer las cosas de otra manera, la labor municipal, va dando tumbos.
Entre ocurrencias y berrinches Milena Quiroga no entiende porque sus disposiciones no funcionan.
Lejos de la realidad, pero que encajan en una visión irreal y hasta fantasiosa de la capital sudcaliforniana Quiroga Romero aún sigue sin salir del hoyo administrativo en el que se encuentra y que amenaza seriamente con afectarle de manera definitiva en sus aspiraciones políticas.
Con agudos problemas en su relación también con su Cabildo, la presidenta municipal paceña no ha podido lograr un trabajo armonioso justamente entre los regidores y su gabinete principal y los nulos resultados hacia la comunidad que cada día manifiesta mayor decepción de una autoridad municipal que ofreció atender toda esa problemática que aún se viva en La Paz.
Esto ha llevado a Milena Quiroga verse cada día más sola, desamparada políticamente precisamente porque resulta muy difícil que atienda sugerencias o asesorías que no se ajustan a sus limitadas pretensiones.
Obviamente la alcaldesa paceña tendrá que tomar cartas en los diversos asuntos sin resolver que aún se observan en el ayuntamiento paceño antes de que quede más solitaria de lo que ahora está y su partido Morena considere necesario pensar en mejores opciones que garanticen por lo menos mayor competitividad electoral en el próximo proceso del 2024.
Es claro que de seguir este lamentable ritmo en la labor de la alcaldesa paceña, resultará muy difícil, construir posibilidades de participar competitivamente por la senaduría en las próximas elecciones.
Lo que es aún peor, de seguir así, incluso Morena pondría en riesgo de perder el propio ayuntamiento de La Paz, lo cual por supuesto es un lujo que ningún partido se puede dar.
¿No le parece así amable lector?