Fueron 680 kilómetros desde Guerrero Negro hasta La Paz, para agradecer a San Charbel y Virgen de Guadalupe, por sanación de un infante desahuciado por los médicos.
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La Paz, Baja California Sur.- Movido por la fe y esperanza, agradecido con Dios, la Virgen de Guadalupe y San Carbel, un hombre, tan mortal como cualquiera, caminó, acompañado de un amigo, casi 700 kilómetros desde Guerrero Negro hasta la ciudad de La Paz, para agradecer a las divinidades, la sanación de su hijo que tras enfrentar una grave enfermedad, había sido desahuciado por los médicos, pero su fe lo devolvió a la vida y no sólo recuperó su salud, sino que, acompañado del resto de la familia, a su padre y al amigo, en su travesía por brechas, montes, sierra, poblados y carreteras desde la capital mundial de la sal, hasta la capital sudcaliforniana.
Esdrulfo y Carlos, salieron a las 09:00 horas del 16 de abril de Guerrero Negro, cruzaron 680 kilómetros de sierra, brechas, carreteras y poblados para cumplir una manda ofrecida que, por la sanación de su hijo que, en el 2018, a sus cuatro años fue diagnosticado con encefalitis por herpes tipo 1, donde los médicos le manifestaban que sólo esperaban el deceso del menor, pues no creyeron que se recuperara.
Arnulfo ofreció a las divinidades una caminata desde Guerrero Negro hasta La Paz, si su hijo sanaba. El milagro ocurrió en diciembre del 2019, cinco meses después del fatal diagnóstico médico. Entonces no pudo cumplir la manda por las condiciones económicas y después por la pandemia.
Tres años después, con su hijo ya de siete años y tras comentarle a su amigo Carlos de la manda éste le acompañó porque también tenía una deuda similar, y así, dos iniciaron la travesía por brechas, carreteras y poblados, acompañados en vehículos por sus familias y recibiendo en su trayecto el apoyo de pobladores de cada zona que cruzaban, de conductores o de gente que se cruzaba y sabía de sus motivos.
Y así, tras 17 días de camino, con la fe inquebrantable por el milagro concedido, Arnulfo y Carlos, cumplieron la manda, arribando a la ciudad de La Paz, a la capilla de Las Madres Adoratrices, también al santuario Guadalupano, donde, junto con el menor en tratamiento pero en recuperación, agradecieron a Dios, a la Virgen de Guadalupe y San Charbel, las fuerzas brindadas para cumplir la manda, así como a la familia y todos aquellos ciudadanos que, conociendo su causa, les brindaron, de alguna manera, su apoyo para cumplir su agradecimiento por la salud del menor.