• El presupuesto que recibió Conanp en cuatro años no alcanza para la inversión planteada para el proyecto
Bajo la consigna de “Yo prefiero
el lago”, el martes pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió el
decreto por el que se declaró al Lago de Texcoco como un área natural
protegida, enterrando definitivamente el proyecto del aeropuerto internacional
que se pretendía construir en ese sitio.
La secretaria de Medio Ambiente,
María Luisa Albores, celebró la decisión de su jefe anunciando que era un
“regalo para todas las mexicanas y los mexicanos”, en tanto que el arquitecto
Iñaki Echeverría, encargado del plan del parque ecológico a construir en el
sitio, habló con optimismo de una inversión de cuatro mil 566 millones de pesos
de aquí a 2024 para su recuperación.
Costó 3 veces más cancelar el
NAICM
En medio del anuncio, ninguno de
los funcionarios cayó en cuenta de que ni juntando todo el presupuesto destinado
en los últimos cuatro años al cuidado y conservación de las 183 áreas
protegidas que ya existían podrían financiar tal “regalo”. Aún si destinaran
todo ese dinero a Texcoco, les faltarían mil 100 millones para cumplir su
promesa.
Contrario al anuncio ecologista
del martes, desde la llegada de la Cuatroté el presupuesto asignado a la
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) ha caído.
Mientras que durante la
administración de Enrique Peña Nieto el presupuesto aprobado para la Conanp
superaba los mil millones de pesos anuales, desde el primer año de gobierno del
presidente Andrés Manuel López Obrador el recurso bajó a menos de 900 millones
de pesos anuales.
En 2019 el presupuesto para la
protección de las áreas naturales del país fue de 843.5 millones de pesos. Un
año después fue de 869.5 millones, en 2021 fue de 866.4 millones y para este
año se consideraron 887.3 millones. Sumado el gasto de cuatro años de la
Cuatroté, las 183 áreas protegidas que había antes de agregar el Lago de
Texcoco han recibido tres mil 466.8 millones de pesos.
Las áreas naturales protegidas
son zonas dentro del territorio nacional y aquéllas sobre las que la nación
ejerce su soberanía y jurisdicción, en donde los ambientes originales no han
sido significativamente alterados por la actividad del ser humano o que
requieren ser preservadas y restauradas, según el artículo tercero, fracción
II, de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente.
Hasta antes de que iniciara la
administración lopezobradorista en México había 182 polígonos considerados bajo
esta figura, abarcando 90 millones 831 mil hectáreas de las más de 511 millones
de hectáreas de la superficie nacional: 69 millones 458 mil hectáreas
correspondían a superficie marina protegida y 21 millones 372 mil a terrestre.
Además, había 351 áreas destinadas voluntariamente a la conservación.
Durante el gobierno actual se han
agregado dos más. La primera fue la Sierra de San Miguelito, una extensión de
111 mil 160 hectáreas ubicada en San Luis Potosí, por decreto presidencial del
13 de diciembre de 2021. Su inclusión en este listado no estuvo exenta de
polémica ya que el Gobierno federal emitió y sostuvo durante seis meses un
oficio que ordenaba dejar fuera de la protección ambiental a mil 805 hectáreas en
las que empresarios habían proyectado construir un desarrollo inmobiliario de
gran lujo.
La investigación del periodista
Julio Hernández López, mejor conocido como Julio Astillero, fue decisiva para
que el Gobierno reconociera su error y diera marcha atrás a su oficio.
Y, finalmente, la semana pasada
López Obrador ordenó que el Lago de Texcoco se convirtiera en el área protegida
número 184.
“Hoy 22 de marzo es el Día
Mundial del Agua y este es un regalo para todas las mexicanas y los mexicanos.
Estamos hablando del vaso regulador más importante del Valle de Texcoco. Es una
superficie total de 14 mil hectáreas”, detalló María Luisa Albores en la
conferencia mañanera del martes.
INVIERTEN 9 PESOS POR HECTÁREA
La Conanp es la responsable de la
protección y conservación de las áreas naturales protegidas en México, sin
embargo, cada vez opera con menos recursos frente a la extensión que debe
cuidar, según un estudio de la Auditoría Superior de la Federación (ASF)
publicado en febrero pasado.
El informe 1520-DS titulado
“Evaluación sobre la Protección y Conservación de Áreas Protegidas Naturales”
indica que “considerando el presupuesto ejercido por la Conanp y la superficie
de las Áreas Naturales Protegidas, se calculó que, de 2015 a 2020, se registró
un descenso de 84.8 por ciento en el gasto por hectárea, al pasar de 61.3 a 9.3
pesos por hectárea”.
Y advierte: “de seguir un
retroceso en la asignación presupuestaria para el desarrollo de actividades
destinadas al manejo y administración de las ANP se puede poner en riesgo la
preservación y conservación de las áreas y sus ecosistemas, y el de garantizar
el derecho a un medio ambiente sano”.
El documento agrega que durante
el periodo 2015-2020, 85.2 por ciento del presupuesto ejercido por la Conanp se
destinó a gasto corriente, principalmente al pago de remuneraciones al personal
que labora en las unidades administrativas de la entidad y para otorgar
subsidios para promover y fomentar las acciones de conservación y protección de
los ecosistemas en las áreas protegidas del país. El resto de los recursos
(14.8 por ciento) se dirigió a gasto de inversión.
Las áreas naturales protegidas en
México se clasifican en seis categorías. De las 184 que actualmente hay, 67 se
clasifican como parques nacionales, 44 como reservas de la biósfera, 41 como de
áreas de protección de flora y fauna, 18 como santuarios, cinco como monumentos
naturales y nueve como áreas de protección de recursos naturales. Es en esta
categoría donde entra el Lago de Texcoco.
De acuerdo con la Ley General de
Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, un área de protección de
recursos naturales es un polígono destinado a la preservación y protección del
suelo, las cuencas hidrográficas, las aguas y, en general, los recursos
naturales localizados en terrenos forestales de aptitud preferentemente
forestal.