El sujeto armado dijo a los medios de comunicación que tenían dos minutos para irse de la funeraria donde se velaba al periodista asesinado en Zitácuaro, Michoacán.
En la sala funeraria donde velaban los restos del periodista Armando Linares López se respiraba un ambiente de mucha tensión y miedo. Durante la mañana, el féretro estuvo acompañado sólo por familiares y amigos muy cercanos. Más tarde, se sumaron otros amigos del finado periodista; la familia se sintió acompañada por habitantes de comunidades cercanas a Zitácuaro.
Armando era padre de una mujer y dos hombres; tenía un nieto pequeñito. Su viuda, prefirió no hablar: “No quiere mi hija que hablé, porque pues es que estamos muy dolidos; y como le dije no quiero comprometerme”, dijo en breve entrevista con Excélsior.
La escena del crimen, una vivienda evidentemente austera, es vigilada por policías. En la funeraria no hubo vigilancia policiaca hasta las 14:00 horas de este miércoles; ante la ausencia policiaca, un individuo armado amenazó a periodistas para que ya no documentarán las exequias de Armando.
Armando y con aliento alcohólico, durante 30 minutos acechó a periodistas que asistieron al velorio.
Inesperadamente, el sujeto se alejó de los periodistas, pero regresó armado momentos después:
—¿Todos ustedes son prensa?
—Sí.
— Tienen dos minutos para irse a la chingada; ahorita les estoy hablando por las buenas; si no se van, van a valer v…”.
La amenaza fue directa contra reporteros de Milenio y Excélsior, quienes previamente habían platicado con la viuda; ella, al final prefirió no conceder entrevista, ante las cámaras. La amenaza también fue escuchada por representantes de agencias noticiosas internacionales.
Protesta
Con cartulinas y consignas de justicia, reporteros michoacanos marcharon por las calles de Morelia como protesta por el asesinato de Armando Linares López.
Después se dirigieron al Congreso del Estado, a donde irrumpieron para pedir un alto a las agresiones contra periodistas.