San José del Cabo, Baja California Sur. Ha pasado poco más de una semana luego de que un incendio ocurrido en los palmares de la comunidad de Santiago acabara con el patrimonio de al menos 20 familias y dejando daños a más de 40 hectáreas en dicha zona. Las familias, se han visto obligadas a iniciar de cero en algunos casos y avanzar hacia la construcción y recuperación de lo que perdieron, aunque no olvidan el día de la tragedia.

"Por una parte, es triste porque se perdió la casita antigua... desgraciadamente se acabó todo, es muy triste y recordarlo más, lo vivimos y no pudimos apagarlo con el chorrito de agua que estaba saliendo, se acabó el agua, no pudimos hacer nada y fue muy rápido", así lo narró Solia Urias, sobrina de Luis Mendoza Mejia, un adulto de 93 años que ya no escucha y fue rescatado por ella y su hijo en medio del incendio.

Contó para Diario El Independiente que la casita del señor Luis pertenecía a su abuela, era una casa construida a la antigua, con varas y techo de palma, que con los años fueron adecuando una mejor estructura, pero conservó siempre el techo de palma, que fue la pieza clave para que las llamas los alcanzaran. Perdieron también una huerta que había detrás de la casa.

A lo largo de esta semana, le construyeron un cuarto improvisado con bloques y maderas que les donaron un grupo de americanos que a los pocos días del incendio llegó para ayudarles "a levantar" el que temporalmente será hogar de Luis.

"Mucha gente ha venido gracias a dios, no hemos estado solos, mucha gente ha traído apoyo, despensas, aparatos electrodomésticos, la Cruz Roja trajo, un hotel nos mandó toallas y una cama... no nos han dicho cuándo va a estar listo, pero ya está todo rebasado, ya está listo el terreno y mañana vienen a dar inicio y de ahí para adelante, nada para atrás", añadió.

Como ella, las familias de los afectados y quienes lo perdieron todo confían en que las autoridades no los dejen solos hasta que lo recuperen todo y se sienten agradecidos con conocidos, amigos y hasta desconocidos que durante el siniestro y luego de eso se han acercado a apoyar; esperan pronto volver a sus vidas "normales", aunque con el miedo de que otro incidente ocurra.