La Paz, Baja California Sur.-  Hace más de doce años, la menor Lisset Soto Salinas fue levantada por un vehículo que no pudo ser identificado plenamente en la colonia Camino Real de la ciudad de La Paz.

El caso conmocionó a la sociedad sudcaliforniana y abrió un nuevo capítulo en la forma en que los paceños viven la seguridad pública en “El Puerto de Ilusión”.

A una década y dos años de ese lamentable suceso ocurrido el 14 de octubre de 2010, su padre, Melchor Soto Torres, continúa la exigencia para que se realicen las acciones necesarias para no solo para esclarecer su caso, sino para reivindicar la revictimización por parte de las instituciones de procuración de justicia hacia él y su familia.

 “Muchos saben que mi hija fue levantada en la colonia Camino Real, alrededor de las 4 de la tarde. Inclusive hay un vídeo de la tienda Oxxo que está en la esquina, donde ve pasar a mi hija después de que baja del camión y segundos después se pierde contacto con ella”, contó su padre.

Este 16 de marzo, Melchor Soto se hizo entrevistar por diferentes medios de comunicación en las escalinatas del Palacio de Gobierno antes de entregar una carta para solicitar audiencia con el cuarto gobernador que va a atender su caso: Víctor Castro Cosío.

¿Qué se sabe del caso? A ciencia cierta, nada. Melchor Soto comentó que existe una línea de investigación en la Subprocuraduría.

Lo que quiere dialogar con el gobernador es saber qué ha pasado con esa línea de investigación que se seguía hace años.

Se trata de un caso para el que las autoridades no estaban preparadas, es decir que hubo negligencia. Esto llevó a muchas omisiones que impidieron localizar a Lisset.

Reclamos de justicia que habían sido acallados por medio de intimidación y otras prácticas salen a la luz, por ejemplo, el 8 de marzo hicieron saber que, en aquella década, la desaparición de Lisset no es la única sin respuesta que la Procuraduría; si bien el señor Soto Torres dice que en su caso no hubo intimidación, pero que él y su familia sí ha padecido hechos de revictimización.

“No he sido víctima de intimidación, pero sí me ha revictimizado en muchos sentidos empezando por el hecho de que yo no soy de aquí de Baja California Sur, soy de Michoacán y como me crie en la Ciudad de México, desde ahí he tenido discriminación he sufrido revictimización en varias formas. Cuando la ciudadanía se iba sobre la Procuraduría con reclamos por incompetencia, se inventó una forma de revictimización de mi familia. En primera diciendo que no era mi hija, que yo no era el padre biológico; que este era un ajuste de cuentas porque yo pertenecía al crimen organizado, que muchas cosas así, que un sector de la sociedad repitió”, relató.

Hoy en día Lisset debe tener 21 años, su padre no pierde la esperanza de encontrarla con vida.