Lecturas de la revocación
Luego de que fuimos testigos de aquella enconada lucha librada entre Lorenzo Córdova Vianello y Andrés Manuel López Obrador, y muy a pesar de los elevados costos económicos y políticos que este referéndum ocasionará, siempre sí se celebrará la tan cuestionada consulta ciudadana, que ya se confirmó, se realizará el 10 de abril.
Sabemos de antemano que lo más lamentable son las lecturas que nos deja, donde en primer lugar podemos leer que en este desencuentro entre el presidente de la república y el presidente del INE, la política estuvo por encima de todo.
Y en efecto, la política estuvo por encima del grave problema de la violencia, por encima del desempleo, por encima de la pobreza. Incluso por encima del dolor que por las muertes está ocasionando la pandemia.
¿Y por qué esos intereses políticos? Porque para el presidente de la republica ese proceso del 10 de abril, que de antemano sabe de resultados positivos, implicará para él y de paso para los candidatos de Morena, un incuestionable fortalecimiento político.
Primero recordemos que el 5 de junio de 2022 se celebrarán las elecciones ordinarias en seis estados de la república, donde se cuentan; Aguascalientes, Hidalgo, Oaxaca y Tamaulipas que tendrán únicamente elecciones de gobernador de estado.
También está Durango que celebrará además votaciones para presidencias y sindicaturas en sus 39 municipios, así como 327 regidurías.
Y finalmente Quintana Roo, donde aparte de sus elecciones gubernamentales, buscará 15 diputaciones por mayoría relativa y 10 de representación proporcional.
Otro interés políticos que se esconde detrás de este bien orquestado plebiscito consiste en que los resultados de este proceso, le permitan a AMLO sopesar el momento en el cual enviará al Congreso de la Unión la propuesta de reforma constitucional en materia político-electoral mediante la cual propondría la posible desaparición del INE.
Y este es uno de los grandes datos en contra de AMLO. Porque de acuerdo a varias opiniones lo que busca es tener el control del Instituto Nacional Electoral, y que es precisamente lo que por su parte intentan impedir a toda costa los consejeros del INE y el actual presidente de ese instituto, Lorenzo Córdova.
Aquí vale hacer una profunda reflexión para decir que si en realidad así son las cosas, esta idea conlleva una intención y una estrategia demasiado arriesgada, con muchos signos interrogantes de temeridad, y por supuesto, muy delicada.
¿Por qué? Porque debemos tener presente que un organismo como lo es el Instituto Nacional Electoral, para un país como el nuestro es garantía no sola de tolerancia y reformismo, sino de soberanía y libertad.
Digamos, es una institución que nos ensancha los caminos hacia la democracia, la igualdad, el respeto, la equidad de género, y que a través de nuestro voto nos ayuda a marcar pautas de rechazo a intentos de opresiones y absolutismos, todo lo cual implica que de nosotros, mediante nuestro sufragio, depende si en nuestro país tendrían cabida acciones dictatoriales, despóticas o tiránicas.
En efecto, y he de reiterarlo que muchos están de acuerdo con AMLO cuando afirma que el Instituto Nacional Electoral es un “aparato costosísimo”. Y que presumiblemente en eso basa su lucha por su desaparición. Sin embargo, un país sin una institución electoral, es un país con un pueblo sin valor y perdido en el anonimato.
Y pese a todo lo que se diga, para el bien del país, es fundamental salvaguardar, proteger y respaldar instituciones de esa naturaleza, donde lo que se debe hacer para evitar dispendios y despilfarros, además de rechazar esos privilegios que tanto enojo provocan a López Obrador, es vigilar estrechamente el destino de los recursos que le son destinados. Esa es la solución.
Pero continuando con el tema de lo político en favor de AMLO, tampoco podemos pasar por alto la serie de reformas constitucionales que pasan por la mente del mandatario, donde por lo pronto resaltan solo tres: Eléctrica, Electoral y Guardia Nacional. Pero seguramente habrá más, en donde lo preocupante es que podría no topar con oposición.
Y con eso caeríamos en falta de soberanía ya sea política, económica, militar, tecnológica. E inclusive alimentaria, lo cual no solamente sería un grave riesgo para el país, sino un peligro para todos los mexicanos.
Por otro lado y de acuerdo con la opinión de los críticos, además de mostrar poca sensibilidad al hablar de un tema político por encima del hambre, la pobreza, la violencia y de la epidemia del Coronavirus que atraviesa el país, el mandatario opta por hablar de su estrategia electoral, lo cual es calificado como una trampa y falta de sensibilidad por la oposición.
Es a raíz de todo lo anterior que he sido insistente en que esa fría guerra que se ha desatado entre Lorenzo Córdova y Andrés Manuel López Obrador, es merecedora de un profundo análisis tomando en cuenta que el único perdedor es y será el pueblo.
En síntesis, no tengo la menor duda que esta guerra apenas inicia, pues habrá de ser fortalecida por los partidos de oposición una vez pasada la consulta popular.
Y digo esto porque posteriormente podrían descubrir otras tantas lecturas ocultas muy al fondo de la revocación de mandato y no solamente aquellas que hablan de ventajismo y oportunismo político.
Entonces, a partir de ya, los partidos de oposición deben andar con pies de plomo a sabiendas de que el proceso del 10 de abril no deja de ser el parteaguas que esclarece el mapa electoral de México y de Morena en cuanto a la presidencia del país en el 2024.
Es decir, un mapa que no únicamente esclarece las elecciones del 2022.
Cuestión de tiempo.