Don Felipe viajó desde CDMX hace 20 años para ofrecer música a los turistas en Los Cabos.
San José del Cabo, Baja California Sur. En cualquier día de la semana, es común comer en algún restaurante cercano al centro de Cabo San Lucas o a la Marina y encontrarse con Felipe Castro, un hombre que solo con su guitarra busca ganarse unas monedas y llevar comida a la mesa.
Desde hace más de 20 años don Felipe decidió ofrecer sus servicios como músico a los turistas que llegan al destino, casi siempre se acerca a los restaurantes, aunque la mayoría lo deja tocar, algunos todavía le dicen que no. Con la mejor actitud y algunos acordes se acerca a potenciales escuchas, si le piden canción, sabe que es luz verde para durante unos minutos entretener a los comensales, si le hacen señas para que se detenga o ni siquiera lo voltean a ver, sabe que debe retirarse.
"La verdad si me va bien, todo tranquilo y me da para poder vivir, comer y pagar renta", dijo para Diario El Independiente; él como muchos residentes de Los Cabos, no es de sangre choyera, viajó desde la Ciudad de México en busca de mejores oportunidades de ingresos económicos.
Felipe llegó a Los Cabos porque, cuenta que en ese entonces "alguien de la familia, hace 30 años se vino, un sobrino, él fue el que descubrió y me dio información de que acá está muy bien y sí, si me da lo suficiente", dijo. Contó también que hace apenas unos meses que regresó a trabajar, pues por la pandemia duró casi dos años en su casa, por precaución y porque no había trabajo pero pese a que fueron meses difíciles, sabía que en algún momento regresaría y eso lo mantuvo animado.
"Aquí dependemos todos del turismo, no hay otra cosa", dijo y comentó finalmente que espera que el semáforo se mantenga para que siga ofreciendo sus servicios, así como otros artistas callejeros, comerciantes y todos los que trabajan y se mantienen en este sector.