En 2011, los habitantes del pueblo de Cherán, ubicado en la meseta purépecha, en Mi-choacán, determinaron regirse por un autogobierno basado en sus formas tradicio-nales, hartos del saqueo forestal, el incremento de la violencia y la apatía de las autorida-des gubernamentales.

A 10 años de ese hecho histórico, a partir del cual ese poblado en su mayoría indígena se ha organizado y manejado conforme a sus usos y costumbres, el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) exhibe un mural en el que se aborda parte de esa historia y su devenir, así como el sentir y el sentido de ser purépecha.

Su título es Uinapikua, palabra que en esa lengua originaria alude a la fuerza, entendida como energía creadora. Es una obra colaborativa comisionada por el espacio museístico al Colectivo Cherani, cuyos integrantes son originarios de esa comunidad y viven en ella.

Giovanni Fabián, Betel Cucué, Ariel Pañeda, Huaroco Rosas y Alain Silva, los cinco artistas integrantes del colectivo que elaboraron la pieza, la crearon como un reflejo de sus orígenes, a partir de un mosaico de imágenes y alegorías relacionadas con la cultura purépecha, tanto la de tiempos ancestrales como la inserta en el contexto contemporáneo.

“En su extremado refinamiento y sus capas de significado, esta obra pone en cuestión los estereotipos que la visión oficial suele atribuir a la producción de la diversidad étnica de nuestra región del globo y nos invita a los otros a entrenarnos en un cosmopolitismo verdadero”, apunta el curador Cuauhté-moc Medina.

De acuerdo con Giovanni Fabián, se hace hincapié en lo que se ha gestado en Cherán en los más pasados 10 años, desde que sus pobladores decidieron regirse bajo un gobier-no autónomo.

Los 75 paneles de un metro por un metro que conforman esa creación pictórica proponen una reflexión sobre la compleja relación social y política de la comunidad de Cherán, según Cuauhtémoc Medina.

“Algunos de los vectores que articula, desde un pensamiento purépecha, son la traducción entre lenguas y culturas, el desafío político instaurado por la partidocracia mexicana, la ambición de crear arte con una noción de temporalidad diferente y la relación entre feminidad y espiritualidad.”

Aunque cada uno como artista tiene su propuesta individual, los integrantes del Colectivo Cherani, la mayoría de ellos egresados de la Facultad de Artes en Morelia, se han dedicado “a abarcar una idea o un sentido muy profundo” de cómo se ven como creadores en el contexto de su comunidad.

“Llevamos cinco años haciendo piezas de este tipo, que tienen que ver con formatos más amplios, de tipo mural o pinturas de caballete en gran formato. Son proyectos en los que buscamos, en lo individual y lo colectivo, hacer referencia a nuestra comunidad y lo que ha ocurrido en ella a lo largo de estos 10 años. El título, Uinapikua, alude al sentido de per-tenencia y de lucha del pueblo purépecha”.

Nacido en 1993, el artista precisa que el trabajo carece de narrativa lineal y que abarca una idea muy amplia de lo que son los pueblos originarios en la actualidad, desde el sentido político y religioso hasta el místico.

“Se hace mucha referencia al bosque, que es el territorio donde habitamos, así como al sincretismo, en el sentido de cómo las nuevas generaciones, de alguna u otra forma, entremezclamos o alteramos la idea de origen, pues ya somos pueblos abiertos al mundo moderno. Son ideas y reflexiones muy personales, de cada uno de nosotros, haciendo referencia a la comunidad contemporánea, a este Cherán que tenemos hoy día en el sentido del arte.”

Giovanni Fabián subraya que, a partir de la experiencia política en aquella comunidad, una de las principales búsquedas del Colectivo Cherani ha sido procurar autonomía y ser autogestivos.

“El arte sí ha fungido un papel muy importante en los años recientes en Cherán a raíz del movimiento. Ha sido de las formas más activas en las que se ha podido ver un proceso de autonomía. Es algo que a cada uno de nosotros, como integrantes del colectivo, vino a aportarle mucho a nuestro trabajo.”

El mural Uinapikua se mantendrá en exhibición hasta el 27 de marzo en el Ágora del MUAC, en Insurgentes Sur 3000. Horarios: de jueves a domingo de 11 a 17 horas.