Eso, a pesar de que en la entidad las enfermedades del corazón son las principales causas de muerte
La Paz, Baja California Sur.- Pese a que las enfermedades del corazón se encuentran entre las principales causas de muerte en Baja California Sur (BCS), no se consideró como prioridad en el presupuesto para el 2022 la compra de desfibriladores automáticos.
En el primer periodo ordinario de sesiones, la diputada Blanca Belia Márquez Espinoza propuso la expedición de la Ley de Cardioprotección y con ello solicitó que se asignara una partida presupuestal, sin embargo, se turnó a comisiones para su análisis y dictamen.
La legisladora comentó que la importancia de la iniciativa radica en la obligación de tener dichos desfibradores en las áreas o territorios cardioprotegidos donde confluyan más de 1000 personas y en los que la secretaría de salud en coordinación con protección civil determine como de alta concurrencia, así como en los espectáculos y eventos deportivos, políticos y privados de alta afluencia con lo que podremos rescatar miles de vidas, al tener al alcance personal capacitado y aparatos que permitan la atención inmediata ante un infarto agudo al miocardio.
Dijo que diversos estados han legislado sobre la cardio protección, entre los que destacan Oaxaca, Sonora, Coahuila y Yucatán, también hay casos como los de Morelos y Guerrero que se encuentran en etapa de dictamen.
El Instituto Nacional de Cardiología, dio a conocer que en México ocurren entre 250 mil y 280 mil infartos al año, es decir, un infarto cada dos minutos posicionando las enfermedades del corazón como la primera causa de mortalidad en el país por encima incluso de Covid-19.
Para el caso de las defunciones provocadas por enfermedades del corazón, en México, se esperaban 100 624 muertes y ocurrieron 139 436 defunciones, por lo que el exceso de mortalidad en este rubro es de 38 812 decesos que representan casi un 40% por ciento más de lo proyectado.
Comentó que Baja California Sur no puede ser ajena a la protección cardiaca al presentar como primera causa de muerte las enfermedades del corazón, después del Covid-19.
Sostuvo que es necesario contar con esta Ley para establecer y regular un sistema integral para la atención de eventos por muerte súbita cardiaca que se presenten en espacios públicos y privados con alta afluencia de personas, esto con el fin de reducir la tasa de mortalidad por enfermedad isquémica del corazón y otras enfermedades asociadas
Así mismo regula que en estos espacios se deberá contar, con Desfibriladores externos automáticos, los cuales al momento que una persona presenta un posible paro cardíaco, permite evaluar su condición y de ser necesario aplicarle atención que reanude los latidos cardíacos, salvándole la vida.
Según el estudio realizado, el costo promedio de un desfibrador oscila de los 30 mil a los 200 mil pesos, dando un promedio por aparato de 115,000 pesos, cifra por demás accesible y positiva en el saldo del costo-beneficio, si consideramos el número de vidas que pudieran salvarse por el simple hecho de contar con ellos y con el personal capacitado para una oportuna intervención.