• El canciller Marcelo Ebrard aseguró que hay interés por las naciones para atender la pobreza en el mundo; reiteró la necesidad de que este sector sea un referente y no sólo un tema
El Plan
Mundial de Fraternidad y Bienestar anunciado ayer por el
presidente Andrés Manuel López Obrador ya ha sido respaldado por 47
naciones, además de que ha despertado el interés de otras más, así como de
organizaciones regionales, aseguró el canciller Marcelo Ebrard.
En conferencia en Palacio Nacional, el titular de la Secretaría de Relaciones
Exteriores (SRE), destacó que los casi 50 Estados que apoyaron la
propuesta se inscribieron para participar en una primera ronda para la
elaboración de este proyecto que busca atender a los 750 millones de pobres en
el mundo.
“Hay un gran
intereses en estas horas de ese pronunciamiento, numerosas organizaciones
regionales y países han contactado con nuestras representaciones diplomáticas
para participar en el plan que el presidente propuso y que tiene como propósito
el que las 750 millones de personas, de todo el mundo, que están olvidadas, que
ni siquiera son un tema más que de referencia, reciban el apoyo de la comunidad
internacional, que salgamos de esa especie de cinismo de suponer siempre que
debe ser así y que no se puede cambiar, hablar de otros temas y no tocar este
asunto”, mencionó.
Ebrard
Casaubon coincidió con López Obrador en que la atención de los más
desfavorecidos en el mundo debe ser un objetivo prioritario para la
Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De acuerdo con
el Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar, presentado ayer por
López Obrador ante el Consejo de Seguridad de la ONU, garantizar el derecho a una vida digna a
750 millones de personas que sobreviven con menos de 2 dólares diarios.
El canciller
explicó que los recursos para este fondo pueden proceder de las siguientes tres
fuentes:
Informó que de
concretarse este fondo, se podrían obtener cerca de 1 billón de dólares, dinero
que se partiría no a los Estados, sino directamente a quienes necesitan del
apoyo.
“No se trata
de asignar recursos a los gobiernos, sino a las personas. Se tiene la capacidad
istalada, hay diversas instituciones que pueden llevar a cabo esto, quien diga
que no se puede está mintiendo”, sostuvo, pues ayer el presidente indicó que
podrían el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional podrían colaborar en la creación de la estructura
requerida para la repartición de los recursos.
Ebrard
Casaubon detalló que la cancillería trabajará con representantes diplomáticos
de diversas naciones, así como con organismos, para integrar el Plan Mundial de
Fraternidad y Bienestar para presentar éste a la brevedad a la Asamblea General
de la ONU y que, de aprobarse, se pueda ejecutar en 2022.
Lo que se ve
es una reacción de mucho interés, de una apelación ética de todos los países,
fundamental de no seguir permitiendo o pensando que esa es la normalidad,
porque si llegamos a eso se llama cinismo, desigualdad y desesperanza.
“Pensamos que
vamos a tener mucha participación y que México estará en una posición relevante
para lograr este objetivo”, afirmó.