• Afectado por los sismos de 2017 y por un incendio en 2020, iniciaron la restauración en el inmue-ble histórico que ordenara Hernán Cortés
CIUDAD DE MÉXICO. Con un presupuesto de cinco millones 222 mil
pesos, el Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) realizará la primera de tres etapas
de restauración del Templo de la Santa Veracruz antes de que termine 2021.
Así lo informó el arquitecto Antonio Mondragón, director de apoyo
técnico de la Coordinación de
Monumentos Históricos del INAH.
El inmueble –cuya edificación inició en 1526– será recuperado en tres
etapas, luego de que resultara dañado por los sismos de 2017 y por un incendio
en agosto de 2020.
En la primera etapa, detalló Mondragón, se atienden las torres norte y
sur, se desmontaron las campanas y se intervienen los vitrales de la cúpula, la
pintura mural sobre lienzos en el área del crucero y en las pechinas, con apoyo
de la Coordinación de Conservación
del Patrimonio Cultural.
También trabajan en la consolidación de grietas, fisuras y evalúan la
posibilidad de desmontar el cupulín de la torre sur, dado que éste se deformó y
desarticuló.
Por último, revisarán el efecto de los elementos de concreto armado,
colocados en 1970, detectados en una de las torres.
En este momento se da énfasis y prioridad a
los elementos más dañados, por lo que nos hemos enfocado en la torre campanario
del lado sur.
Y también se lleva un avance importante en los
trabajos de consolidación en mamposterías y los sistemas constructivos, así
como en los materiales afectados en la base de la torre, para que en unos días
comencemos los trabajos en el campanario”, dijo.
En el caso de las campanas, explicó que éstas ya fueron bajadas de su sitio.
Era algo pendiente por las condiciones de
inestabilidad y de algún riesgo para las maniobras. Además éstas ya fueron
sometidas a algunos tratamientos de limpieza, estabilización y están
resguardadas y embaladas al interior del inmueble”, comentó.
Algo importante es que en una evaluación
preliminar estimamos la necesidad de desmontar parcial o de forma total el
campanario, debido a los daños evidentes.
Pero ahora que hemos trabajado ahí, de manera
directa, se determinó, junto con los estructuristas de la empresa (Tares) que
realiza los trabajos, que es posible preservar el campanario sin un trabajo de
restauración y sólo desmontar el cupulín de remate”, apuntó.
Para describir la importancia de los trabajos en marcha, Mondragón
utilizó como analogía una intervención
quirúrgica.
Digamos que estos edificios son organismos
vivos y ahorita es como si este organismo arquitectónico hubiera sufrido un
accidente y algunos de sus miembros hubieran resultado con un traumatismo
severo que, de no atenderse, tendría el riesgo de una pérdida mayor”.
Lo primero fue estabilizar y evitar que esos miembros se desprendieran,
se perdieran o dañaran con las lesiones que tuvieron, dijo.
¿Trabajarán primero los daños del incendio o de los sismos?, se le
pregunta a Mondragón. “Hay elementos y áreas en los que se puede identificar la
diferencia de la afectación por un evento o por otro, pero al hacer (esta)
intervención ya es indistinto y se atiende de manera integral”.
Mondragón no dio la fecha exacta del inicio de los trabajos, pero
calculó que éstos iniciaron desde marzo pasado.
Tampoco detalló los plazos de las siguientes etapas, pero aseguró que el
proceso será lento y meticuloso.
Son procedimientos que deben hacerse de manera
cuidadosa para no poner en riesgo al personal operativo y no tener
contratiempos en el edificio.
Es un trabajo que va despacio si uno lo
compara con otro tipo de obras, pero con el ritmo que el mismo edificio
(impone), bajo la premisa de trabajar con las mayores condiciones de seguridad
posibles”, expresó.
¿Cuántas etapas tendrán los trabajos? “El plan de trabajo es agotar el
recurso con el que contamos actualmente, pagado por la aseguradora Agroasemex
para cubrir el evento del incendio.
Y se continuará en una siguiente etapa con
recursos federales. Así que la definición de las etapas también estará en
función de la aprobación de esos recursos, aunque nosotros pensamos que serían
dos etapas más de obra, pero dependerá de la disponibilidad de recursos”.
POSTERGAN ANÁLISIS DE
HUNDIMIENTOS
Un tema pendiente para el futuro serán los hundimientos en el
Templo de la Santa Veracruz y en el San Juan de Dios, ubicado enfrente.
Por recomendación de los especialistas en
estructuras y geotecnia, debemos hacer mediciones después de unos meses para
tener un comparativo y así evaluar su magnitud, velocidad y aceleración para
ver si son uniformes o diferenciales”.
Si éstos son uniformes, dijo, no comprometerían la estabilidad estructural de ambos inmuebles.
“Pero los especialistas los podrán evaluar después de algunas mediciones que se
realicen a lo largo de un periodo de al menos de seis meses.
Las obras de
restauración llevarán el tiempo necesario, porque su procedimiento debe
realizarse de forma segura y cuidadosa.
Ahora sería prematuro y no tendríamos elementos,
estudios ni evaluación para determinar las acciones”, apuntó Antonio Mondragón.
¿Habrá acceso al inmueble al término de esta etapa? “Considero que, al
concluir esta etapa, sí podría haber un acceso controlado.
No se tendrán las condiciones para abrir el
edificio al uso público, pero se podría programar alguna visita para comunicar
la conclusión de la fase y mostrar lo realizado”, concluyó.