• Tras recuperar la obra del célebre organista poblano, amigo de Manuel M. Ponce, se realizó su primera grabación
CIUDAD DE MÉXICO. El director de orquesta Rodrigo Elorduy y el
investigador Ángel Augusto Ramírez
Zarco realizan el rescate de la obra del compositor mexicano
Aurelio Barrios y Morales (Puebla, 1880-1943), la cual nunca fue grabada y ha
permanecido en la oscuridad durante más de un siglo.
La recuperación dio como resultado la primera grabación mundial con
música de Barrios y Morales, realizada por el sello discográfico Sterling, la
cual verá la luz en noviembre próximo, que incluye la Sinfonía en fa
menor, de 1913; El ángel de la guarda, de 1909; En el
ocaso de la vida, de 1940; y Fuga en fa menor, de 1909.
No se realizaron grabaciones en su tiempo, así
que son estrenos mundiales”, dice a Excélsior Rodrigo Elorduy
Por alguna razón, su música quedó sin mayor
difusión, en manos de los familiares, y ha sido gracias a Carlos Domínguez
Barrios y Morales, nieto del compositor, que ahora sale a la luz esta bellísima
música del romanticismo mexicano”, abunda.
La historia de la música recuerda a Barrios y Morales como el primer
maestro organista de México de principios del siglo XX.
Y aquí lo presentamos con una gran sinfonía
que seguro se posicionará en el repertorio nacional, con un caudal de obras de
gran valía”.
¿Por qué nunca se grabó este repertorio?, se le pregunta a Elorduy “Me
sorprende que en vida del maestro no se editara su obra, ya que fue una figura
reconocida que se codeaba con grandes músicos mexicanos como Manuel M. Ponce,
Silvestre Revueltas y Alfonso de Elías.
Era apreciado por ellos. Incluso, el maestro
De Elías revisó partes de su sinfonía y se dice que los retoques que presenta
el original fueron realizados por él”, comenta.
En cuanto al resto de la obra, Elorduy asevera que la mayor parte está
en posesión de los familiares, en concreto del Dr. Carlos Domínguez Barrios y
Morales.
De la obra orquestal conozco lo que está en
este disco y un par más, quizá cerca de unas 20, pero imagino que hay más y que
también debe haber obras para órgano.
Porque sería raro que un organista y
compositor no tuviera obras de órgano, pero hasta hoy no tengo el conocimiento
exacto y sería una buena labor de investigación”, expone.
Elorduy reconoce que también ha tenido en sus manos algunas partituras
de obra para piano y para canto y piano.
Algunas las he leído con
mi esposa, quien es cantante de ópera, y hay mucha belleza ahí. Pero tengo
conocimiento de más piezas, que me las han nombrado o me han mostrado algunas
partes digitalizadas, ya que don Carlos, aparte de ser médico, estudió
composición, canta en un coro y es un entusiasta del programa Sibelius”.
¿Grabará más piezas?, se le pregunta al compositor. “Es un hecho. Hay
piezas que se puede hacer con orquesta. A mí me encanta su obra”.
Por su parte, Ramírez Zarco, también productor y representante de
Sterling en México, detalla que el objetivo de este álbum, junto con previas
recuperaciones en torno a la obra de Ricardo Castro, Julián Carrillo y
Manuel M. Ponce, “es el rescate de esta música histórica que es relevante para
el patrimonio musical de México y del mundo”.
En esta oportunidad, explica, “tuve el gran gusto de conocer al maestro
Elorduy y ver su interés por esta obra histórica, creada hace 100 años en pleno
proceso de la Revolución Mexicana.
Él me comentó de este hallazgo y despertó gran
interés, porque es una obra valiosa”, que también tuvo el apoyo del musicólogo
Bernardo Jiménez Casillas”.
¿Por qué interesó el proyecto a Sterling? “Es un sello sueco dedicado al
rescate de música romántica europea y de otras partes del mundo. Ellos han
tenido gran interés en el patrimonio mexicano”.
La historia de esta grabación, con la Orquesta Sinfónica de Coyoacán
Nueva Era A.C., inició cuando el nieto del compositor llegó al Foro Cultural
Coyoacanense para mostrar a Elorduy los originales con piezas de Barrios y
Morales.
Llegó, se presentó y me habló de estas obras.
Curiosamente sabía de él, porque en un diploma de mi abuela, quien era pianista
concertista del Conservatorio, fungió como guía y, hasta entonces, era la única
referencia que tenía. Sin embargo, fue un compositor notable y amigo de Manuel
M. Ponce y de Alfonso de Elías”, concluye.
LA HISTORIA DEL GERMEN
ORQUESTAL
Aurelio Barrios y Morales nació el 27 de julio de 1880 en Zacatlán,
Puebla. De cuna humilde, vivió su temprana infancia en un jacal, siendo el
cuarto de los seis hijos que procrearían Rafael Barrios y Carmen Morales,
alfarero y ama de casa, respectivamente.
Una vez concluidos sus estudios de educación primaria en la escuela
municipal, Barrios y Morales contó con el apoyo del sacerdote Mariano Dávila,
párroco de Zacatlán, para proseguir su formación en el Seminario de Puebla.
Sin embargo, no fueron los estudios de teología los que lo atraparon,
sino los de órgano, canto y piano y se sabe que mostró grandes aptitudes
para la música, al punto de que en 1903 se convirtió en organista del Templo de
La Concordia.
Los profesores del Seminario apoyaron al joven creador y, en 1905,
lo enviaron al Conservatorio
Nacional de Música, donde estudió Órgano y Composición con José
Guadalupe Velázquez y Gustavo E. Campa.
Dos años después optó por dedicarse sólo a la música.
Así que después de varias peripecias, en 1913 el músico creó su Sinfonía
en fa menor y participó en un concurso organizado por el
Conservatorio, el cual ganó y le valió su nombramiento como profesor adjunto de
la clase de composición de dicho establecimiento.
Poco después contraería nupcias con Antonia Frías Vázquez, bibliotecaria
e integrante del coro del Colegio
de las Vizcaínas.