Cabo San Lucas, Baja California Sur. Muchos fueron los daños materiales que dejó el huracán Olaf, sin embargo, poco se habla de aquellos que, aunque materiales, dejan un profundo vacío debido a su carga emocional, como la pérdida de árboles con muchas décadas de historia.

Varios árboles no soportaron  el paso de Olaf, incluso los árboles de torote que fueron colocados con la remodelación de la Plaza Mijares en San José del Cabo (SCJ) durante 2017 también fueron derribados con la fuerza del viento, pero llamó la atención para los pobladores de la subdelegación Caduaño la pérdida del árbol de fuego, como lo llamaba la comunidad.

El árbol era de la especie parota y los oriundos de Caduaño le calcularon una edad de más de 200 años, incluso narraron en redes sociales cómo ese árbol se convirtió en parte de su hogar durante su niñez.

El señor Víctor Octavio García Castro narró que su abuelo, quien nació en 1885, le contaba que el árbol de fuego ya estaba en su madurez, por lo que le calculan más de 200 años, siendo un ícono de aquellas tierras. “Lo admiramos y disfrutamos, tanto nativos como fuereños”, lamentó García Castro.

El árbol incluso era uno de los escenarios favoritos de quienes visitaban la subdelegación para tomarse fotografías. Los pobladores tienen esperanzas de que el árbol pueda retoñar, ya que sus raíces no sufrieron afectaciones, sin embargo, desconocen qué necesitan para lograr recuperarlo y qué acciones deben tomar para ello, pero piden la intervención de autoridades que puedan orientarlos para saber las medidas a tomar para la conservación del antiguo árbol.