• Una gestión incorrecta de los desperdicios inorgánicos podría causar daños no solo al medio ambiente, sino también a la salud de los seres humanos, especialmente si se trata de residuos eléctricos y electrónicos que se han incrementado en un 21% desde el 2014
Ciudad
de Mexico.- Cada producto utilizado o consumido por los seres
humanos genera residuos que contaminan el planeta, pero el desecho eficiente de
estos podría disminuir los efectos negativos en el medio ambiente.
Una forma de lograrlo es a partir de la clasificación de la basura en
diferentes grupos, pero hay dos segmentos básicos que los engloban: orgánicos e
inorgánicos. Los primeros tienen la característica de degradarse fácilmente en
un tiempo menor que los segundos, los cuales requieren de un tratamiento
específico y complejo.
De tal manera, una gestión incorrecta de los desperdicios inorgánicos
podría causar daños no solo al medio ambiente, sino también a la salud de los
seres humanos, especialmente si se trata de residuos eléctricos y electrónicos
que se han incrementado en un 21% desde el 2014, con casi 54 millones de toneladas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud
(OMS).
Las implicaciones de los residuos electrónicos
La transición de lo análogo a lo digital avanza rápidamente y tanto la
producción como el consumo de nuevas tecnologías le siguen el paso. En cambio,
a pesar de estar en una época donde la información está a unos cuantos clics,
hay quienes desconocen los contenidos tóxicos de los artículos eléctricos y los
desechan de manera similar a otros residuos plásticos o metálicos, lo cual
aumenta los índices de contaminación ambiental.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a nivel
mundial únicamente se recicla el 20 por ciento de los artículos electrónicos, los cuales están compuestos por más de mil
sustancias diferentes, entre ellos indio y paladio. De tal manera, es esencial
que pasen por un procesamiento adecuado para su reutilización.
El indio (In) y el paladio (Pd) regularmente se ocupan en el
revestimiento de metales para evitar la corrosión, pero elaborar una
purificación incorrecta e inhalar los gases de estos químicos podría
generar problemas respiratorios y hepáticos, al igual que alergias cutáneas o necrosis, tal
como lo indica el Instituto de Salud y Seguridad en el Trabajo (ISST).
Los productos electrónicos también contienen ciertos metales preciosos,
como oro, níquel, cobre, plata y platino. Esto orilla a la recolección de
restos por compradores informales, para extraer dichos elementos de una manera
poco comprometida con el planeta.
De acuerdo con el artículo del investigador del Centro de
Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (CIDETEQ), Dr. René
Antaño López, y el Mtro. Eduardo Alberto Pérez Anacleto, la
calcinación y el implemento de ácidos son los métodos más comunes para separar los metales preciosos,
pero suelen ser peligrosos si se llevan a cabo de una manera no
profesional.
La quema a altas temperaturas produce demasiados gases que contaminan el
aire, mientras la disolución utiliza sustancias tóxicas, como el cianuro, que
al vertirse en coladeras, ríos o mares, genera daños para los ecosistemas o
habitantes aledaños. De tal manera, los desechos deben ser manipulados por
personas expertas, en lugares autorizados bajo los lineamientos para la
recolección, transportación o tratamiento de residuos en la Ciudad de México,
conocido como RAMIR
El Centro de Reciclaje Recupera del Valle, ubicado en la calle de
Pilares de la alcaldía Benito Juárez, es uno de los 26 lugares de acopio
especializados en desechos electrónicos del directorio de la Secretaría de
Medio Ambiente (SEDEMA). La encargada, Patricia Ramírez Sánchez, ha dedicado
años a la recepción y confinamiento de todo tipo de materiales. Su abuelo fue
quien se inició en el área de la recolección, después su padre y ahora ella es
quien vigila los procesos de separación de residuos.
“Yo estoy pagando renta, tengo mis permisos en regla, tengo mis básculas
registradas, verificadas, pago impuestos y todo lo demás. Estas personas (los
recolectores informales) no. [...] Tenemos nuestro permiso RAMIR, que es el permiso
que extiende el Gobierno de la Ciudad de México para los centros de acopio
autorizados y registrados. Esa es la diferencia entre trabajar con personas que
están establecidas a personas que están en la calle”, menciona Patricia
Ramírez.
Además, respecto a los desechos electrónicos u otros residuos sólidos
que requieren una atención especial, los traslada a plantas de tratamiento con
el fin de aprovechar los recursos de aquellos artículos que generaron
contaminantes durante su producción, para reutilizarlos y evitar mayores
emisiones.
“Nosotros entregamos los materiales a una planta que se encuentra en
Baja California, le voy a explicar por qué, aparte de que sí pueden llegar a
tener materiales que son susceptibles de reciclaje: algunos plásticos, metales
ferrosos, no ferrosos, metales preciosos, vidrios o cualquier cosa así;
también, mucho de lo que resta ya no tiene utilidad [...] En esta planta se
dedican a separar los materiales, pero aparte hacen un confinamiento seguro de
los residuos que pueden llegar a ser peligrosos”, dijo la encargada de Recupera
del Valle.
Destrucción y tratamiento
El 22 de agosto del 2011 fue publicada en el Diario Oficial de la
Federación (DOF) la Norma Oficial Mexicana NOM-161-SEMARNAT-2011, en la cual se establece el tipo de clasificación,
además de los planes para el tratamiento de Residuos de Manejo Especial (RME),
como parte de la estrategia para recuperar la materia prima de los objetos de
mayor consumo y reducir los desechos.
En el Anexo Normativo está presente el listado de los RME, catalogados
como aquellos no pertenecientes a los residuos urbanos sólidos comunes, por
ejemplo, cartón, polímeros plásticos, entre otros; tampoco son parte de los
peligrosos, como los patológicos o medicamentos caducos. Sin embargo, requieren
de una manipulación determinada. Entre estos se encuentran los relacionados a
la tecnología, informática y otros electrónicos.
Regularmente, cuando las familias llevan a cabo limpiezas profundas del
hogar, centran la atención en los artículos grandes o sustanciosos, ya que su
obtención fue más costosa. De tal manera, es común ver a personas acercarse a
recolectores informales que encuentran en las calles para vender los
televisores, refrigeradores, celulares, computadoras o impresoras que no sirven
o que ya no ocupan y así recuperar algo de lo invertido.
A pesar de ser una acción que parece benéfica en primera instancia,
desde un aspecto económico, podría generar consecuencias negativas, sin ser
conscientes de ello. Esto debido a que no se tiene claro si los artículos
llevarán un tratamiento de acuerdo a las normas. Además, no hay algo que
asegure cuál será el destino de las computadoras o celulares, así como los
datos inmersos en ellos.
Hay quienes entregan sus desechos electrónicos sin antes formatear los
dispositivos, lo que significa que también están proporcionando su información
personal o laboral a extraños que probablemente no cumplen con los protocolos
de seguridad. Ante esta situación, los centros de reciclaje autorizados como
Recupera del Valle, proporcionan un manifiesto en el cual garantizan la
completa destrucción del residuo para dar mayor confianza a los usuarios.
“Se les elabora un manifiesto de destrucción para que puedan dar fe que
hicieron una disposición segura de todos sus desperdicios electrónicos [...]
Hay personas que me dicen, ‘oye, quiero que me garanticen que sí lo van a
destruir porque tenía información el disco, porque...por lo que usted quiera.
Entonces, nosotros garantizamos que todo se va a destrucción. Me han venido a
pedir archivos muertos para escenografía y no los vendo, les digo ‘no, porque a
mí me confiaron la información que viene aquí”, afirma Patricia Ramírez.
Modificar prácticas a los
requerimientos actuales
El tiempo transforma los medios de interacción, ahora diferentes
generaciones consumen un mayor de productos electrónicos, por lo tanto, es
obligación de todos los habitantes aprender sobre la separación de los residuos
electrónicos antiguos o no funcionales y el traslado a los centros de acopio
regulados.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP, por sus
siglas en inglés) especifica que tan solo en el 2018, el promedio de desechos
de aparatos electrónicos por cada mexicana y mexicano fue de más de nueve kilogramos, cifra que superó la escala global de seis
kilogramos por habitante. Este aumento de la adquisición y el uso de aparatos
también es resaltado por la encargada del Recupera del Valle.
“Nosotros hemos sido testigos de cómo van cambiando los mercados. Por
darle un ejemplo, hace algunos años, el periódico que se desechaba para
reciclar eran toneladas y toneladas porque pues todo mundo lo comprábamos. Sin
embargo, en este momento es un material que está casi extinguiéndose porque la
gente prefiere leer las noticias o se tienen a la mano los medios electrónicos:
el teléfono, la tablet o la computadora. Lo mismo ha sucedido con las
enciclopedias y con muchos libros, por eso uno de los residuos que están
creciendo en cantidad son los residuos electrónicos”, comenta quien encabeza
Recupera del Valle.
Adaptarse a una nueva práctica es difícil y hay personas que necesitan
de una motivación económica para comenzar a realizar cambios en su estilo de
vida. Una opción para esto es acercarse a los lugares de recolección, debido a
que en ellos es posible vender por kilo los residuos electrónicos. Incluso, en
algunos lugares aceptan aquellos artículos en ocasiones uno no cree que tengan
valor debido a su tamaño, como cargadores, cables, audífonos, entre
otros.
Patricia Ramírez comenta que Recupera del Valle forma parte de un programa llamado Ecolana, un proyecto surgido en el 2019 con el objetivo de
visibilizar aquellos centros de acopio de México y Latinoamérica, además de facilitar
la tarea de las personas al localizar el sitio más cercano a su domicilio para
intercambiar sus residuos, según a la categoría que pertenezcan: electrónicos,
aceite, acero, aluminio, revistas, ropa y más.
De igual forma, si surge el interés de iniciar una empresa
enfocada en el acopio o reciclaje de residuos, Ecolana cuenta con el programa
Amigos del Reciclaje. Este está enfocado en el diagnóstico, la capacitación y
el crecimiento organizacional a partir de las buenas prácticas y normas, todo
con el objetivo de cuidar del medio ambiente.