CIUDAD DE MÉXICO.-Cuando el futbol era la vida diaria de Jael Morales, una enfermedad se interpuso. La hepatitis interrumpió los sueños de la joven deportista, quien, a los 20 años, pateaba un balón; entonces, el padecimiento la llevó a explorar el atletismo de montaña.

El 8 de diciembre del 2016 participó en su primera carrera; lo hizo sin haber entrenado y, para su sorpresa, terminó cruzando la línea de meta en primer lugar.

Un amigo llegó a mi casa y me invitó a una carrera de montaña en Cuquila, Oaxaca, yo no tenía idea de lo que era”, relata. “Estuve tres semanas en cama, aburrida, porque padecí hepatitis tipo A y, apenas una semana después de salir de esta enfermedad, era ya la carrera... le dije a mi amigo que sí participaría. En principio, vi a todos listos y pensé en no correr, pero ya estaba inscrita; corrí sin preparación previa mis primeros 12 kilómetros; llegué a la línea de meta y el narrador dijo: ‘Y está llegando el primer lugar femenil’, quedé sorprendida e hice un esprint final”, afirmó.

Antes de adentrarse en el mundo del atletismo, Jael era delantera de un equipo de futbol femenil. Descubrió el gusto por jugar con hombres, pues se identificaba con la rudeza que se ejercía en el juego.

En secundaria y bachillerato era defensa central y delantera. Lo curioso aquí es que me gustaba más jugar con varones, me gustaba lo rudo y me ponía al tú por tú con los hombres, sabiendo que o aguantaba o me iba; me tocaron balonazos y patadas, pero esto ayudó a mi fortaleza mental”, recuerda. 

Su carácter fue forjado en las canchas de futbol y fue entonces que también se vistió de árbitro, bajo la influencia de su padrastro, quien también fue nazareno. “En el bachillerato fui árbitro dos años, gracias a la pareja de mi mamá, porque él es árbitro amateur y un día necesitaba un asistente porque el que estaba asignado no iba a llegar, y así comencé en una final amateur; los jugadores me miraban raro porque no había mujeres árbitros.”

Recibió también el consejo y respaldo de Miguel Archundia, hermano del reconocido árbitro mexicano Armando Archundia, ya retirado. “Me vio, me dijo que tenía talento y me invitó a formarme en su escuela de arbitraje... en eso andaba cuando me dio hepatitis y me decanté por el atletismo”, expuso.

 MUJER DE CAMPO

Morales tiene arraigo por la tierra oaxaqueña; su difunto abuelo dejó sembradíos, que actualmente representan su fuente de empleo y de inspiración. Debido a la pandemia, para Jael refugiarse en Oaxaca le sirvió como catarsis para fortalecerse mentalmente, a tal punto que decidió emprender un negocio.

Cuando inició la pandemia, me dedicaba al campo, es un trabajo pesado, porque hay que sembrar, subir el abono, y tenía que levantarme temprano para entrenar y, regresando, almorzaba y le dedicaba ocho horas diarias al trabajo, tuve que disciplinarme con los horarios. Desde niña, mi mamá me llevaba caminando desde Tlaxiaco al rancho, eran ocho kilómetros de ida y ocho de regreso. Mi abuelo tenía cinco terrenos y sembraba distintas cosas, él ya murió, y decidí venirme al rancho, invertí mi dinero aquí y ya sembré maíz, frijol negro, calabaza, rábanos, cebolla, lechuga y hasta un criadero de mojarras; a raíz de eso, tengo ni negocio en Oaxaca, ahí descubrí el gusto por el crossfit, ya que cargaba y subía el abono mojado en una cuesta de 500 metros, lo cual fue prácticamente un entrenamiento”, añadió.

La oaxaqueña conquistó el primer lugar de la Tepec Trail 2021, final del Golden Trail National Series México, que se celebró en Huasca de Ocampo, Hidalgo, con lo cual se erigió campeona absoluta de este circuito al ganar las tres fechas selectivas. En octubre próximo viajará a Europa para disputar la final internacional.

En México corrió primero en Cerro Rojo, Puebla (1er lugar/ 50 km); la segunda, en Mineral del Chico, Hidalgo (1er lugar/35 km), y la final del Tepec Trail en Huasca de Ocampo, Hidalgo (1er lugar, 40 km).

Me llevé el serial y 300 puntos para participar del 22 al 25 de octubre en la Golden Internacional, en Azores, Portugal; afortunadamente me toca estar ahí”, finalizó.