La Paz, Baja California Sur. La mirada de Sergio es triste, observa el horizonte mientras dice que ya perdió la esperanza, luego de la reunión que sostuvieron con la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas, la Secretaría General y el Ministerio Público en Baja California Sur (BCS).

Realizada en el Centro de Convenciones del Teatro de la Ciudad de La Paz, ciudad capital, estuvieron presentes grupos paceños, pero también otros provenientes de Los Cabos, en donde se ha concentrado una gran cantidad de casos de desaparición.

Algunos se salían de la reunión con Álvaro de la Peña Angulo, secretario general; Daniel de la Rosa Anaya, titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE); y de Lizeth Collins, comisionada de Búsqueda de Personas, con los colectivos.

“Es el recalentado de siempre”, decía María, de Los Cabos, quien busca a su sobrino Roberto de 23 años de edad, ya que dice “es como su hijo” y lo considera una persona noble, y trabajadora: repara motocicletas, tiene una esposa y dos niñas pequeñas.

“Me salí de la reunión porque va a hablar uno, el otro y el otro. Tenernos así es matarnos en vida, por no saber de nuestros seres queridos. La vida no es igual cuando te levantan a una persona y sobre todo cuando encuentras un cuerpo con celular, ropa y retazos”, expuso María.

Vestida con una blusa negra, pantalón negro y zapatos negros, con el luto haciéndose presente de forma involuntaria, mientras cuenta que a Roberto se lo llevaron el 24 de mayo de 2020 a las 7:15 de la noche de su taller mecánico en la colonia Buenos Aires, en San José del Cabo.

“Llegaron en una Ford Explorer blanca, lo golpearon con un fierro en la cabeza y frente a su mamá lo golpearon, la lastimaron a ella y forcejearon. Pero luego no nos llamaron, ni nos amenazaron, solo por Facebook de forma anónima nos decían que no lo buscáramos ya”, relató.

Esa noche buscaron hasta que amaneció, relató la cabeña para Diario El Independiente, pero dijo que parecía como si “no hubiera pasado nada”, luego de buscar a su hijo en el Servicio Médico Forense (Semefo), hospitales y comandancias de policía.

“Nació en San José del Cabo, sus padres también. Lo vi crecer y es como mi hijo, es muy noble. No se metía con nadie. Era joven, hombre y estaba arreglando una moto, tal vez ni iban por el”, dijo además la tía de Roberto.

Luego se interpuso la demanda y expuso que se les ofreció “el protocolo de siempre”, pero además les informaron que podían buscarlo por su cuenta; fue cuando se formó el colectivo al que dijo pertenecer, luego de que las investigaciones no arrojaran ningún resultado.

“Salimos todos los domingos temprano, desde las 7 u 8 de la mañana. Llevamos varillas para ir picando el suelo. Si sale blandito, o sale aceitito, empezamos a escarbar. Nos capacitó Elizabeth González, vino a enseñarnos todo lo que sabía para escarbar, buscar e identificar tierra movida”, agregó.

Al caminar de talones, la tierra se sume y es cuando puedes iniciar a escarbar en busca de huesos o algún otro objeto personal; posteriormente las palas y hasta una retroexcavadora se ha tenido que usar para liberar cuerpos enterrados.

En Los Cabos los recorridos son por donde ya han sido encontrados otros cuerpos como los arroyos a La Playita, el Don Guillermo, Zacatal y San José Viejo. Son diversos puntos, expone María y consideró que los periodistas han ido y venido “es lo mismo de todo el tiempo”.

“La comisionada dio su informe, pero es más lo que lloran ahí las mujeres, madres, porque no hacen nada. Hoy tuvimos un momento incómodo cuando les dicen que al que se llevó a su hijo, lo tienen trabajando en la PGJE”, agregó.

Sergio es originario de Guadalajara, pero radica en San José del Cabo, luego de perder a su hermano en el año 2017, víctima de desaparición forzada, se hizo voluntario en Búsqueda Los Cabos y relató sus experiencias. También salió de la reunión.

“Aparecen muchos cuerpos en el arroyo de El Tezal, esto no es normal. Son sentimientos encontrados y no tengo ya esperanza de encontrar a mi hermano. De hecho tuve COVID-19, con las secuelas queda uno tonto pero aquí seguimos”, expuso para este matutino.

Dijo que las instancias como la PGJE y la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas, han tenido diferentes discrepancias con la información en denuncias y personas encontradas; de los ministeriales no han obtenido gran apoyo, a pesar de acompañarlos en recorridos.

“No se trata de que nos acompañen, sino que ellos se hagan cargo. Una vez llegamos a una puerta de la que no pudimos cruzar sin una orden. Hace 2 o 3 años. Llegaron muchos porque la maña los tiene esclavos empaquetando droga (sic)”, expuso el entrevistado.

Consideró necesario que el gobernador electo, Víctor Castro Cosío, tome cartas en el asunto de las desapariciones aunque dijo tener desconfianza, “es más de lo mismo”, aunque luego corrigió, “espero en Dios me equivoque”, para poder encontrar a su hermano.

Los colectivos consultados coincidieron en que el gobierno crea Comisiones de Búsqueda para evitar la “presión ciudadana”; pero los elementos policiacos, al unirse en sus búsquedas, les han confesado que si hacen su chamba “los matan”.

“Un policía nos dijo que una vez presentaron a una persona, que tardaron mucho más en agarrarlo que en que lo liberara un juez, todavía nos vino a decir nos la van a pagar y es muy difícil combatir todo esto”, agregó el hombre.

Quienes más encuentran cuerpos en los arroyos son los ciudadanos que cocinan con leña y deben buscarla en el monte; “de esta forma se han encontrado 11 cuerpos de los cuales 4 se han entregado a sus familias”, agregó.

Entre irregularidades como la necesidad de pagar cantidades “pal chesco” de hasta 3 mil pesos, para poder obtener rápidamente pruebas de ADN, para identificar cuerpos, así como el maltrato de los policías que al encontrar restos, los tildan de “borrachos”, “indigentes” o “malandros”.

“Una vez encontramos un torso mutilado. Todo estaba quemado con aceite y thinner. La persona no se llevó todos los restos, únicamente el torso y lo demás lo dejó ahí tirado, huesos, dientes dijo que no le servía para la confronta. Tuve que levantar el resto llorando, juntándoselos a la familia”, agregó Sergio.

Se tuvo que comunicar con personas de la Secretaría General de Gobierno, para poder resolver el problema del médico forense, quien tuvo que ofrecer una disculpa; “Es su trabajo, para usted no es nada, pero nosotros los estamos buscando”, fue lo que dijo.

Se dijo un trabajador de la construcción, al igual que su hermano. Es difícil que los patrones otorguen el permiso para salir de emergencia, cuando hay llamados por localización de restos humanos.

“Mi hermano era trabajador de la construcción, por su cuenta. Consumía drogas, eso sí lo reconozco. Pero a veces son ellos quienes la pagan, cuando hay robo de drogas. Una vez a unas personas las mutilaron por robar, a uno le quitaron la mano y otro la oreja por no escuchar nada”, expuso.

Inclusive han tenido encuentros con miembros de la delincuencia organizada, expuso el activista, quien dijo que han intentado frenar su búsqueda en 2 ocasiones; la más directa fue en un arroyo, en donde un sicario “cortó cartucho” para exigirles que se retiraran.

“Luego me salieron en una búsqueda 2 vatos en 2 motos, íbamos puras mujeres, yo era el único hombre, me preguntaron que si a dónde iba y les dije claramente que estábamos buscando a nuestros familiares desaparecidos”, expuso.

“Entonces cortó el arma y me dijo, pues ya te cargó la verga, qué culpa tienen las viejitas, le respondí. Si quieres déjame donde mi mamá me pueda velar, si me haces daño. Entonces recapacitó y nos dijo que nos fuéramos y todavía yo le seguía replicando. Se enojó y nos fuimos. No sentí nada, hasta que me cayó el agua en la cabeza en la regadera, comencé a llorar”, agregó.

Son “los locos de las palas”, que coinciden además en que los homicidios han sido sustituidos por las desapariciones forzadas, “porque no hay delito si no hay cuerpo”, repitieron.

Pero las madres ocupan sus domingos para palear, sudar y llorar. Aunque tengan miedo los periodistas de cubrir la nota, se han dado cuenta que sus colectivos son “un mal necesario”, porque las autoridades solamente los tildan como “malandros”.

“El primero que encontramos fue una pierna, me duró un mes el olor como a puerco, así huele uno como a carnitas echadas a perder. Expuesto en el sol, la putrefacción, la grasa. Es como carnita vieja, rancia. Si supieras todas nuestras historias”, finalizó.

Lizeth Collins Collins, comisionada estatal de Búsqueda de Personas, dijo que esta convocatoria fue realizada por la Secretaría General de Gobierno; dijo se trata de una serie de reuniones, con la finalidad de informar la situación actual que guardan sus carpetas.

“Son temas relacionados con la búsqueda de personas desaparecidas, no localizadas en el estado. La fiscalía especializada dará su informe correspondiente, servicios periciales también de los restos, cuerpos osamentas localizadas”, agregó.

En total, del año 2016 al mes de agosto de 2020, se tiene un total de mil 218 carpetas de investigación abiertas por desaparición, por un total de mil 226 personas desaparecidas; en Mulegé, son 52; en Loreto, 12; en Comondú, 54; en La Paz, 573 y en Los Cabos, 535 personas denunciadas como desaparecidas.