El Museo Nacional de San Carlos inaugura la exposición “La historia que nos une. Animales de compañía en el arte”; pinturas, grabados... retratan la importancia de los animales en la vida de los humanos
CIUDAD DE MÉXICO. El vínculo afectivo entre humanos y animales de compañía, como perros y gatos, pareciera una moda, pero no es así, ha sido arte, una inspiración que desde el siglo XVIII se ha plasmado en distintas obras y que se puede apreciar en el Museo Nacional de San Carlos.
A partir de este jueves, dicho recinto cultural abrirá sus puertas a la exposición La historia que nos une. Animales de compañía en el arte, en la que se podrán apreciar 102 piezas de arte, entre pinturas, grabados, anuncios publicitarios y fotografías, que exploran esta especial relación con las mascotas.
“Nuestra propuesta es evidenciar que más allá de una moda, que pareciera mucha gente cree que lo es el pugnar por los derechos de los animales y no es así, es parte de nuestra historia como humanidad y sociedades.
Queremos explorar esta relación cercana y emocional entre seres humanos y sus animales de compañía para plantearnos cuestionamientos que van a un carácter ético de este vínculo”, comentó Mireida Velázquez Torres, directora del museo, durante la presentación de la muestra.
Así, se podrán apreciar obras de 10 colecciones privadas e institucionales, como el óleo sobre tela Niños Pepe y Julia Iglesias Calderón (1855), del español Juan Cordero, en el que dos niños sujetan a un perro de color negro, mismo que, de manera juguetona, lame el cuello del pequeño.
Otras obras son Nupcias (1879), de Cesare Agostino Detti; ¿No puedes hablar? (segunda mitad del siglo XIX), de George James Zobel; Mi gatito (1970), de Luis Améndolla; o bien, fotografías como la de Dolores del Río con su perro bull terri.
Por su parte, Claudia Garay Molina, una de las curadoras de la exposición La historia que nos une. Animales de compañía en el arte, explicó que ésta es un intento de mostrar el arte de una manera más lúdica, ejemplo de ello es la paleta de colores petfriendly, cuyo objetivo es saber cómo ven los animales.
Los visitantes además podrán aprender más sobre la historia cultural de la relación de los animales de compañía, entre otros temas, como el nacimiento de organizaciones en defensa de los animales.
“Tiene el objetivo de despertar el interés por los derechos de los animales”, sostuvo Garay Molina.
Los cinco módulos en los que la exposición se divide son los siguientes:
La muestra se puede visitar de manera gratuita a partir de este 26 de agosto y hasta el 20 de marzo de 2022, entre las 11:00 y las 17:00 horas; además, según lo permita la situación sanitaria, se anunciarán más actividades, talleres de color para vincular el arte con los animales, eventos de adopción, entre otros.
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Claudia Garay Molina, una de las curadoras de esta muestra, explicó que si bien los visitantes podrán hallar piezas del siglo XVI, hay especial énfasis en las de los siglos XVIII y XIX, ya que en éstos, debido al Romanticismo inglés y alemán, principalmente los perros y gatos fueron incorporados como “compañeros cariñosos, leales y desinteresados que daban a los humanos mucho más de lo que exigían a cambio”.
Garay Molina y Velázquez Torres explicaron cómo en el siglo XIX comienza a haber una idea de un trato digno hacia los animales, por lo que surgen asociaciones como la Real Sociedad para la Prevención del Crueldad de los Animales, en 1824, en Inglaterra.
Tras la integración de asociaciones en Europa y Estados Unidos que pugnan por el trato digno a los animales, en México, en el último cuarto del siglo XIX, se comienza a hablar sobre el tema.
De tal manera que gracias a los veterinarios José Mota y Miguel García, egresados de la Escuela de Agricultura y Veterinaria, quienes tenían una revista quincenal El Veterinario y el Agricultor, “se llamó la atención por primera vez el tema de la protección de los animales en México”.
La directora del Museo Nacional de San Carlos detalló que si bien el pensamiento de protección a los animales se originó en los sectores educados de las sociedades, los vínculos humanos-perros o humanos-gatos, por ejemplo, no obedecen a ninguna clase, como lo muestran las pinturas de Fernando Castillo.
Esta cuestión del trato ético concebido de manera consciente sí se da entre los círculos educados; sin embargo, esta necesidad de vincularse con los animales no reconoce grupo social”, sostuvo.