• Conocida como “la niña de las tapitas”, la pequeña Ita da un ejemplo de lucha, amor al prójimo y cuidado al medio ambiente.
San José del Cabo, Baja California Sur. Las acciones en favor del medio ambiente, así como reponerse y luchar ante cualquier adversidad, no tienen edad. Esto lo ha demostrado muy bien la pequeña Ita, quien es conocida en la comunidad como “la niña de las tapitas”. Regina Itandehui Cruz Romero, a quien de cariño llaman Ita, de tan solo 9 años, se ha convertido en una activista en favor del medio ambiente, pero también lleva un mensaje de superación a niñas, niños y adultos con discapacidad.
Ella recibió un diagnóstico de columna bífida y se le dijo que incluso no podría caminar, a pesar de ello, y gracias al apoyo de su familia y del CRIT Baja California Sur (BCS), la pequeña ha logrado caminar. Años atrás, cuando cumplió 5, junto con su papá, Ángel Cruz, se acercó a la Red para Protección de Tortugas Marinas de Los Cabos, esto debido al gran interés por la conservación ambiental y, a pesar de que el trabajo físico de los voluntarios de la red es extenuante, a Ita no le importó y comenzó su labor de ayudar, esto al percatarse de que gran parte de la contaminación en las playas de Los Cabos se debe a las tapas de los envases plásticos, por lo que comenzó una labor de recolección.
El hotel Sandos Finisterra y la Organización para la Sustentabilidad y la Conservación del Medio Ambiente, quienes son miembros de la Red para Protección de Tortugas Marinas, conocieron la historia de Ita y le brindaron ayuda para recolectar más tapitas. Al ser Ita paciente del CRIT, supo de un programa en el cual se recolectan tapitas, cartón y plástico para venderlo y apoyar a más niños con discapacidad en el estado, ya que los materiales se venden y con los recursos obtenidos se apoyan a más pacientes del CRIT. Fue así que su labor de protección de tortugas marinas dio un giro inesperado y se convirtió también en apoyo de niñas y niños con discapacidad.
Este mes de agosto Ita logró recolectar 21 costales de tapitas, mismas que ya fueron entregadas al CRIT, quienes le informaron a la pequeña que su ayuda se traducirá en más terapias, equipo y sillas de ruedas. La pequeña está convencida de que su labor no ha terminado, ya que hay muchos niños por ayudar, pero también hay muchas tapitas que se debe evitar que terminen en el mar, pues afecten a las tortugas y a todo el ecosistema, por lo que pide la ayuda y participación de toda la comunidad para hacer una red más grande de asistencia a niños con discapacidad y cuidado al medio ambiente.