• Se mitiga el golpe al bolsillo La cifra de las familias beneficiarias por programas del gobierno creció 9.8% en dos años y el monto que recibieron, 46% en términos reales
CIUDAD DE MÉXICO.-El año pasado, 12 millones 84 mil hogares en México
recibieron ayuda de un programa gubernamental, un alza de un millón 80 mil o
9.8% más respecto a 2018.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares
2020 del Inegi, las familias recibieron 46 mil 41 millones de pesos, 46% más,
real, durante dicho periodo.
Para Máximo Jaramillo, director del Instituto de Estudios sobre la
Desigualdad, este incremento se reflejó en los montos promedio recibidos por
los hogares, que pasaron de 922 pesos mensuales a mil 308 pesos en el periodo
de referencia, un alza de 41.8 por ciento.
En entrevista con Excélsior, indicó que por diseño, los apoyos sociales
se extendieron incluso entre los hogares de mayor ingreso, lo que sirvió en
parte para mitigar la pérdida de ingresos por la pandemia.
Es deseable, dijo, que la política social sea en dos vías: estrategias
focalizadas en la población más pobre, pues se mejorará la distribución del
ingreso y, por otro lado, apoyos que en caso de emergencia atiendan a amplios
segmentos, como los seguros de desempleo.
PROGRAMAS SOCIALES, A MÁS
FAMILIAS
El Inegi mostró que más hogares recibieron una
ayuda gubernamental, además de que, en volumen de recursos, aumentó
Un total de 12 millones 84 mil hogares reportaron haber recibido el
apoyo de un programa gubernamental durante 2020, lo que implicó un aumento de
un millón 80 mil o 9.8% respecto a 2018, según resultados de la Encuesta
Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2020.
Así, los hogares reportaron haber recibido un total de 46 mil 41
millones de pesos, lo que implicó un incremento de 46% real en dos años.
Máximo Jaramillo, director del Instituto de Estudios sobre la
Desigualdad (Indesig), explicó que este incremento reportado en la ENIGH se vio
reflejado en los montos promedio que recibieron los hogares, pues calculó que
pasaron 922 pesos mensuales a mil 308 pesos en el periodo de referencia, lo que
implicó un alza de 41.8%.
El especialista añadió, en entrevista con Excélsior, que por el propio
diseño de los apoyos sociales, éstos se extendieron incluso entre los hogares
de mayores ingresos, que sirvieron en parte para mitigar la pérdida de ingresos
por causa de la pandemia.
El incremento en las transferencias se vio reflejado en las entidades
federativas, en el cual el ingreso de los hogares por este concepto se
incrementó en 26 estados y sólo cayó en 6 entidades.
LOS PROBLEMAS
REDISTRIBUTIVOS
Pese a la mayor cobertura y monto de los programas sociales durante la
pandemia, Jaramillo enfatizó en las fallas que tuvo la distribución de los
recursos que recibieron los hogares.
En primer lugar, expresó que se redujo el número y la proporción de
hogares de menos ingresos que recibieron apoyos, en contraste con los hogares
de mayores ingresos, quienes aumentaron no sólo en número, sino que el monto
recibido también estuvo al alza.
Esto obedece al reenfoque de la política, pues
se eliminaron programas altamente focalizados como Prospera, y se reemplazaron
por otros como becas, que pretenden llegar a todos los segmentos”, expresó.
El también académico de la Universidad de Guadalajara comentó que el
principal problema de la política social es que tiene los problemas de dos
paradigmas: el focalizado, que pretende llegar sólo a los pobres, y el
universalista, que busca llegar a la mayor cantidad de población posible.
“Un diseño que yo no recomendaría, que es agarrar todo el dinero de la política
social y dar un ingreso parejo a todos, sería más redistributivo que el esquema
actual”, sentenció.
REENFOCAR LA POLÍTICA
SOCIAL
Máximo Jaramillo no se mostró en contra de apoyar a los hogares de
ingresos medios y altos en coyunturas como la actual, ya que toda la población
sufrió algún grado de afectación con la pandemia, y en particular la población
en zonas urbanas.
Sin embargo, expresó que la política social debe estar preparada en dos
ámbitos distintos.
Por un lado, tener programas focalizados que
sólo atiendan a la población más pobre, pues con ello nivelas el terreno para
sacarlos de la pobreza y también mejoras la distribución del ingreso. Y por
otro lado, debes tener programas enfocados a activarse en casos de emergencia
para atender a un amplio segmento de la población, como lo son seguros de
desempleo o ingresos mínimos que permitan hacer frente a emergencias”, dijo.
Finalmente, dijo que el gasto en salud ha sido insuficiente para la
crisis.
ACCIONES
El exsecretario ejecutivo del Coneval también se refirió a la
importancia de los apoyos gubernamentales para afrontar la caída de los
ingresos familiares. Indicó que a partir de 2018 se dio un incremento del 50
por ciento en ellos y a más personas, pero señaló que este apoyo no se
distribuyó correctamente.
Dijo que “aquí la buena noticia es que hubo un aumento de programas, la
mala noticia es que fue distribuida muy malamente porque a la gente más pobre
le dejamos de dar 35 por ciento de apoyos respecto a lo que tenían en 2018”.
Comentó que una parte de la mala distribución de los apoyos
gubernamentales se da con la ampliación de las transferencias a los adultos
mayores.
Detalló que en estos casos las personas bien identificadas, que tenían
pensión del IMSS y bien ubicados por el gobierno, aumentó. Mientras que a los
adultos mayores de comunidades lejanas que no cotizaron en la formalidad, es
mucho más difícil identificarlos y, por lo tanto, no les llegaron los apoyos.
Estableció que la ubicación de las personas con mayores necesidades es
muy mala en esta administración a pesar de que su lema es ‘Primero los pobres’,
y “en aras de universalizar (los programas sociales) dejamos de poner atención
a la gente más pobre y la paradoja es que los apoyos gubernamentales, que sí
crecieron, se fueron a los deciles de ingresos más altos”.
Al 10 por ciento más pobre, más pobre, las
transferencias gubernamentales cayeron casi 30 por ciento entre 2018 y 2020”,
enfatizó.