· “Sin aviso previo cerraron, en una acción arbitraria. Pago 4 mil 500 pesos mensuales sólo en higiene”.
La Paz, Baja California Sur. El propietario de un gimnasio hizo un llamado a las autoridades pidiendo sensatez ante la aplicación de medidas inmediatas contra el contagio generalizado de Covid-19 en la capital del estado, y momentos después clausuraron su establecimiento, el cual, aseguró, cumplía con todas las medidas para realizar actividades de activación física al aire libre.
Momentos antes de la clausura de su establecimiento, Moisés Sánchez Espinoza, propietario del Gorila House, que opera bajo protocolos establecidos por la Comisión Estatal para la Prevención contra Riesgos Sanitarios (Coepris), ofreció una entrevista a Diario El Independiente en la que informó que, en coordinación con diversos gimnasios, academias de danza y otros establecimientos de cultura fitness, sostendrán reuniones con autoridades municipales por hechos similares.
“Cuando se nos dio el aviso del cierre hace un año, estábamos en un lugar cerrado y conseguimos la autorización porque nos pasamos a un lugar abierto. Nosotros deberíamos ser los últimos en cerrar y los primeros en abrir, porque ofrecemos la posibilidad de hacer ejercicio en espacios abiertos […] Tuvimos el compromiso de cumplir ciertas normas que Coepris nos impuso, como es el protocolo de sanidad, la bitácora de acceso y de limpieza, la sanitización al entrar terceros al lugar, espacio entre los aparatos para ejercicio, uso continuo de cubrebocas al realizar actividades, entre otros que cumplimos al pie de la letra”, dijo Sánchez Espinoza a este matutino.
El dueño del Gorila House informó que paga 4 mil 500 pesos mensuales en servicios para mantener de manera adecuada los protocolos que imponen las autoridades, además de renta y otros gastos, y sin apoyo del gobierno logra mantener a flote su centro de trabajo, el cual genera empleos. Resaltó que el uso de una bitácora de acceso tenía el objetivo de identificar posibles cadenas de contagio, pero no se ha solicitado una copia por parte de las autoridades para verificar si los asistentes a los gimnasios forman parte de cadenas de contagio.
“Que vengan las autoridades y que la revisen, que la cotejen con la lista de contagiados, así se van a dar cuenta de que un gimnasio no es un foco de contagio”, indicó Sánchez Espinoza, y subrayó que esto era posible debido a que un gimnasio no era un giro comercial cualquiera, sino un espacio donde los clientes acuden de manera regular y a horarios específicos, donde siguen protocolos e indicaciones para aislarse de manera adecuada y sin afectar a terceros.
Sánchez Espinoza afirmó que las determinaciones de las autoridades llevaron a los giros de este tipo a reunirse en una asociación que se preparaba para sostener una serie de reuniones con autoridades municipales para plantear sus condiciones de trabajo.
Momentos después de esta entrevista, el dueño del gimnasio confirmó a este diario que su establecimiento estaba siendo clausurado. La clausura fue realizada por parte del Comité Municipal de Protección Civil, atendiendo lineamientos aprobados el miércoles pasado, entre los cuales se indica “la cancelación de toda actividad deportiva”, y el jueves los aplicaron en el gimnasio.
“Llegó el director de protección civil y luego un reportero a grabarme mientras me clausuraron: es una decisión totalmente arbitraria”, alcanzó a decir Sánchez Espinoza.