• El museo exhibió ayer, por primera vez, la escultura Adán y Eva, junto al óleo homónimo del artista jalisciense
CIUDAD DE MÉXICO. El Museo
Soumaya exhibió ayer, por primera vez, la escultura Adán y
Eva, de Juan Soriano (1920-2006), junto al óleo homónimo del artista
jalisciense.
La pieza de terracota con monocromía tiene una dimensión de 51
centímetros de altura y una base de 48 x 16 centímetros, en donde se observa a
Adán recostado y a Eva surgiendo de una de
sus costillas.
Marek Keller, presidente de la Fundación Juan Soriano, recordó que el
año pasado, en el marco del centenario del nacimiento de Soriano, tuvo noticias
de la existencia de esta escultura, la cual sería vendida. Así que fue a
examinarla y descubrió, con sorpresa que la pieza era original. “Mi sorpresa
fue inmensa porque Juan y yo pensábamos que esa pieza no existía más, que quizá
se había perdido o quebrado”.
La escultura, que antes integró los fondos de Agustín Guevara Alas,
apuesta por la emoción y la empatía del espectador, quien se vuelve cómplice
del mito de los primeros habitantes, en la que Soriano restituyó la supremacía
de Eva al plasmarla como una Venus
prehistórica, es decir, se trata de una figura femenina inspirada en la
anatomía de las diosas madres, dadoras de vida, protectoras y símbolos de
fecundidad, que específicamente evoca a la Venus de Lespugue, hallada en 1922 por R. de Saint-Périer en la
Cueva de Rideaux, en Francia.
Además, en la base muestra un bajorrelieve que revela a una mujer –acaso
Lilith o la propia Eva– seducida por una serpiente.