· Denuncia un colaborador falta de pago por parte del IEE; “Me hicieron quedarme sentado horas hasta ir por los paquetes electorales, y cuando terminamos dijeron que debíamos quedarnos hasta la mañana siguiente, violando la Ley del Trabajo”.
La Paz, Baja California Sur. Testimonios de personas contratadas como “prestadores de servicios” para el Instituto Estatal Electoral (IEE) en Baja California Sur (BCS) relataron a Diario El Independiente cómo su labor “tras bambalinas” permitió la ejecución de una jornada electoral con un pago único, sin seguridad médica o contra accidentes, y en condiciones precarias de pago en una sola exhibición: “me hicieron dormir en el piso”, relata un trabajador que, al no resistir la carga, prefirió renunciar el día de la elección.
Las costosas elecciones que culminan el próximo domingo con la entrega de actas de mayoría no distribuyen recursos de manera pareja. Mientras candidatas y candidatos, partidos políticos y autoridades electorales tienen garantizados recursos millonarios, los verdaderos engranajes de la maquinaria democrática: funcionarios de casilla y personal de apoyo, libraron la jornada por unos cuantos pesos.
Según la carta de renuncia que Adrián Estaban Velázquez Valenzuela, contratado como “prestador de servicios”, presentó ante el secretario ejecutivo del IEE el 8 de junio, “las condiciones laborales estipuladas” en el contrato que se les entregó de manera extemporánea, “sólo benefician al instituto, pues falta a la Ley Federal del Trabajo, ya que en el contrato por honorarios no existe relación laboral”, y al mismo tiempo menciona que debe cumplir con un horario fijo, asistir a un lugar de trabajo fijo y recibir instrucciones específicas, “por lo que puedo reclamar los derechos estipuladas en dicha ley”, anotó.
Velázquez Valenzuela se acercó a Diario El Independiente para hacer del conocimiento público que buena parte del personal que operó durante el proceso electoral 2020-2021 bajo el supuesto de prestación de servicios; en realidad fue contratado de manera precaria para asumir funciones críticas para el desarrollo de la jornada electoral.
“El día 31 de mayo se presentó una convocatoria para trabajar como prestador de servicios generales por parte del Instituto Estatal Electoral de Baja California Sur, el día 3 de junio llegó un mensaje que nos presentemos a trabajar, pero no se nos entregó contrato”, relató. “Se me comentó a mí y a varios compañeros que la paga iba a ser de 4 mil 600 pesos pero que al descontar impuestos nos iban a quedar cuatro mil cien, nos pareció bueno el pago por las jornadas de trabajo que son el día de la elección y el día de cómputos”, recordó.
Pero el día de la elección, el 6 de junio, llegaron al lugar convocado, en su caso el Comité Municipal de La Paz, lugar en donde, relata: “me tuvieron parado de 10 de la mañana hasta las 18 horas, cuando nos mandaron como choferes para transportar los paquetes de la elección de ayuntamiento, desde los comités distritales hasta el comité municipal. Esto se hizo con carros rentados, para los cuales se requirió nuestra identificación oficial, a pesar de no tener seguro para cualquier accidente”, advirtió.
Desde las 6 de la tarde del 6 de junio y hasta las 2 de la madrugada del día siguiente, Adrián y sus compañeros acarrearon paquetes electorales. “A esa hora nos dicen que no nos podemos ir, que debemos esperar a que llegue el último paquete”, y el último paquete, del distrito 6, llegó a las 8 de la mañana.
“Les decimos que ya es hora de salir y nos dicen que no podemos salir. Nos trajeron alimentos, nos dieron condiciones laborales, nos dicen que esperemos, compañeros agotados terminamos dormidos en el piso, no nos dejaron ir hasta que terminaron de leer la última acta en voz alta […] Se nos hizo inhumano dormir en el piso, seguir trabajando, una compañera tuvo problemas de salud, al otro día martes nos citaron a ordenar actas por distrito, y a esperar a la llegada del enlace jurídico quien nos entrega los contratos y lo primero que vemos en el contrato es que no hay un horario […] No eran los 4 mil 100 prometidos, eran sólo era 3 mil 400 pesos, menos las retenciones de Hacienda nos quedaron 2 mil 551 pesos: eso fue indignante. Ocupaba el trabajo, pero no lo iba a hacer por 2 mil pesos trabajando jornadas de un día y violando la Ley Federal del Trabajo […] El trabajo era muchísimo, todos los compañeros querían renunciar, no querían poner a trabajar hasta el sábado, tienen 72 horas para contar las casillas con irregularidades en cuestión de actas, en esta situación dijeron que era corrido de nuevo, por eso renuncié”.
Sus compañeros siguen contando actas que tienen causales para recuento, con jornadas de 8 horas de trabajo y 8 horas de descanso, hasta el cierre de los cómputos que se estima sea el sábado 12 de junio.