• Comienza ciclo de charlas 'La obra poética de Góngora en su contexto'
Ciudad de Mexico.- Los
prejuicios contra el poeta y dramaturgo andaluz Luis de Góngora “no han
desaparecido; más que hacia sus imitadores y admiradores, son contra el
fenómeno mismo del gongorismo”, sostuvo la investigadora Mercedes Blanco en la
conferencia El efecto Góngora: una interpretación del gongorismo.
Con esa charla se inició el ciclo
virtual La obra poética de Góngora en su contexto: interpretación,
difusión, imitación y censura, organizado por la Biblioteca Nacional de
México para poner a examen ideas tradicionales en torno al gongorismo y
cuestionar lugares comunes falsos o simplificadores dentro de la historia de la
literatura.
Blanco dijo que “reina una confusión
que no se ha disipado del todo, agravada por el hábito de designar la impronta
de Góngora en su siglo y el estilo característico de sus grandes poemas con los
términos de ‘cultismo’ y ‘culteranismo’”, desde el inicio de la historiografía
literaria de lengua española en el XVIII.
En cambio, “el conceptismo, una voz
acuñada tardíamente, es una estética del concepto y de la agudeza inseparable
de un poeta como Góngora; es decir, no hay un cultismo por un lado y un
conceptismo por el otro. Parte de lo que llamamos cultismo o la dificultad y el
refinamiento de Góngora está realmente basado en la práctica de la estética del
concepto”.
La catedrática de Universidad de la
Sorbona se apoyó en los estudiosos actuales de Jesús Ponce Cárdenas y Antonio
Carreira para intentar concebir un modelo que muestre a Góngora de otra manera.
En síntesis, a un poeta que dominó la tradición literaria clásica y al mismo
tiempo “trasformó todas las que cultivó, empezando con los géneros populares de
profunda raíz hispánica como el romance, la letrilla o el villancico”.
Blanco refirió que “Góngora fue
aplaudido y venerado por algunos; imitado por casi todos porque destacó en casi
todos los géneros que tocó y en todos dejó un toque personal; se distinguió en
la manera de dar relieve, color y nitidez a pensamientos complejos por un
dominio de la tradición clásica, una enorme memoria verbal del castellano y del
latín, una rapidez en el juego de palabras y la alusión en el que sólo lo
igualó, quizá, Quevedo.
“Por otro lado, admiraba de forma
apasionada al rey de los poetas castellanos antes que él, Garcilaso de la Vega,
quien 50 años antes había introducido a las personas de lengua española en la
poética de Italia en un momento en que se estaba reformando y expandiendo por
la importación de géneros y modos clásicos de la oda, la epístola, el epigrama,
la epopeya.”
La especialista en Góngora
ejemplificó la agilidad del poeta con las Soledades y Fábula
de Polife-mo y Galatea.
“Esos saltos entre diferentes niveles
temporales y registros temáticos que sorprenden; es posible que esa agilidad
proceda del romance español antiguo, con esa manera brusca, escorzada de
comenzar y terminar las narraciones que inicia con una interlocución que no se
sabe de dónde procede.”
Relató que en su tiempo, “España
estaba esperando otro tipo de poesía, de mayor vigor y autoridad, digna de la
reputación de la que se glorificaba la monarquía. El Polifemo y
las Soledades (alrededor de 1613) son un logro maravilloso
porque en estos poemas maduraba, por fin, esa demanda de una poesía erudita,
elevada, en la que muchos españoles se habían empeñado al parecer con poco
éxito o no con el éxito tan rotundo desde hacía varios decenios.
“Algunos de los lectores deploraron
que la magnificencia de ese lenguaje erudito fuese más pomposa y brillante que
grave y severa, más rica en pinturas deleitables que en enseñanzas filosóficas.
Autores deseosos de ocupar un puesto aventajado en la competición literaria,
como Lope o Quevedo, la denunciaron como una impostura, en todo caso, como un
fracaso.
“Se convirtió entonces todo el
ambiente urbano de escritores y hombres cultos, basado en la corte pero con
ramificaciones en la península y más allá, en el campo de la batalla
encarnizada reñida en favor o en contra del nuevo estilo.”
Por otro lado, poetas habituales u
ocasionales sacaron de esas nuevas poesías gongorinas palabras, frases, esquemas
rítmicos y sintácticos, figuras y conceptos. Esa imitación se fue convirtiendo
paulatinamente en una pieza característica y cultural de los escritores
castellanos, portugueses y catalanes, en verso y en prosa, en el papel y en el
teatro. Desde Madrid, Sevilla, Zaragoza, Granada, Valencia, Barcelona, Lisboa,
México, Lima, Santa Fe, Bahía, Bogotá, Tunja y Manila.
El ciclo de conferencias
virtual La obra poética de Góngora en su contexto continuará
los días 2 y 4 de junio, de 10 a 12 horas. Será transmitido a través del canal
en YouTube de la Biblioteca Nacional de México.