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Hoy es viernes, 22 de noviembre de 2024

Cierre físico y apertura virtual; galería Juan Martín

• A 60 años de su fundación, el recinto concluye una etapa encabezada por artistas como Rojo, Felguérez, Von Gunten y Toledo

Cierre físico y apertura virtual; galería Juan Martín

CIUDAD DE MÉXICO.-Una aventura maravillosa, un tiempo valioso de aprendizaje y experiencia, la oportunidad de conocer a “gente significativa que nutre” y el encuentro con el arte como pasión. Esto ha significado para Malú Block la Galería Juan Martín que, tras 60 años de actividad, cerrará su sede física el próximo 1 de julio y preparará su apertura virtual “para estar acorde con los nuevos tiempos”.

Fundada por el galerista Juan Martín en 1961, en la calle de Hamburgo, en la Zona Rosa, la apuesta siempre fue por promover una escuela mexicana de pintura y, en especial, el arte no figurativo, comenta la promotora en entrevista con Excélsior.

Es una especie de renacimiento, una renovación. Necesitamos sangre joven, abrirnos a las nuevas generaciones. La apuesta seguirá siendo por un arte que perdure, no efímero, que diga algo por sí mismo, que conmueva. No será un espacio para videos ni body-art”, asegura Block.

A sus 88 años, Malú recuerda que se integró a este equipo en 1967 y que en 1973 se quedó con las riendas de la galería porque Juan Martín, amigo de sus padres, ya se quería liberar.

Yo llegué de Mazatlán, tenía 34 años y seis hijos. Juan me invitó a trabajar y dije ‘bueno, para hacer sobrecitos, creo que sí puedo’. Me fui quedando, creo que me dieron polvos mágicos. Aprendí mucho de Juan y cuando me propuso dejarme la galería, muerta de miedo acepté”, cuenta.

Desde el principio promovieron la obra de un grupo compacto de artistas, entre los que destacan Vicente Rojo, Lilia Carrillo, Manuel Felguérez, Roger von Gunten, Fernando García Ponce, Alberto Gironella y Gabriel Ramírez. Francisco Toledo se unió en 1968, a su regreso de París.

Teníamos una comunicación muy estrecha, una relación cercana. No eran los artistas por un lado y la galería por el otro, éramos todos. El trato siempre fue personal y verbal, la palabra era importante”, agrega.

La galería se mudó en 1966 a la calle de Amberes 17, y en 1988 a Dickens 33-B, en Polanco, año en que se incorporó Graciela Toledo, hermana de Francisco, como socia y asesora.

 Juan era muy intuitivo. Nunca pensó a sus artistas como un grupo. No eran aún la Ruptura, eso se fue formando solo. Él les decía que debían dar la batalla para abrirse camino”, señala Graciela.

Las galeristas recuerdan que, poco a poco, se fue ampliando la cartera de artistas, siempre con la aprobación de los creadores originales. Así llegaron Helen Escobedo, Arnaldo Coen, Sebastián, Susana Sierra, Manuel Marín, Irma Palacios, Francisco Castro Leñero, Marina Lascaris o Jorge Yázpik, entre otros. Y los fotógrafos Manuel y Lola Álvarez Bravo, Graciela Iturbide, Héctor García, Marco Antonio Cruz, Pedro Valtierra o Pablo Ortiz Monasterio.

Había mucha ebullición. Hacíamos cinco o seis exposiciones al año, con una duración de cinco semanas cada una. A veces no vendíamos mucho, pero nos divertíamos. A mediados de los años 70 hacíamos, todos los sábados, una tertulia de clientes y amigos. Le decíamos ‘la comida de los divinos’ y luego pasaban a la galería. Iban Carlos Fuentes, Fernando Benítez, Eduardo Matos Moctezuma, entre muchos”, añade Malú.

No sé cómo pasó el tiempo tan rápido. Era otra época, cuando había muchos críticos de arte que recorrían todas las galerías y comentaban la obra de los artistas. Pero hacia el 2015 se fue haciendo muy difícil y con la pandemia nos fue muy mal, dejamos de vender. Pero somos sobrevivientes, lo cual agradezco”, indica Block.

Graciela afirma que el cierre físico de la galería responde a una nueva realidad, pues no sólo han muerto varios de sus artistas originales, sino muchos de sus coleccionistas y visitantes asiduos.

Llevamos a la casa de Malú 60 años de historia en papeles, fotografías, catálogos y correspondencia. Regresamos a los artistas la obra que teníamos de cada uno. Ya entregamos la sede.

Tomaremos un descanso para ordenar el pensamiento y planear bien lo que haremos. Es un cierre físico con una apertura virtual. Por el momento, seguiremos con nuestros servicios vía internet”, concluye.