• Los especialistas criticaron que el INAH implementara una normatividad ilegal, punitiva y contradictoria
Agencia
CIUDAD
DE MÉXICO.-El Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) ha implementado una normativa ilegal,
contradictoria, con sanciones inspiradas en la Santa Inquisición, con una
burocracia excesiva y un Consejo de Arqueología que ejerce funciones de
terrorismo científico, coincidieron ayer los arqueólogos e investigadores
Eduardo Matos Moctezuma, Leonardo López Luján, Bolfy Cottom y Sara Ladrón de
Guevara, entre otros.
Así sucedió ayer durante la mesa
Nueva normatividad para la arqueología en México, convocada por el Sindicato
Nacional de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH, luego
de que el pasado 22 de abril, Diego Prieto, titular del INAH, aprobara los
nuevos documentos que regulan la investigación arqueológica en México,
definidos como excluyentes y burocráticos.
Ante lo cual, los expertos
coincidieron en que se solicitará formalmente a Diego Prieto que deje sin
efectos dichas reformas y que se genere un proceso de consulta para discutir
las funciones y atribuciones del Consejo de Arqueología y los lineamientos ya
aprobados.
Leonardo López Luján, director
del Proyecto del Templo Mayor, aseveró que los nuevos lineamientos son “una
colección inacabable de requisitos y de procedimientos burocráticos,
solicitudes de autorización, prohibiciones, plazos perentorios y sanciones”,
producto de la estructura vertical que impera en el INAH.
Criticó el artículo 20, que
imponga un límite máximo de cinco años para cualquier proyecto de
investigación. “No entiendo por qué cinco y no tres o siete. ¿Cuál fue la matemática
elemental que condujo a esta cifra mágica?”. Y agregó: “¿Qué pensarían los
(investigadores) que laboraron durante décadas en Monte Albán, Tula, Cholula y
Palenque?”.
Recordó que los dos primeros
titulares del Consejo de Arqueología (Ignacio Bernal y Eduardo Matos) “nunca
vislumbraron un ente autoritario definido por verbos como imponer, exigir,
limitar, sancionar, propios de una ventanilla burocrática, sino que sus mentes
visionarias se guiaban por la pasión con que ejercían su profesión”.
Y agregó: “Pido públicamente al
director del INAH, Diego Prieto, que deje sin efectos los nuevos lineamentos
para la investigación arqueológica en México y se vuelva al documento anterior
(de 2017), en tanto se elaboran disposiciones de manera reflexiva y que correspondan
a la muy triste realidad material, financiera y humana de quienes laboramos con
ahínco en nuestro país”.
Para ello, añadió, es fundamental
ser incluyentes y tomar en cuenta a un gremio que hoy hace legión, incluyendo a
arqueólogos del INAH, la Universidad Veracruzana, la UNAM y el Colegio de
Michoacán, así como las voces desde el extranjero.
Por su parte, Matos Moctezuma
envió un mensaje en el que aseveró que “la ciencia, en cualquiera de sus ramas,
debe contar con plena libertad para ejercerse”.
Y aunque reconoció que es lógico
que las instituciones posean controles para que la investigación tenga un
óptimo rendimiento, cuando algunas medidas se rebasan en demasía la burocracia
se sobrepone a la ciencia y entonces el asunto está mal.
Pienso
que hubo precipitaciones al emitir los lineamientos en materia arqueológica,
los capítulos son tan restrictivos que el arqueólogo se la pasaría rindiendo
informes”.
Sara Ladrón de Guevara, rectora
de la Universidad Veracruzana, señaló que “no es pertinente establecer más
candados que compliquen más esta investigación arqueológica”, y criticó que
dicha reglamentación sea impuesta de manera vertical.
Bolfy Cottom comentó que el INAH
necesita contar con una normatividad suficientemente amplia y clara, dado que
los bienes arqueológicos tienen un doble estatus, es decir, que son monumentos
nacionales y al mismo tiempo bienes de la nación, y por ello hay que
protegerlos de destrucción, tráfico, robo y comercialización.
El experto en políticas culturales cuestionó la idea y aseguró que eso es un
mito. “La Ley Federal sobre Monumentos no regula la disciplina arqueológica ni
la arqueología como ciencia, sino la investigación arqueológica relacionada con
bienes que se consideran monumentos arqueológicos y eso me parece un aspecto
importante”, expresó.
En su explicación abundó en numerosas contradicciones y aseguró que se debe
solicitar de manera formal a Diego Prieto que se deje sin efectos las reformas
a los lineamientos de 2017 y se convoque a un proceso de consulta para discutir
la conformación, funciones y atribuciones del Consejo de Arqueología, así como
los lineamientos, para lo cual se debe escuchar a todos y no ejercer un
terrorismo científico o burocrático.
En la mesa también participaron
los investigadores y arqueólogos Rosa Reyna Robles, Luis Alberto López Wario,
Rodrigo Esparza López, Rodrigo Liendo y Alfredo Barrera.