El cuerpo estuvo en el Semefo tres años en calidad de desaparecida.
La Paz, Baja California Sur. Valeria Castillo desapareció hace cinco años, tres de los cuales sus restos estuvieron en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) sin ser identificada, mientras era buscada por su familia. Al ser finalmente vinculada genéticamente con su madre, la Procuraduría General de Justicia del Estado entregó los restos de esta persona, pero no un acta de defunción, al respecto, el titular de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, Baltazar Amador Peralta, aseguró que el caso ya no es responsabilidad suya y recae en criterios de interpretación del Registro Civil.
Así es, la PGJE se ha deslindado del caso y la situación de los retos de Claudia Valeria será resuelta por un juez familiar, quien detectó la anomalía de la investigación sobre la muerte de Valeria a quien los médicos legistas resisten a dar a conocer una fecha de defunción estimada.
“Cuando encontraron el cuerpo jamás lo reportaron, ahora dicen que no traía ropa, no sé cómo la encontraron, dicen que tienen la más alta tecnología y ahora no lo saben”, expresó la madre de Valeria Castillo, Claudia Castillo quien confirmó que aún no puede sepultar sus restos mientras siguen al interior de una funeraria cuyos servicios no sabe si tendrá que pagar ella, “van muchos días”, lamentó, ya más que dolor siente “frustración”.
Por su parte, el fiscal especializado confirmó que la entrega del cuerpo fue acompañada de un certificado de defunción que omitía la fecha de defunción. Aunque normalmente con ello se puede tramitar el acta de defunción ante el Registro Civil, al no contar con este dato el Registro Civil tuvo que iniciar un procedimiento en los juzgados familiares.
El funcionario de la PGJE reconoció que el médico legista en Semefo expidió en el certificado de defunción ya que anotó el día en el que fue localizada la osamenta y no la fecha de defunción. “Nosotros la entendemos, porqué pasar por una situación como esta no se le desea a nadie”, expresó Amador Peralta, sólo dijo que a la señora Castillo, madre de Valeria, simplemente “le tocó pasar por esta situación”.
“Cuando se expidió el certificado de defunción se puso la fecha de localización de la osamenta, en 2018, porque es casi imposible poner la fecha determinada de cuando perdió la vida”, expresó, sin exponer las condiciones en que fue encontrado, almacenado y no identificado el cuerpo de Valeria por tres años.
Ahora, con el asunto en los juzgados de lo familiar “depende de la interpretación, porque los médicos legistas no se quieren meter en problemas y en este caso”, afirmó el funcionario de la PGJE sobre sus colegas “el médico que le tocó decidió poner la fecha de localización de la osamenta”, expresó el fiscal, sin informar si hay un procedimiento interno respecto a los hechos que han victimizado a la familia Castillo.
La PGJE informó que el proceso avanzó ante un juez familiar, y que era probable que antes de que terminara esta semana estén listos los documentos necesarios para sepultar a Claudia Valeria. “Tuve que hablarles yo a ellos porque a mí no me informan nada, tengo que estar marcando a la licencia Lilina, que dijo que el director del registro civil”, expresó la madre de Claudia.