• En 21 días es la elección. La tendencia irreversible ya angustia y desespera a candidatos de Morena. • Aumenta el riesgo de elevar el tono de las agresiones mediáticas, verbales y de propaganda de abanderados morenistas. • Oscar Leggs contribuye a la adversidad morenista. No acudió a debate en Los Cabos.
Dentro de
tres semanas será la elección donde los sudcalifornianos tendremos la
oportunidad de decidir sobre el futuro político de la entidad, pero la campaña
concluirá en solo 17 días. Quienes ya lograron alcanzar ese punto de aceptación
ciudadana, que ya no tiene regreso, seguramente solo conservarán el ritmo de
sus actividades, pero quienes saben bien que aún no están en el grado de
simpatía popular adecuada, algo tendrán que hacer para levantar su presencia.
Por ello es
muy factible que a partir de esta semana, se agudicen las actividades
mediáticas para llegar más y mejor a la ciudadanía, aunque también crece el
riesgo de que algunos no soporten esta adversidad y se atrevan a realizar más
destrucción y vandalización de propaganda opositora, agresiones verbales y lo
que es peor, que se inicie una guerra sucia en donde aspectos personales,
ciertos o falsos de los adversarios se puedan poner en evidencia ante la
opinión pública.
Quien más
características de este tipo ha presentado ya a estas alturas de la contienda
electoral, es Morena cuya descreditada dirigencia estatal jamás imaginó que se
encontrarían ante la posibilidad real de perder las próximas elecciones.
Para los
dirigentes morenistas les parece imposible que a tres años de las elecciones
pasadas, ahora se encuentren ante una condición tan desagradable que incluso
los lleva a tomar acciones desesperadas como la que asumió la candidata a la
alcaldía de La Paz, Milena Quiroga Romero en días pasados al olvidarse que
agredir a los niños está penado por la ley por lo que ahora está denunciada
ante las autoridades judiciales.
Incluso las
candidatas a la alcaldía paceña del Partido Verde Azucena Meza Gómez y del
Partido Encuentro Solidario (PES) Laura Marcela Neuenschwander Guillén,
cuestionaron seriamente esa actitud de la endeble candidata morenista.
Obviamente
para Morena no solo se presentan dificultades para lograr la victoria electoral
en La Paz y los municipios norteños de la entidad, sino también en Los Cabos
donde su candidato Oscar Leggs, rehuyó acudir a un primer debate entre
candidatos (y quizás el único que se realice en esta campaña), por lo que
también le sumó negativos a la morenista que hace algunas semanas parecía
imbatible.
A estas
adversidades para lograr mayor presencia ciudadana se suman también la
cancelación de los servicios que proporcionaría para organizar el PREP en el
Instituto Estatal Electoral una empresa
a cargo de
Alonso Gutiérrez, identificado con Morena y Víctor Castro, candidato a la
gubernatura, la ventilación ante la opinión pública de las presiones que se
realizan sobre beneficiarios de programas de asistencia social del gobierno
federal, así como los interminables pleitos internos en donde la principal
demanda de los morenistas históricos es que en campaña también los expriistas
ahora “morenizados”, como el ex diputado extricolor, Omar Zavala, ahora los que
tiene mayor presencia en la toma de decisiones respecto a esta histórica
campaña.
Los
verdaderos morenistas se sienten desplazados, desesperados, impotentes y fuera
de actividades estratégicas con miras a obtener los votos ciudadanos.
A 21 días de
la elección y 17 días de campaña y de acuerdo a la mayoría de las encuestas, la
prospectiva no es nada agradable para los morenistas que jamás imaginaron que
tendrían consecuencias adversas sus excesos en la toma de decisiones internas
que se sumó a la soberbia ante la población a la que le quitaron el seguro
popular, las guarderías infantiles, apoyos en el campo y la pesca así como una
serie condicionamiento para otorgar las famosas becas a jóvenes y apoyos a las
personas de la tercera edad.
Se ve difícil
que la tendencia en la preferencia ciudadana que han puesto en evidencia las
diversas encuestas, se pueda revertir por ello es que resulta muy factible que
esa desesperación morenista se agudice y eleven de tono en las expresiones y
agresiones verbales.
Esperemos que
no lleguen al punto de romper con la intensa, pero sin violencia participación
de los sudcalifornianos que históricamente se registra en la entidad durante
los procesos electorales.
Ya veremos.