Procesos de especulación del área de plusvalía en las ciudades provocan transformación de los centros de población.
La Paz, Baja California Sur. La gentrificación es un fenómeno global que encarece los lugares de vivienda de tal modo que los servicios públicos o las rentas se vuelven incosteables y expulsa a los residentes, quienes por lo regular migran a las periferias, así lo explicó la investigadora Alessia Mariné Padilla Miramontes en un ciclo de conferencias organizadas por la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
La investigadora, adscrita al programa de la Maestría en Administración Estratégica, charló sobre su tesis “Análisis de la gentrificación en La Paz, Baja California Sur", en el contexto del ciclo de entrevistas: Voces por la Sustentabilidad.
“Los patrones de consumo provocan cambios en la estructura del tejido urbano”, explicó, desarrollando el concepto: “hay una necesidad de sacar mayor valor a los inmuebles, este proceso es generado por inmobiliarias o agencias de bienes raíces […] La gentrificación es un proceso de especulación y revaloración económica de un área que se considera degradada que deriva en el desplazamiento de residentes tradicionales por otros de mayor poder adquisitivo que finaliza en la conversión del hábitat, espacios, comercios, usos y costumbres”.
Por muchos años, explicó, las áreas de gentrificación se ven carentes de servicios e infraestructura básica lo que provoca que los residentes busquen un lugar más adecuado a sus intereses, su red barrial cambia y se desplazan a la periferia empobreciendo su nivel de vida.
En el caso de La Paz, dijo que los procesos de gentrificación son más marcados en cuatro áreas del litoral: el centro histórico, el malecón y los barrios de pescadores ribereños conocidos como El Manglito y El Esterito.
“La gentrificación delata la mayor venta de alcohol y la ‘gourmetización’ de los alimentos, la privatización de inmuebles de carácter público e histórico. En el caso de los barrios que eran periféricos en el siglo XIX, pasan por un aburguesamiento, elitización que modifica su estructura y tejido social: podemos constatar por la cuantiosa cantidad de inmuebles en venta y las construcciones modernas que lo están renovando. Cabe destacar que esos barrios, a lo largo de su historia han sido estigmatizados y marginalizados de la ciudad durante esta reconversión del espacio, progresivamente se están enalteciendo por la presencia de empresas transnacionales […] No solo se mercantiliza el espacio urbano, también se romantiza la identidad; el hecho de vivir en un barrio de pescadores, como si se dijera ‘yo vivo en El Esterito, yo vivo en El Manglito’ pero no con las personas, paredes amuralladas, rejas, alambrado, que contrasta con edificaciones de los residentes tradicionales abiertos, arbolados […] Podemos percibir procesos de producción del espacio orientados a la verticalización del malecón, se generan y se van a generar más condominios, departamentos, que además se ven apoyadas por plataformas como AirBnb, lo cual genera la problemática de la gentrificación turística”.
Esto debe alertarnos porque “se está gestando este espacio para clases altas con cierto nivel adquisitivo, cada vez más apreciamos que los giros se dan en los lugares públicos por excelencia de los paceños, en espacios tradicionales, públicos, todo esto genera un desplazamiento simbólico, no nos corren de los espacios, pero limita nuestro acceso de manera económica”, finalizó Padilla Miramontes.