• La mortalidad entre el personal educativo apenas es menor en 561 muertes respecto al sector salud
CIUDAD DE MÉXICO.-El virus SARS-CoV-2 ha matado, en
promedio, a ocho trabajadores de la educación a diario durante la pandemia de
covid-19.
De acuerdo con los últimos datos reportados por los
líderes sindicales estatales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE), un total de 3 mil 300 trabajadores de la educación entre
jubilados, pensionados y en activo enfermaron y murieron a causa del nuevo
coronavirus.
“Se vieron contagiados y desafortunadamente fallecieron,
situación que lamentamos”, dijo Alfonso Cepeda Salas, dirigente del SNTE en
entrevista.
Aunque en su caso no existen datos desglosados sobre el
número de contagios, la mortalidad entre el personal educativo apenas es menor
en 561 muertes respecto al personal médico que acumula
3 mil 861 defunciones, según el último reporte dado a conocer por la Secretaría
de Salud federal.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) detalló que el
próximo 21 de mayo terminará la campaña de vacunación del personal educativo.
Hasta el martes pasado se habían vacunado un millón 384 mil 19 trabajadores de
la educación.
Sin embargo, Cepeda Salas recordó que del millón 700 mil
trabajadores en activo, 40% son personas vulnerables ya sea por edad o porque
presentan alguna enfermedad crónica como hipertensión, obesidad, diabetes o
cáncer.
“Y son los casos a los que nos referimos que se
tienen que estar vigilando porque en algún momento les puede hacer crisis
y este hecho de poder contagiarse aun estando vacunados, que nosotros
esperamos que los riesgos sean mínimos como dicen los expertos en el tema”,
alertó.
En contexto destacó la importancia de los regresos
escalonados y graduales a las aulas para la protección del personal
vulnerable.
“Así protegemos a todo
mundo y cuando estén las condiciones dadas, para un regreso generalizado
podemos hacer un balance de cómo les fue a los maestros vulnerables, de cómo
se presentó el número de contagios entre los propios niños; hay que ir
monitoreando todos estos aspectos durante estos meses para iniciar formalmente
ya el regreso de todos los estudiantes y maestros a las escuelas del país, en
agosto, septiembre; así que tenemos tiempo para revisar cómo se da el
comportamiento”, expuso.
Héctor Hernández Bringas, investigador del Centro
Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, quien desde el año
pasado ha analizado el perfil sociodemográfico de los muertos por
covid-19 en México, señaló que a finales de marzo, 3 mil 101 trabajadores de la
educación habían muerto a causa del virus SARS-CoV-2
Para ese entonces, el conteo de los trabajadores de salud
muertos por parte de la Ssa era de 3 mil 699, una diferencia de 598
defunciones, similar a la que se mantiene en la actualidad.
Al respecto, Hernández Bringas advirtió que llama la
atención que la mortalidad del personal educativo está incluso por encima de la
de vigilantes y policías.
“Es un dato que se tiene que explorar porque es muy alto
el tema de la mortalidad entre el personal educativo, una hipótesis, es que
pudieron estar realizando algunas otras labores aprovechando el confinamiento,
aun cumpliendo con las clases virtuales, desarrollando otras actividades, pero
habrá que analizarlo a detalle”, consideró el investigador.
Ante ello planteó que el regreso a clases se deberá tomar
con cautela toda vez que el dato de la alta mortalidad entre los trabajadores
de la educación habla de cierta vulnerabilidad entre este grupo.
“Es preocupante porque si bien es cierto que los niños y
adolescentes tienen menor riesgo, no de no contraer covid, pero sí, de no
morir, el hecho es que han estado resguardados y cuando salgan, el riesgo de contagios
puede ser alto y va a implicar mayor riesgo para los profesores y
eso es un tema de alerta”, indicó.
Por su parte, el profesor Pedro Hernández, secretario
general de la sección 9 de la CNTE en la Ciudad de México, quien estuvo
hospitalizado por covid-19, expuso que los maestros tienen varias condiciones
que los colocan en una situación vulnerable, entre ellas el propio estrés de su
trabajo que impacta su salud.
“De entrada está la edad, hay
muchos profesores de la tercera edad, además de todos estos problemas de
hipertensión, diabetes y obesidad, otro factor importante es el trabajo
que desarrollamos porque si bien pareciera que es sencillo, implica un estado
emocional que nos genera mucho estrés, tan sólo en la Ciudad de México hay 60
por ciento de docentes con doble plaza, entonces me parece que esas condiciones
de ir corriendo de un turno matutino a un turno vespertino son muy
vulnerables”, argumentó.
De hecho, siete de cada diez maestros se perciben como
parte de la población de riesgo para contraer covid-19 ya sea por edad, por
alguna comorbilidad o alguna otra vulnerabilidad.
Según los resultados de
la Consulta Nacional Sobre el Regreso a Clases Presenciales,
elaborada por la CNTE, 69.4% asegura que en el traslado desde su
casa hasta la escuela existe un peligro elevado de contagio que
los convierte en un factor de riesgo para el alumnado, sus familias y
demás personas relacionadas con la comunidad escolar.