• Presentan una relectura teatral del asesinato de los integrantes del grupo musical Kombo Kolombia después de una fiesta de XV años
CIUDAD DE MÉXICO. Con el montaje de la obra de teatro Ese Boker en el campo del dolor de Víctor Hernández, la
compañía La Canavaty hace una relectura del asesinato de los integrantes del
grupo musical Kombo Kolombia, luego de que tocara en una fiesta de XV años, en
el poblado de Espinazo, en el norte de México.
Desgraciadamente fue un caso real de 2013, en
uno de los años más violentos en el norte de país y aquella noticia se difundió
ampliamente entre los habitantes de la clase baja”, explica en entrevista el
dramaturgo y director escénico que hoy presenta su montaje en el Foro
Shakespeare, a las 20:00 horas, y que contará con funciones streaming el 22 y
29 de mayo, a las 18:00 horas, a través de Boletópolis.
Hernández explica que decidió retomar aquel hecho que quedó grabado en
la memoria colectiva y así nació esta pieza narrada por el Boker, el
sobreviviente de aquella masacre.
Pero la obra, abunda, no sólo explora los acontecimientos de la
desaparición y aniquilación en masa del grupo musical, “sino que habla de la
permanencia de la fe en la clase social marginada, la búsqueda de los ausentes y temas como la milicia, el
crimen organizado y el daño colateral que deshumaniza a la ciudadanía”,
explica.
En este caso, la clave es el Boker, ese personaje que resucita de entre
sus compañeros, quien aborda la fe y la muerte bajo la disyuntiva del bien y el
mal, donde Hernández mezcla cumbia con matices prehispánicos y coreografías de
matachines.
Además, los personajes representan a los jóvenes de los barrios
que parecen no tener identidad,
quienes son afectados por esa violencia que prolifera en las calles, partiendo
de la idea de que el Boker está en un grado cero de su ser, parado en la
latitud exacta del espacio geográfico donde yace el espíritu del Niño Fidencio.
Para mí era importante ahondar en la expresión
de la música colombiana, que tomó mucha fuerza en Nuevo León –de ahí salieron
Celso Piña y El Gran Silencio–, donde hubo una cultura híbrida sobre ese
fenómeno que quise explorar en la voz de las pandillas, el baile de la música
regiocolombiana, que son como agachados y con toda la fuerza en los pies”.
La parte dancística de la obra pretende contraponer la violencia de la trama, “no me interesa hacer
obras que reflejen violencia, sino explorar qué hay detrás, qué son las cosas
que nombramos violentas y les adjudicamos cierta maldad, y me centré en poner
este carnaval sobre lo diferente, sobre la cultura híbrida y la fe que radica
en otra cosa que puede ser la Santa Muerte, el San Judas o el Niño Fidencio con
todo el ritual que se gesta a través de la clase popular”.
BANKSY, UN GUIÑO A LA
PARCA
Empleados de una galería en Londres montaron una muestra no autorizada
del artista urbano Banksy. En la imagen, la pieza Brace Yourcelf (Prepárate),
de 2010, donde aparece sobre un fondo negro la imagen de la muerte con una túnica
y su guadaña, manejado un carrito de feria. Atrás, un círculo blanco con
líneas, a manera del infinito. La parca toma el volante del vehículo con las
dos manos y trae puesto el cinturón de seguridad. Ayer se realizó la
inauguración de exposición intitulada The Art of Banksy.
ARTE DE AI-DA, LA ROBOT
ARTISTA
La primera robot ultra realista del mundo, Ai-Da, que puede dibujar y
pintar, posa junto a su retrato en la muestra Ai-Da Portrait of the
Robot, que se presenta en el Museo de Diseño en Londres, Inglaterra. La
obra de arte es Ai-Da y otro, son los dibujos que produce.
Este robot debe su nombre a la matemática Ada Lovelace (1815-1852), una
de las primeras mujeres científicas.