• Las siete piezas de la artista estadunidense son una exploración en torno a los conceptos del legado del arquitecto mexicano
CIUDAD DE MÉXICO.-A casi cuatro años de que la artista estadunidense Jill
Magid causara polémica con la exposición Una carta siempre llega a su destino. Los archivos Barragán en
el Museo Universitario de Arte contemporáneo de la UNAM, inspirada en el legado
intelectual del arquitecto mexicano Luis Barragán, siete de sus piezas fueron
adquiridas por el Centre Georges Pompidou, de París.
Así lo detalló Pamela Echeverría, directora de la
galería Labor. El conjunto, abundó, incluye esculturas, instalaciones y dibujos
de Woman with Sombrero, el primer capítulo de una
exploración audaz realizada por la artista en torno a los conceptos de legado,
de acceso, derechos de autor y propiedad intelectual; The Proposal (2018), el largometraje documental
galardonado que explora por medio del video las preguntas planteadas a lo largo
del proyecto, y piezas como Facistol, My letter of September 16, your letter of September 16,
entre otras.
Echeverría, recordó que The Barragán Archives (Los
archivos Barragán) es un proyecto complejo que toca varias capas de
cómo funciona la sociedad, cómo están constituidas sus leyes y cómo funciona la
burocracia. Sin embargo, “esta adquisición legitima al proyecto y su
reflexión”.
Al ver este proyecto en retrospectiva observamos
que seguirá vigente, ya que el hablar de la propiedad intelectual y de que el
legado de un artista puede ser comprado por alguien y, por ende, controlado,
que es lo que está en discusión aquí, no ha terminado y seguirá vigente en
tanto sigamos regidos por las mismas leyes”, añadió.
The Barragán Archives es una investigación multimedia enfocada en el
legado del arquitecto mexicano ganador del Premio
Pritzker Luis Barragán (1902-1988), que indaga sobre lo que implica que el
legado de un artista sea
propiedad de una corporación.
Recordó que el archivo personal y la mayor parte de
la arquitectura de Barragán permanecen en México, pero su
archivo profesional –incluyendo los derechos sobre su nombre y su obra– fue
adquirido en 1995 por la empresa suiza Vitra, donde hasta ahora permanece, en
gran medida, fuera de alcance. Dicho archivo es gestionado por la esposa del
presidente de Vitra (la arquitecta Federica Zanco), quien se cree que lo compró
para ella como regalo de compromiso en lugar de un anillo.
De acuerdo con la curaduría, Magid ha explicado que
le fue
negado el acceso al archivo profesional de Barragán y se le informó
sobre el riesgo de infringir los derechos de autor en caso de reproducir su
trabajo, lo cual definió el marco conceptual de su proyecto.
Cabe señalar que los textos, objetos, instalaciones
y performances de este trabajo empujan los límites del derecho de autor, pero
eluden su infracción. La película The Proposal sigue
a Magid en el desarrollo del último capítulo de esta investigación, que deriva
en una propuesta heterodoxa que lleva a su receptora, al igual que al
espectador, a reconsiderar la manera en que la historia de un artista puede ser
contada, y a quién le es permitido narrarla.
EL DIAMANTE
La duda es qué fue del diamante que coronó la
muestra y Echeverría lo explica: “El diamante –hecho con cenizas de Luis
Barragán– no ha estado ni estará a la venta. Es una piedra engarzada en un
anillo que es un objeto potencialmente disponible para la señora Federica Zanco
en el momento en que ella decida aceptarlo. Nunca será una pieza a la venta y
esa condición conceptual era conocida por los curadores del Centre Georges
Pompidou”.
La adquisición, concluyó, se logró con el apoyo de
la Fundación AMA (Chile), fundada en 2008 por Juan
Yarur y las piezas ya fueron trasladadas de Estados Unidos al Pompidou.
¿Dónde se guarda el anillo?, se le cuestionó. “En
Estados Unidos, lo produjo el San Francisco Art Institute y lo tienen ellos en
resguardo. Y si no lo acepta Federica Zanco, será decisión de Jill y de la
familia Barragán, ya que son copropietarios
del diamante”.
¿Queda alguna parte del proyecto? “Sí, quedan cerca
de 20 piezas que en el futuro podrían ser adquiridos por el Pompidou u otros
archivos”.