Estas son algunas respuestas sobre los 'efectos secundarios' que pueden tener las personas al aplicarse una vacuna covid.
CIUDAD DE MÉXICO.
Estas son las respuestas a las preguntas más comunes sobre los efectos secundarios de las vacunas contra el covid.
Cada día, casi tres millones de personas en Estados Unidos se vacunan contra el coronavirus. Y cada nuevo pinchazo suscita nuevas preguntas sobre qué esperar después de la vacunación.
Hace unas semanas pedí a los lectores que me enviaran sus preguntas sobre las vacunas. He aquí algunas respuestas.
Los efectos secundarios de corta duración, como la fatiga, el dolor de cabeza, los dolores musculares y la fiebre son más frecuentes después de la segunda dosis de las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna, que requieren dos inyecciones cada una. (La vacuna de Johnson & Johnson requiere una sola inyección). Los pacientes que experimentan efectos secundarios desagradables después de la segunda dosis suelen describir que se sienten como si tuvieran una gripe fuerte y utilizan frases como “me aplastó” o “estuve inútil durante dos días”. Durante los estudios sobre la vacuna, se aconsejó a los pacientes que programaran unos días de baja laboral después de la segunda dosis por si necesitaban pasar uno o dos días en la cama.
Los datos recogidos por v-safe, la herramienta para teléfonos inteligentes que se anima a todo el mundo a utilizar para hacer un seguimiento de los efectos secundarios después de la vacunación, también muestran un aumento de los efectos secundarios notificados después de la segunda dosis. Por ejemplo, alrededor del 29 por ciento de las personas declararon fatiga después de la primera inyección de Pfizer-BioNTech, pero esa cifra aumentó al 50 por ciento después de la segunda dosis. El dolor muscular aumentó del 17 por ciento tras la primera inyección al 42 por ciento tras la segunda. Mientras que solo un siete por ciento de las personas tuvieron escalofríos y fiebre después de la primera dosis, esta cifra aumentó a un 26 por ciento después de la segunda.
The New York Times entrevistó a varias decenas de recién vacunados en los días posteriores. Dieron recuento de un amplio espectro de respuestas, desde ninguna reacción hasta síntomas como escalofríos incontrolados y “niebla cerebral”. Aunque estas experiencias no son agradables, son una señal de que su propio sistema inmunitario está organizando una potente respuesta a la vacuna.
Un análisis de los primeros 13,7 millones de dosis de vacunas para la COVID-19 administradas a los estadounidenses reveló que los efectos secundarios eran más frecuentes en las mujeres. Y aunque las reacciones graves a las vacunas para la covid son poco frecuentes, casi todos los casos de anafilaxia, o reacciones alérgicas potencialmente mortales, se produjeron en mujeres.
El hallazgo de que las mujeres son más propensas a reportar y experimentar efectos secundarios desagradables a las vacunas para la covid es consistente con otras vacunas también. Las mujeres y las niñas pueden producir hasta el doble de anticuerpos después de recibir las vacunas contra la gripe y las vacunas contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) y la hepatitis A y B. Un estudio descubrió que, durante casi tres décadas, las mujeres representaban el 80 por ciento de todas las reacciones anafilácticas de los adultos a las vacunas.
Si bien es cierto que las mujeres pueden ser más propensas a reportar efectos secundarios que los hombres, la mayor tasa de efectos secundarios en las mujeres también tiene una explicación biológica. El estrógeno puede estimular la respuesta inmunitaria, mientras que la testosterona puede atenuarla. Además, muchos genes relacionados con el sistema inmunitario se encuentran en el cromosoma X, del que las mujeres tienen dos copias y los hombres solo una. Estas diferencias pueden ayudar a explicar por qué hay muchas más mujeres que hombres que padecen enfermedades autoinmunes, que se producen cuando una respuesta inmunitaria fuerte ataca el tejido sano del cuerpo. Puedes leer más sobre las mujeres y los efectos secundarios de las vacunas aquí.
Los efectos secundarios acaparan toda la atención, pero si se observan los datos de los ensayos clínicos de vacunas y del mundo real, se verá que muchas personas no experimentan ningún efecto secundario más allá de un brazo dolorido. En los ensayos de la vacuna de Pfizer, aproximadamente uno de cada cuatro pacientes no declaró ningún efecto secundario. En los ensayos de Moderna, el 57 por ciento de los pacientes (de 64 años o menos) declararon tener efectos secundarios después de la primera dosis; esta cifra aumentó al 82 por ciento después de la segunda dosis, lo que significa que casi uno de cada cinco pacientes no declaró ninguna reacción después de la segunda inyección.
La ausencia de efectos secundarios no significa que la vacuna no funcione, dijo Paul Offit, profesor de la Universidad de Pensilvania y miembro del panel asesor sobre vacunas de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos. Offit señaló que durante los ensayos de la vacuna, un número significativo de personas no informó de los efectos secundarios y, sin embargo, los ensayos mostraron que alrededor del 95 por ciento de las personas estaban protegidas. “Eso demuestra que no es necesario tener efectos secundarios para estar protegido”, dijo.
Nadie sabe realmente por qué algunas personas tienen muchos efectos secundarios y otras ninguno. Lo que sí sabemos es que los jóvenes tienen una respuesta inmunitaria más fuerte a las vacunas que los mayores, cuyo sistema inmunitario se debilita con la edad. Las mujeres suelen tener respuestas inmunitarias más fuertes que los hombres. Pero, de nuevo, estas diferencias no significan que no estés protegido si no sientes nada después de recibir la vacuna.
Los científicos aún no están seguros de la eficacia de las vacunas en las personas cuyo sistema inmunitario puede estar debilitado por ciertas afecciones médicas, como los tratamientos contra el cáncer o la infección por el VIH, o porque toman medicamentos inmunosupresores. Pero la mayoría de los expertos creen que las vacunas siguen ofreciendo a estos pacientes cierta protección contra la COVID-19.
La conclusión es que, aunque las respuestas inmunitarias individuales pueden variar, los datos recogidos hasta ahora muestran que las tres vacunas aprobadas en Estados Unidos —Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson— son eficaces contra la enfermedad grave y la muerte por COVID-19.
Aunque es posible que tomar un analgésico antes de las vacunas haya atenuado la respuesta inmunitaria de tu cuerpo, los expertos en vacunas dicen que no debes preocuparte y que no debes intentar recibir una nueva ronda de vacunas de reemplazo. Los estudios sobre otras vacunas sugieren que, si bien la premedicación puede atenuar la respuesta inmunitaria del cuerpo a una vacuna, tu sistema inmunitario puede seguir montando una defensa lo suficientemente fuerte como para combatir la infección. Una revisión de estudios de más de 5000 niños comparó los niveles de anticuerpos en niños que tomaron analgésicos antes y después de las vacunas y los que no lo hicieron. Descubrieron que los analgésicos no tenían un impacto significativo en la respuesta inmune, y que los niños de ambos grupos generaban niveles adecuados de anticuerpos después de sus vacunas.
La alta eficacia de todas las vacunas contra la covid sugiere que, incluso si tomar Tylenol antes de la inyección atenuó la respuesta inmunitaria de tu cuerpo, hay cierto margen de maniobra, y es probable que sigas estando bien protegido contra la COVID-19. “Debes sentir la seguridad de que tendrás una respuesta inmunitaria suficiente como para estar protegido, especialmente en el caso de vacunas que son tan buenas”, dijo Offit.
Está bien tratar” los efectos secundarios con un analgésico, dijo Offit, pero si no lo necesitas realmente, “no lo tomes”.
Aunque la mayoría de los expertos están de acuerdo en que es seguro tomar un analgésico para aliviar las molestias después de vacunarse, aconsejan no tomarlo después de la inyección como prevención o si los síntomas se pueden controlar sin él. La preocupación de tomar un analgésico innecesario es que podría atenuar algunos de los efectos de la vacuna. (En cuanto a la vacuna, no hay ninguna diferencia significativa si se opta por el paracetamol o el ibuprofeno).
Durante el ensayo de Moderna, alrededor del 26 por ciento de las personas tomaron paracetamol para aliviar los efectos secundarios, y la eficacia global de la vacuna siguió siendo del 94 por ciento.
Las investigaciones y los informes anecdóticos sugieren que las personas a las que previamente se les ha diagnosticado una infección por COVID-19 pueden tener una reacción más fuerte y más efectos secundarios después de su primera dosis de la vacuna, en comparación con quienes nunca se infectaron con el virus. Una reacción fuerte a la primera dosis de la vacuna también puede ser un signo de que te has infectado previamente, aunque no lo sepas.
Si has dado positivo en la prueba de COVID-19 o has tenido un análisis de sangre de anticuerpos positivo, prepárate para una reacción más fuerte a tu primera dosis, y considera la posibilidad de programar unos días de baja laboral por si acaso. No solo será más cómodo quedarte en casa y recuperarte en la cama, sino que los efectos secundarios de la vacuna pueden parecerse a los síntomas de la COVID-19, y tus compañeros de trabajo no querrán estar cerca de ti de todos modos.
Los estudios sugieren que una dosis podría ser adecuada para las personas que ya tuvieron un caso de COVID-19 confirmado, pero hasta ahora las directrices médicas no han cambiado. Si has recibido las vacunas de Pfizer-BioNTech o Moderna, debes planear recibir tu segunda dosis aunque hayas tenido COVID-19. Saltarte la segunda dosis podría crear problemas si tu empleador o una aerolínea te piden una prueba de vacunación en el futuro. Si vives en una zona en la que está disponible la vacuna Johnson & Johnson, de dosis única, puedes estar completamente vacunado con una sola dosis. Aquí puedes leer más sobre la respuesta a la vacuna en personas que han tenido COVID-19.
Las vacunas parecen ser efectivas contra una nueva variante que se originó en Gran Bretaña y que se está convirtiendo rápidamente en la dominante en Estados Unidos. Pero algunas variantes del coronavirus, en particular una identificada por primera vez en Sudáfrica y otra en Brasil, parecen ser más hábiles para esquivar los anticuerpos en las personas vacunadas.
Aunque esto parece preocupante, hay motivos para la esperanza. Las personas vacunadas expuestas a una variante más resistente parecen seguir estando protegidas contra la enfermedad grave. Y los científicos tienen un conocimiento lo suficientemente claro de las variantes como para trabajar en el desarrollo de vacunas de refuerzo dirigidas a ellas. Las variantes identificadas en Sudáfrica y Brasil aún no se han extendido por Estados Unidos.
Las personas vacunadas deben seguir usando mascarillas en público y cumplir las directrices de salud pública, pero no hay que vivir con miedo a las variantes, dijo Peter J. Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical del Colegio de Medicina Baylor de Houston. “Si estás vacunado, deberías sentirte bastante seguro de lo protegido que estás”, dijo Hotez. “Es poco probable que vayas a un hospital o a una UCI con COVID-19. Con el tiempo verás que te recomiendan un refuerzo”.