• La ansiedad es un síntoma de alerta y se debe atender; hay que partir de uno mismo, de esa motivación de poder hacer cambios de actitud y de pensamiento, señalan especialistas de la Ibero
CIUDAD DE MÉXICO.-¿Has notado qué
en los últimos meses tu nivel de ansiedad, estrés, miedo o tristeza
aumentó? ¿Sientes irritabilidad y
agotamiento? ¿Estos mismos síntomas aparecieron en quienes
te rodean? Mantén la calma, muchas otras personas, al igual que tú, se están
enfrentando a distintas situaciones que ha traído la pandemia como la ansiedad
causada porque han muerto o enfermado personas cercanas, un tema de desempleo,
no tener contacto interpersonal, agotamiento por el encierro o miedo a
contagiarse.
A pesar de que los problemas de
salud mental se han incrementado en la población por la pandemia, especialistas
coinciden en que todas las crisis tienen un final y que para atender la ansiedad
es importante validar nuestras emociones, así como hacer cambios de actitudes,
pensamientos, hábitos alimenticios, de sueño y sobre el uso de tecnología.
La Dra. Ana Paola Sáenz,
académica del Departamento de Psicología de la IBERO,
señaló que identificar situaciones o pensamientos que están disparando la
ansiedad permite validar las emociones y saber de dónde viene el miedo, la
angustia o la tristeza.
La también responsable del
Programa de Tutorías del Departamento de Psicología señaló que un disparador de
la ansiedad puede ser el desempleo, el no tener contacto con otras personas, el
agotamiento por el encierro, lo cual está relacionado con la falta de novedad.
En ese sentido, comer saludable,
dormir bien, ejercitarse o tener espacios de ocio programado o estructurado con
juego, así como no perder el contacto con las otras personas –aunque sea
virtual– para tener un espacio para hablar, reír o desahogarnos, ayuda a
conectar con la esperanza y evita que la ansiedad incremente.
La especialista está consciente de que aún hay
restricciones para evitar contagios de COVID-19, pero señaló que los espacios que se empiezan a
abrir son ventanas de esperanza. Por lo cual, invitó a las personas a realizar
alguna actividad con riesgo reducido como salir a caminar o andar en bicicleta.
De acuerdo con la Encuesta sobre los Efectos del COVID-19 en el
Bienestar de los Hogares con Niñas, Niños y Adolescentes en la Ciudad de México
(ENCOVID-19 CDMX), el 32% de las personas presentan
síntomas severos de ansiedad y el 25%, de depresión. En ambos padecimientos, se
observa que la prevalencia de estas enfermedades es mayor entre los hogares con
menores recursos socioeconómicos, esto según datos obtenidos en diciembre.
CUANDO LA ANSIEDAD NOS
ATRAPA
En entrevista la Dra. Gabriela González Ruiz,
académica del Departamento de Psicología y quien forma parte del equipo que
brinda talleres virtuales de arteterapia para capacitar a servidores públicos
de Nueva York, dijo que la ansiedad se genera a partir de un sentimiento,
pensamiento o una acción.
Se trata de un estado de ánimo que es positivo
cuando lo que hace es movernos. Generalmente, en las ciudades, antes del
confinamiento, las personas vivían en un estado de ansiedad porque todo el
tiempo se movían. Pero la pandemia vino a resguardarnos en nuestro hogar, que
se tuvo que reinventar como oficina, escuela, consultorio”, explicó.
El cierre de los espacios amplios que permitían la
convivencia, los traslados, que favorecían las relaciones y ayudaban a
respirar, reflexionar, escuchar y caminar, generó más ansiedad en las personas
porque les implicó quedarse en un mismo lugar por mucho tiempo.
Esa ansiedad nos atrapa y nos incrementa el estrés.
Esto evita manejar las emociones que se relacionan con éste, como la
frustración, el enojo, la tristeza, el miedo y la incertidumbre. Todas las
emociones se empiezan a acumular y entonces ya no sólo es ansiedad, sino
estados de pánico, angustias prolongadas, desesperanzas y no sabemos cómo
trasladarlas”, detalló la especialista.
La Dra.
Gabriela González Ruiz advirtió que la ansiedad es un
síntoma de alerta que hay que atender. Para hacerlo, hay que partir de
uno mismo, es decir, de esa motivación de poder hacer cambios de actitud, de
pensamiento, de hábitos alimenticios, de sueño, del uso de tecnología. Esto implica
una autoaplicación y autoevaluación. “Esto
en ocasiones es demasiado trabajo porque estábamos muy acostumbrados a que nos
dijeran qué hay que hacer”.
Por esta razón, la psicóloga recomienda organizar
horas de ejercicio, lo que permite generar endorfinas que derivan en un estado
de bienestar y felicidad. Así como comer saludable y tomar agua. Esto evitará
sobreestimular la tensión y el desgaste en el cuerpo.
En ese sentido, la Dra.
Ana Paola Sáenz comentó que si una persona nota que nuestro
nivel de ansiedad, de angustia, miedo, tristeza es mucho más alto, y si esto
preocupa a otras personas, es decir, ya hay una muestra al exterior de nuestra
actitud, tenemos que consultar a un especialista.
Es importante que si sentimos que algo se está
saliendo de control y que me estoy viendo rebasada en herramientas, es momento
de buscar a un especialista, un psicoterapeuta, una consulta en línea o algún
tipo de apoyo profesional. Hay muchos espacios capacitados para brindar ayuda
en situaciones críticas, hay terapias de sesión única, modalidades de
intervención centrada en objetivos pequeños, pero específicos. Merecemos vivir
tranquilas y tranquilos”, añadió.