• El proceso electoral más grande en la historia de México está marcado por la pandemia, la polarización entre dos coaliciones y la presión desde Morena al árbitro electoral
CIUDAD DE MÉXICO.-En medio de una
tormenta de descalificaciones del partido en el poder en contra del Instituto
Nacional Electoral (INE), hoy inician las campañas políticas en nueve estados,
recta final del proceso electoral más grande en la historia de México.
Los comicios, que servirán como
indicador de las preferencias ciudadanas rumbo a la elección presidencial de
2024, no sólo estarán marcados por el ataque al árbitro electoral por parte de
Morena, sino, también, por las restricciones sanitarias implementadas para
evitar contagios de covid-19 y por la polarización en dos bloques políticos: la
coalición Juntos Hacemos Historia, integrada por Morena, PT y el Partido Verde,
que competirá así en 183 de los 300 distritos uninominales, y Va por México,
coalición formada por el PRI, PAN y PRD, con 219 candidaturas comunes.
El próximo 6 de junio estarán en juego 500
diputaciones federales y 19 mil 915 cargos locales, entre los que destacan 15
gubernaturas, 642 diputaciones locales de mayoría relativa y 421 de
representación proporcional, así como mil 923 alcaldías.
La contienda, entre dos bloques
En la elección más grande en la historia de México
del próximo 6 de junio, Morena enfila sus baterías contra el iNE; la última
palabra de parte del proceso recaerá en los magistrados del Tribunal Electoral
de la Federación.
El proceso electoral más grande en la historia de
México, a celebrarse el 6 de junio próximo arranca en los hechos hoy, con las
campañas políticas para la renovación de la Cámara de Diputados y en medio de
una tormenta de descalificaciones del partido en el poder en contra del árbitro
de la contienda.
A un año de la pandemia por covid-19, y en la
medida que la vacunación en el país tenga mayores alcances, el Instituto
Nacional Electoral (INE) insiste en recomendar a los partidos políticos y
seguidores de quienes buscan los cargos de elección popular, evitar
concentraciones masivas e informó que el día de la votación es obligatorio el
uso de cubrebocas en las casillas.
En este proceso electoral, además de las 500
curules en San Lázaro, estarán en disputa política 19 mil 915 cargos locales:15
gubernaturas; renovaciones de 30 congresos locales, 642 diputaciones de mayoría
relativa y 421 de representación proporcional; mil 923 presidencias
municipales; 2 mil 57 sindicaturas, 14 mil 222 regidurías y 204 concejalías;
431 cargos auxiliares, 22 presidencias, 22 sindicaturas y, 88 regidurías, éstas
de juntas municipales y 299 presidencias de comunidad.
Aunque hay diez partidos políticos registrados para
la contienda federal, la elección prácticamente es entre dos polos: la
coalición Juntos Haremos Historia, integrada por Morena, PT y Verde Ecologista,
que competirá así en 183 de los 300 distritos uninominales y Va por México,
coalición formada por el PRI, PAN y PRD, con 219 candidatura comunes. El
resultado no será más que una definición: estar con el partido en el poder o en
su oposición.
Por eso, el resultado de la jornada electoral —que
repartió 7 mil 194 millones 497 mil 923 pesos entre 10 partidos nacionales—,
definirá el rumbo que seguirá la segunda mitad del gobierno del presidente
Andrés Manuel López Obrador, que ya gobernó con la mayoría de los diputados de
Morena, su partido, hecho que no sucedía desde 1994, en el triunfo electoral de
Ernesto Zedillo, del PRI.
Esta elección intermedia, además, tiene un
ingrediente adicional: el reacomodo de las fuerzas políticas, respecto a su
participación en la elección de 2018, donde la figura que avasalló fue la de
Andrés Manuel López Obrador, ahora Presidente de México. Eso permitió que
Morena y sus aliados, PT y Encuentro Social, obtuvieran 43.6% de los votos.
Pero entonces el PRI, PAN y PRD no iban juntos y el Verde Ecologista ya era
parte de la estructura morenista.
También la elección será un barómetro de si la
oposición a Morena, es decir PAN, PRI, PRD, y Movimiento Ciudadano han logrado
zanjar sus respectivas controversias internas y si Va por México, una alianza
pragmática formada entre el amiguismo, el nepotismo y en virtud de la debacle
que sufrieron en las elecciones federales de 2018, es la fórmula para encontrar
un contrapeso al oficialismo, que los mantiene anulados.
Esta elección tendrá otras particularidades
inaugurales: la reelección de los diputados. En el caso de los 500 integrantes
de la Cámara de Diputados, 448 están registrados para buscar repetir. Y el
fraude electoral será tipificado como delito grave.
Además, lo que suceda el domingo 6 de junio se
perfila como un ingrediente más en la pugna de Morena en contra del INE, a
partir de los resultados que el hoy partido hegemónico obtenga en las 162 mil
246 casillas que se instalarán en los 32 estados del país y donde podrán votar
93 millones 987 mil 444 ciudadanos inscritos en la lista nominal.
El Instituto Federal Electoral (IFE) —creado en
1990—, antecesor del INE, fue germinado por la presión social ejercida
como consecuencia del llamado fraude electoral de 1988, en contra de Cuauhtémoc
Cárdenas, entonces abanderado de toda la izquierda mexicana en el Frente
Democrático Nacional que enfrentó al PRI, y como garantía de certidumbre
electoral. Aparejado del nacimiento del Tribunal Federal Electoral, conocido
entonces como Trife, máxima autoridad jurisdiccional electoral.
Desde entonces, el órgano autónomo (IFE o INE) no
había sido blanco de los ataques de uno de los jugadores del espectro
electoral, como lo ha hecho Morena, ni del Ejecutivo en turno, aunque algunas
de sus decisiones han generado recursos legales ante la máxima autoridad
electoral que desde 1996 pasó a ser parte del Poder Judicial de la Federación.
LOS REPROCHES CONTRA EL INE
En el marco de la elección en curso, el partido en
el poder, a través de su líder, Mario Delgado se inconformó con las decisiones
de 9 de los 11 consejeros del INE, sobre el reparto de las diputaciones
plurinominales a los partidos; una disposición legal existente desde 1994,
aunque violentada sistemática y progresivamente desde 2012, con un diputado, en
2015 con 8 y en 2018 con 30, lo que evidencia que Morena tuvo una
sobrerrepresentación prácticamente del doble de lo permitido por la
Constitución.
El artículo 54 de la Constitución señala: “en ningún
caso, un partido político podrá contar con un número de diputados por ambos
principios que representen un porcentaje del total de la Cámara que exceda en
ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida”.
Delgado, quien acusó a los consejeros de INE de ser
afines a la sociedad entre el PRI y el PAN, llamada PRIAN, adujo que el INE
quería cambiar las reglas para elegir a los diputados por representación
proporcional para afectar a la cuarta transformación, sello que el Presidente
le dio a su administración.
Vía Twitter, el árbitro electoral respondió que “El
INE no legisló para prohibir la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados.
Es la Constitución política la que establece que ningún partido tenga 8% más de
diputados que de votos”.
El dirigente nacional de Morena advirtió entonces
que su partido enfrentaría al INE en el Tribunal Electoral, en las Cámaras, las
calles, los medios, las redes y las urnas.
“Hoy está en juego la continuación de la
transformación o su parálisis. Depongamos las diferencias y convoquemos al
pueblo. Vamos en unidad a derrotar el proyecto de regresión y a sus aliados del
INE”, dijo Delgado.
“Nuestra democracia está en riesgo. Algunos
consejeros y consejeras electorales han decidido tomar partido para detener la
transformación de nuestro país”, mencionó. Mario Delgado acusó al órgano
electoral de pretender cambiar las reglas del juego dos meses antes de la
elección, para perjudicar a un contendiente y beneficiar a otro.
“Los intentos de reducir tramposamente la posible
mayoría de Morena tienen como fin último negar la voluntad de la gente”, dijo.
A esa diferencia de Morena con el INE, se sumó la
cancelación, el pasado 25 de marzo, del registro a 49 aspirantes a puestos de
elección popular de este proceso electoral de filiación morenista, entre ellos
dos aspirantes a gobernador, Raúl Morón, por Michoacán y Félix Salgado
Macedonio por Guerrero.
A la par de impugnar ante el Tribunal Electoral la
decisión del INE, Salgado Macedonio azuzó a sus seguidores a ir hasta la sede
electoral en Guerrero para enfrentar al INE vía la presión social. Y el viernes
pasado incluso se pronunció por la desaparición del INE.
La votación de los consejeros del INE, en el caso
de la cancelación de candidaturas, fue de 7 a favor y 4 en contra.
Esta decisión colegiada avivó la furia del
dirigente del partido en el poder, que advirtió que no se permitiría una
traición a la democracia.
Delgado no ha dejado de atizar en contra del INE y
sus consejeros, principalmente de su presidente, Lorenzo Córdova, y Ciro
Murayama. Un ejemplo es que, desde Campeche, el líder de Morena llamó a ambos
consejeros “traidores de la democracia” y los vinculó con algo que llamó “mafia
de la corrupción”, para, según Delgado, quitarle al pueblo la opción de decidir
y alterar la voluntad ciudadana.
La decisión del Consejo General del INE de
retirarle candidaturas a Morena fue en razón de no haber presentado sus
ingresos y gastos de precampaña.