• Venció al cáncer y salió adelante del Covid; además, durante diez años ha dado de comer a niñas y niños del asentamiento irregular en CSL.
Cabo San Lucas, Baja California Sur. Desde el año 2011, sin respaldo de ninguna asociación civil o movimiento político, la señora Mirtha Gamiño Ramírez fundó el primer comedor comunitario de la colonia Real Unidad, en Cabo San Lucas (CSL).
De un día a otro y por una situación ajena a su propia familia, Mirtha comenzó a darle de comer a niñas y niños de la colonia, en ese entonces considerada una de las primeras “nuevas invasiones” de la ciudad. Fue así como Mirtha Gamiño se convirtió en “un ángel” para todos aquellos menores de edad en pobreza alimentaria.
“Viendo la necesidad de unos niños que gritaban en la calle, que me vinieron a pedir ayuda porque sus papás estaban peleando, pasaron y les di de comer. Al día siguiente me llegaron con otros tres niños, también les di de comer, pero estos se estuvieron invitando y ya cuando me di cuenta ya eran como 25 niños. En esos tiempos había trabajo, mi esposo es eléctrico, de nuestro dinero les dábamos de comer, pero llegó el momento que se hicieron hasta 50 niños”.
Sin planearlo, la familia Gamiño Benítez se vi en la responsabilidad de seguir dando de comer a las familias más vulnerables de la zona y poco a poco fueron recibiendo ayuda, primero de sus propios allegados y con los años, de asociaciones civiles y ciudadanos comprometidos con los demás. Hoy, en el 2021, en medio de la peor crisis sanitaria de la historia reciente, el comedor, que lleva el nombre “Puerta del Cielo”, sigue operando y dando de comer a quien lo necesite.
“Gracias a Dios vinieron personas con un paquete de arroz, otro con un paquete de frijoles. Mi hijo trabaja en la pesca deportiva, él nos traía pescado y de ahí les dábamos de comer; Así fueron aumentando los niños, y ahora con esto que ya no hay trabajo, la Pandemia, el número de niños sigue aumentando”, cuenta la señora Mirtha.
Como un compromiso sagrado, Mirtha Gamiño nunca dejó de ayudar en el comedor, incluso tras vivir meses con quimioterapias y visitas a la ciudad de La Paz tras padecer cáncer de seno. Si fuera demasiada tribulación, las catástrofes naturales del 2014 y luego el 2017, también hicieron que “Puerta del Cielo” viviera momentos críticos, pero nunca cerró sus puertas. En los últimos meses, Mirtha también cayó en cama víctima del Covid-19, tras vivir un brote en la colonia irregular, pero sigue de pie, con el mejor ánimo y convencida, de que Dios la ama y la mantiene para seguir ayudando a los demás, sumando ya tres generaciones de jóvenes bendecidos con el apoyo del comedor.
“Sí ha sido un reto muy grande. Si cada uno de nosotros pone un granito de arena para poder apoyar al que necesita, otra cosa sería en Cabo San Lucas. Es un reto porque yo acabo de pasar el cáncer, gracias a Dios que me dio la oportunidad de seguir viviendo. También aquí en el comedor pasamos el huracán Odile (2014), Lidia (2017) y muchas cosas, aguas que se llevaron las casas, las calles, pero aquí seguimos luchando. También el Covid, y aquí sigo luchando. Sin duda Dios me tiene amor, me he librado de varias […] Ya soy abuela, ya pasaron muchos niños chiquitos, que ahora ya están casados tienen hijos, otros ya son adolescentes, van tres generaciones ya, a todos los tengo en mis fotos”, concluye Mirtha Gamiño con alegría y buena actitud.