• México debe ser siempre viable como Nación justa y como País democrático respetado en el mundo
Muy buenos días estimable
lector gracias, mucha gracias por continuar prefiriendo este su Diario El
Independiente.
Inicio esta columna comentando
a Usted; nuestro País ha vivido en estos años un proceso de cambio político que
se ha realizado por aproximaciones sucesivas y en el cual la línea entre el
pasado y el futuro ha estado sujeta a un forcejeo constante entre las diversas
fuerzas políticas.
Este proceso se distingue
también por haber sido una transformación negociada donde los distintos actores
políticos afortunadamente, no se han inclinado por rupturas definitivas, puesto
que han sido capaces de dialogar, y establecer compromisos que han permitido
una gobernabilidad democrática. El cambio no ha sido únicamente político, pero
los partidos en buena medida se han ocupado en definir las reglas para la
actual competencia electoral.
De igual forma se lleva un
proceso donde la presión, movilización, desobediencia civil, y la protesta
pública han jugado un papel destacado, aunque finalmente todos los litigios
terminan por ser encauzados a través de los acuerdos. Así mismo se crearon
nuevos partidos políticos y también en el México moderno acertaron otros tipos
de organismos gremiales, civiles, editoriales, diarios y revistas que han
robustecido la diversidad del entorno político. A partir de estas nuevas
condiciones, en el País se produjo una vigorización de los partidos. Nuevos
partidos se presentan una y otra vez a las próximas elecciones 2021,
consolidando sus posiciones legislativas y de gobierno, adquiriendo influencia
y una viabilidad que antes no tenían.
En oro contexto México debe
ser siempre viable como Nación justa y como País democrático respetado en el
mundo. El nuevo siglo XXI es la etapa en la que las mexicanas y los mexicanos
han resuelto llevar a cabo las transformaciones que nos permitan solucionar
nuestros problemas y en las que se sienten las bases para que cada ciudadano
hagan realidad sus legítimas aspiraciones.
Las nuevas formas de
convivencia democrática a la que aspiramos como País, solo podrán existir si se
asegura la eliminación de las barreras que impiden el ejercicio cabal de los
derechos fundamentales y de las libertades básicas de las personas, así como su
acceso a la igualdad real de oportunidades. Si no se construyen relaciones
políticas, democráticas y reciprocas en nuestra vida social, el tejido de
nuestra sociedad permanecerá frágil y fragmentado, producto de desigualdades
irreducibles.
Por otro lado la lucha por la
equidad social y de género, es en este momento de la vida nacional una de las
vías fundamentales para alcanzar una ciudadanía plena, acorde con un sistema
democrático efectivo, exento de discriminaciones que lo mutilen o lo socaven.
En su construcción se juega la calidad de vida de las personas y la legitimidad
misma de las instituciones. Resuelta innegable que la sociedad mexicana se ha
transformado y las instituciones políticas también; ahora contamos con un
electorado más informado, participativo y demandante que dará fe en los
próximas elecciones del 06 de junio 2021.
Concluyo: el pueblo demanda
estricta vigilancia y transparencia de los recursos destinados a los partidos
políticos, para que estos se apliquen solo a tareas partidistas con equidad de
género. “LA POLITICA NO PUEDE SUBORDINARSE AL PODER DEL DINERO”.