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Hoy es viernes, 22 de noviembre de 2024

Geohidrólogos calculan, como máximo, 5 años de vida para el acuífero de La Paz

·         Especialistas estiman que en el año 2050 el 80% del agua que consuman los paceños provendrá de desaladoras.

Geohidrólogos calculan, como máximo, 5 años de vida para el acuífero de La Paz

La Paz, Baja California Sur. El desarrollador de proyectos hidráulicos Ramón Aguirre Díaz, quien forma parte de un equipo técnico formado por 6 empresas que estudian la crisis hídrica del municipio, reveló que el acuífero de La Paz tiene un tiempo de vida máximo de 5 años, lo que coloca a la zona como la más próxima en alcanzar el “día cero”, es decir, el momento en que no exista agua suficiente para abastecer las redes que llevan el vital líquido a los hogares paceños.


Aguirre Díaz explicó en entrevista con Diario El Independiente que el alcalde Rubén Muñoz Álvarez gestiona la construcción de una planta desaladora para combatir la escasez de agua en La Paz, no sin antes acceder a un estudio financiado por el Fondo Nacional de Infraestructura, en el que participa, dijo, “el mejor geohidrólogo de México”, Rubén Chávez Guillén, con el fin de llevar a cabo un proyecto exitoso; el cual incluya un modelo integral de gestión en donde se tomen en cuenta mejoras en la operatividad del Organismo Operador Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de La Paz (OOMSAPAS), estrategias comerciales y ajustes administrativos.


“Al estudiar las fuentes de abastecimiento, nos encontramos que el acuífero de La Paz, que es el que le ha dado agua desde siempre a la ciudad, es un acuífero muy vulnerable, es un acuífero costero que tiene una fuerte intrusión salina […], y al entrarte agua de mar empiezas a contaminar el acuífero”, explicó Aguirre Díaz, quien detalló que, en 7 meses de estudio de dicho fenómeno, se ratificó que el acuífero “pudiera tener un colapso en unos tres, cuatro o cinco años”.


En este sentido, el especialista explicó que al extraer agua de los pozos conectados al acuífero se genera “un cono de abatimiento”, lo que provoca que el agua de mar se filtre con celeridad en el acuífero, “por eso estamos hablando de un periodo tan corto para que se colapse el servicio de La Paz”. Aguirre Díaz recordó que el agua del acuífero se encuentra a 40 metros por debajo del nivel del mar, lo que facilita, aunado a la sobreexplotación del recurso, el ingreso anual de hasta 6 millones de metros cúbicos de agua marina al acuífero.


Estos factores, consideró el desarrollador de proyectos hidráulicos, hacen que buscar una solución sea “un proyecto técnicamente interesante”, pero “preocupante para la ciudad”, pues el tiempo juega en su contra. Es así como “La Paz se convierte en la primera ciudad que puede tener el día cero en el país”, siendo el acuífero en cuestión el más vulnerable de los 7 que se hallan en alerta: San Quintín, Santo Domingo, El Bajío, Zona Lagunera, Ciudad de México, Mérida y “de los siete críticos, el de La Paz es el de mayor riesgo”.


Geohidrólogos calculan, como máximo, 5 años de vida para el acuífero de La Paz


Para detener el agua de mar que entra al acuífero, explicó Aguirre Díaz, pueden cavar pozos alrededor e interceptarla antes de llegar al acuífero, “de tal forma que esa agua la sacamos, no dejamos que siga entrando, y vamos a construir una desaladora: ese es el plan”. Insistió en que es un proyecto que necesita acelerarse y, en orden de prioridades, lo primero que se debe hacer es reubicar los pozos e interconectarlos con el acueducto de El Carrizal para hacer más eficiente la red de agua potable, sin embargo, a esto se le debe agregar “que todas las casas tengan micromedición” y “mucha voluntad política”, pues no hay tiempo que perder y el proceso de licitación se realizará en la siguiente administración. Se espera que en agosto de este año se lleven a cabo las licitaciones para la planta, con el objetivo de iniciar la construcción en los primeros meses del 2022.


Aguirre Díaz admitió que “un proyecto de este tipo se puede tardar tres o cuatro años en aterrizar”, sin embargo “este hay que aterrizarlo este año” por la condición crítica del acuífero de La Paz, por lo que se requiere de una gestión extraordinaria por parte de Muñoz Álvarez, dijo, “porque La Paz no tiene tiempo”.


El desarrollador estimó que hacer más eficiente la red de agua potable de La Paz, como parte del proyecto, requiera una inversión de 563 millones de pesos, mientras que la edificación de la planta rondará en los 480 millones de pesos, de los cuales, en ambos casos, el gobierno federal aportará el 49 por ciento y el resto debe cubrirse “a través de inversión privada recuperable” y la recaudación del OOMSAPAS, que para lograr que el plan funcione “tiene que ser de los [organismos] más eficientes del país”. En este punto, consideró que el organismo es capaz de financiar buena parte del proyecto, tomando en cuenta que en 2019 el OOMSAPAS recaudaba 24 millones de pesos al mes, y ahora alcanza hasta los 30 millones al mes, cifra que tiene “el potencial” de llegar a los 40 millones si el organismo opera con eficiencia y se reducen al máximo las pérdidas de agua, ya sea por fugas o falta de medición en varios hogares.


Finalmente, Aguirre Díaz adelantó que el proyecto, en su totalidad, cuenta con 4 etapas. La primera se trata del proyecto en cuestión, la desaladora, así como la mejora del OOMSAPAS, lo que asegurará agua para La Paz hasta 2033, la segunda, tercera y cuarta etapa se realizarían en Punta Prieta, para llegar a una solución en la obtención del líquido hasta el año 2050, cuando el 80 por ciento de agua que consuman los paceños venga del de mar.