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Hoy es sábado, 23 de noviembre de 2024

En privado

• Graves consecuencias.


Es indudable que, al menos en lo que respecta a Baja California Sur, el proceso electoral de este año, el cual se celebrará el 6 de junio próximo,  no está a pedir de boca para el partido Morena, --digamos--, como lo estuvo aquel domingo 1 de julio de 2018. En pocas palabras, la mesa, --como muchos diputados de Morena que buscan reelegirse lo creen--, no está servida.

 

En efecto, la mesa pudo haber estado servida, sí. Pero se han dado tantos sobresaltos y agitaciones políticas, que justamente será lo que en un momento dado pudiera ocasionar un quebranto para Morena en nuestro estado, lo que sería un golpe muy duro para ese partido, que de cualquier manera en la elección anterior obtuvo una envidiable mayoría no solo aquí, sino en todo el país.

 

Y es que, incluso basado en el comentario que reiteradamente he hecho, respecto a que luego de que un partido político obtiene el poder de manera indiscutible, --tal como lo fue el caso del PRD en BCS en el proceso electoral del domingo 7 de febrero de 1999,  y como es el caso actual de Morena luego de obtener el triunfo en casi todo el país--, siempre, ya después de que el partido se posiciona, los golpes más fuertes surgen del interior del partido de que se trate, es decir los golpes provienen de sus propios militantes.

 

Pidiendo perdón por la reiteración, pero debo hacerlo, he dicho también que a partir de ahí, --por consecuencia-- es cuando surgen los desencuentros. Y tras ello las desbandadas y los enfrentamientos. Y ya por último observamos el debilitamiento del partido en cuestión. Como sucedió justamente con el PRD aquí, que hasta la fecha no puede levantarse.

 

Y lamentablemente para Morena, es lo que le ha venido ocurriendo de un tiempo a la fecha,  luego de que a la luz pública han ventilado las fricciones y los enconos que se están dando entre ellos mismos, lo que seguramente, y sin que yo pretenda ser ave de mal agüero o un pitoniso, al final de cuentas serán ellos mismos quienes cumplan con esa sentencia a la que sin quererlo de manera reiterada hago alusión.

 

Para ilustrar el escrito de hoy, y a modo de aclarar aquello de que la mesa no está servida, les diré que en primer lugar, esta vez, es decir en el proceso electoral de 2021,  no estará encabezando las boletas Andrés Manuel López 0brador, y que por consecuencia, aquel efecto de la bola de nieve que se dio en el 2018, es muy difícil que se de este 6 de junio.

 

En segundo lugar debo destacar aquellos tarascones a los que hice alusión en una entrega anterior y que a diestra y siniestra lanzó Rubén Muñoz en su afán de asirse a cualquier candidatura de cualquier partido político, y donde muchos militantes y simpatizantes de Morena seguramente descubrieron el poco afecto que un gran personaje como el mencionado le tiene a ese partido y por ende la escasa credibilidad que su persona inspira.

 

En tercer lugar no podemos pasar desapercibido el gran daño que le han causado a Morena los berrinches, los pucheros y las corajinas que repetidamente brotaron de la señora presidenta Armida Castro Guzmán y de lo cual ya todos estamos enterados.

 

En cuarto lugar ubicamos los manotazos de Leonel Cota Montaño, que pese a las llamadas de atención del jefe mayor, (léase AMLO), ha estado jugando el ajedrez político, moviendo sus piezas claves que ya son de todos conocidas, y todo ello en su afán perverso de dar jaque mate a quien ya sabemos.

 

Finalmente, en el quinto sitio citaremos los desequilibrios y exabruptos del dirigente de Morena Alberto Rentería Santana, cuyos enfrentamientos, con indiscutibles asomos de misoginia, han traído graves consecuencias tanto para su persona como para su partido, lo mismo que para la señora presidenta.

 

Y aquí, las graves consecuencias saltan a la vista por dos razones fundamentales. Una, porque con sus actuaciones, Alberto Rentería Santana frenó prácticamente las aspiraciones de Armida Castro Guzmán, y dos, al asegurarse que quedará inscrito en el Registro Nacional de Personas Sancionadas en materia de Violencia Política en Razón de Género por un lapso de tiempo de tres años, lo que lo imposibilita a ser candidato y ocupar un cargo interno en MORENA, cuando sabemos que su aspiración estaba en una diputación federal.

 

Frente a este panorama, tal vez con justa razón e ignorando todos esos golpes bajos, el Coordinador para la Defensa de la 4T, Víctor Castro Cosío dice no encontrar de fondo una explicación a la denuncia interpuesta por Armida Castro. Aun cuando reconoce que es un asunto complicado y deja a la opinión pública su valoración personal y a nivel jurídico: "alguien que me explique cuál es el hecho en sí mismo para que a una persona le quiten sus derechos políticos, se me hace un exceso", puntualizó Víctor Castro.

 

En síntesis, a las claras se observa que muy a pesar de la vasta experiencia que dentro del argot político han obtenido, todos estos personajes han olvidado que en todo proceso electoral siempre está presente la posibilidad de la victoria y el riesgo de la derrota. Olvidando también que toda acción que realicen, positiva o negativa, tiene una reacción y  por lo consiguiente con esa acción ayudan o destruyen. Y en este caso, lo único que hacen es abonar a ese gran bloque opositor que tienen enfrente.

 

Un gran bloque opositor, que como ya se ha dicho, se trata de un gran movimiento cívico que se ha venido construyendo desde hace ya tiempo rumbo al proceso electoral 2021 donde como es del dominio público se han coaligado tres partidos nacionales y dos locales, advirtiéndose que el enemigo a vencer es solamente uno: Morena, que ha sido considerado desde el 2018 como el monstruo de mil cabezas.}

 

Sin embargo en cada movimiento y en cada acción de los altos personajes políticos mencionados, pareciera que frente a la humildad y la sensibilidad anteponen el envanecimiento y la arrogancia, sin descartar la tozudez, lo que pudiera tener graves consecuencias en la mente de los electores al emitir su voto el 6 de junio.

 

Y en todo este cataclismo político que han llevado hasta las últimas consecuencias, saben perfectamente que el gran y único perdedor se llama Víctor Castro Cosío.

 

¿Será acaso lo que quieren? Pues a veces los deseos se cumplen.

 

Cuestión de tiempo.