• Desde 1942 la Secretaría abrió sus convocatorias para el servicio de Sanidad Naval a mujeres; en la institución hay 12 mil 144 marinas; se dicen orgullosas por su incursión en la Marina
CIUDAD DE MÉXICO.-La incursión de las mujeres
dentro de la Marina-Armada de México (Semar) a través de los años, ha sido más
de esfuerzo, constancia y coraje para alcanzar mandos y grados altos dentro de
la institución.
El primer registro que se tiene dentro de los
archivos navales, señala que en 1942 se abrieron las convocatorias
para el servicio de Sanidad Naval que incluían a mujeres para el
servicio de enfermería y afanadoras.
Años después, en los sesenta, se abrieron las
contrataciones en la Dirección General de Seguridad Social para
oficinistas; posteriormente, se contrató personal a nivel técnico y
licenciatura, adquiriendo distintos grados en la jerarquía naval.
Para 1961 en el Puerto de Veracruz, se creó
la Escuela de Enfermería de la Armada de México. Más tarde, dos mujeres,
por primera vez, realizaron el Curso Básico de Paracaidismo
Militar en 1982. Siete años después, una de ellas, la Cirujano Dentista
Clara Edith Hernández Santiago obtuvo el grado de Contralmirante del Servicio
de Sanidad Naval, lo que la convirtió en la primera y única mujer en lograrlo.
La primera mujer en embarcarse fue una
Teniente de Corbeta Servicio de Ingenieros de la Armada,
en 1975. En esa fecha, estuvo en el buque oceanográfico Virgilio
Uribe, en un crucero de investigación científica, realizado en el Golfo de
México. A partir de esa fecha, las mujeres del área de oceanografía pudieron
permanecer hasta un mes en embarcaciones de la Institución.
Actualmente la Secretaría de Marina-Armada de
México (Semar) cuenta con 12 mil 144 mujeres, de las cuales 1 mil 502
son operativas y 10 mil 642 administrativas. Ellas han obtenido un grado
naval militar correspondiente a su nivel académico, o a través del Sistema
Educativo Naval, al mismo tiempo que han laborado tanto en unidades
administrativas como operativas.
En 2010, se incorporó personal femenino a las
unidades de Infantería de Marina, para realizar funciones de revisión y
conducción de mujeres y niños en los puestos de revisión y en 2011 se graduó la
primera mujer en Fuerzas Especiales.
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EL
CIELO NO ES UN LÍMITE
Virginia Acevedo Ramírez y Amarna Aurora Hernández
Dekin, tienen una historia casi parecida, una historia de perseverancia,
constancia, inseguridad y miedo que les ha ayudado a rebasar sus metas.
Las dos efectuaron el Curso de Sección y Compañía
Marítimo del 18 de enero al 12 de febrero del 2021 que se enfoca a entrenar tropas
de Infantería de Marina para que puedan llevar a cabo las funciones básicas de
un desembarco anfibio.
La marina Amarna Aurora Hernández Dekin, es
integrante de la Infantería de Marina, de los rudos de la Armada de México,
este grupo que lo mismo puede estar en operativos contra el crimen organizado,
como estar ayudando a la población en desastres naturales.
Para ella estar dentro de las filas de la
Infantería de Marina, es un sueño que se ha cumplido desde que era niña, ahora
tiene un sueño más, entrar a estudiar a la Universidad Naval.
“Uno de los orgullos más grandes que yo
personalmente puedo tener, es pertenecer al cuerpo de infantería, ya que es un
cuerpo que fue estigmatizado durante mucho tiempo, cómo sólo masculino y el
hecho de pertenecer a este cuerpo y que se te dé la oportunidad de demostrar
tus capacidades y habilidades está increíble”.
Su familia y hermanos que no ha visto de manera
presencial, desde que inició la pandemia, le inspira a seguir adelante en sus
proyectos para poder ser inspiración de muchas mujeres que la admiran por tener
un uniforme naval.
“Somos muy capaces de lograr todo
lo que nos propongamos ya que no hay límites que el único límite es el cielo y
ni siquiera porque, la mujer, la primera mujer astronauta que va a ir a marte,
pues es mujer”.
Algo similar vive la marina
Virginia Acevedo Ramírez, integrante de Infantería de Marina, quien antes de
entrar a sus filas, se catalogaba una mujer insegura y llena de miedos, algo
que ha cambiado por completo.
Es un reto el poder tener
igualdad, en este caso con los hombres, poder decir, yo también puedo, no por
el hecho de poder ser mujer, entonces si me siento comprometida con la
institución y más con el país de dar lo que se pide”.
Para ella, sin importar que sea
por aire, tierra o mar, deben alcanzarse las metas que se impongan a pesar de
que se siga teniendo miedo.
“Creo el miedo siempre existe no,
no solamente allá afuera, cómo persona, creo el miedo siempre va a existir y
pues en lo personal en mí, el miedo es más al fallar en esta institución”.
Virginia y Amarna Aurora,
compiten diariamente al tú por tú con sus compañeros de equipo, no por la
supremacía de quién puede más; sino para alcanzar las metas que se han trazado.