• Los restauradores advirtieron el peligro y pidieron proteger la techumbre
CIUDAD DE MÉXICO.-El incendio ocurrido en el Templo del Apóstol Santiago de Nurio,
Michoacán, el domingo pasado, que sólo dejó cenizas y muros de ladrillo y
argamasa, pudo evitarse si las autoridades de la Dirección de Sitios y
Monumentos de la Secretaría de Cultura
federal (SC) y del Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH) hubieran escuchado la voz de los restauradores que, en los
más recientes trabajos de recuperación, sugirieron que se aislara el tejamanil
y se protegiera la techumbre con materiales del siglo XX, y así evitar alguna
posible conflagración”, dijo el promotor cultural y museólogo José Carlos
Canseco.
Dicha restauración, realizada en 2016, contó con
recursos de instituciones privadas, y hoy sabemos que no se escuchó aquella
opinión. Incluso, las autoridades de aquel momento –donde ya figuraban Diego
Prieto y Arturo Balandrano– recibieron información de un conato de incendio a
causa de un cohete lanzado durante una fiesta patronal, “lo cual fue un aviso
de lo que podría suceder”.
Se sabe que “restauradores y expertos insistieron en
que se protegiera la techumbre del templo con materiales del siglo XX, dado que
en todas las iglesias del país las fiestas patronales se realizan en atrios o a
los costados de los templos, donde siempre hay fuegos artificiales y cohetes
que pueden propiciar alguna conflagración”. Sin embargo, tanto el INAH como
Sitios y Monumentos optaron por dejar la techumbre del templo con los
materiales originales del siglo XVI.
El también coordinador del grupo El Caballito Conservación solicitó que tanto el INAH
como Sitios y Monumentos tomen en
cuenta este caso para futuras restauraciones. “Esperamos que esto sirva de
reflexión para analizar las propuestas de restauración contemporáneas y así
proteger y resolver asuntos de prevención, tal como no sucedió en este
templo”.
Además, aseveró que este caso amerita una reunión de
expertos para elaborar un plan detallado y completo para su posible
recuperación.
Nuestra preocupación es que
quisiéramos ver una postura definida, valiente, asertiva y responsable por
parte de la SC y del INAH, convocando a expertos para proponer la
reconstrucción de este tesoro convertido en cenizas, ya que esto amerita una
reunión de expertos, de arquitectos e historiadores del arte que conocen el
registro con que cuenta el INAH y presentar un proyecto muy sólido de
reconstrucción. Pero hasta el momento, no lo han comentado”, concluyó.