La Paz, Baja California Sur.- Se cumple un año del primer registro de un contagio de Covid19 en Baja California Sur (BCS). El gobernador, Carlos Mendoza Davis, informó el 21 de marzo del 2020 que detectaron el primer caso en Los Cabos; a partir de ahí comenzó la cadena de contagios que afectó a los sudcalifornianos en todos los sectores y ámbitos de su vida. 

Este primer caso se trató de un extranjero que llegó a Los Cabos a casarse; su esposa resultó contagiada; ambos fueron atendidos en un hospital privado y pudieron salir adelante. A la fecha, la Secretaría Salud tiene registrados  27, mil 217 casos de contagio, de los cuales, mil 346 han fallecido; el 40 por ciento de las muertes han ocurrido en lo que va de este año. 

Y es que la situación se agravó tras las fiestas decembrinas del 2020, que incluso ocasionó un retroceso al semáforo naranja. 

La emergencia sanitaria obligó a la implementación de protocolos sanitarios en todos los ámbitos y supuso un cambio en los hábitos y en la cotidianidad de la mayor parte de los sudcalifornianos: en el sector público, empresarial, religioso, en donde hoy la constante son las medidas de desinfección, aerosoles y cubrebocas. 

La pandemia evidenció las deficiencias en el  sistema de salud mexicano, y en el caso de Baja California Sur, fue notoria la falta de médicos especialistas y generales, así como la falta de infraestructura para este tipo de emergencias; la falta de insumos, material de trabajo y la situación que se agudiza en las zonas rurales, rancherías y más aisladas de los núcleos urbanos. 

Después del primer contagio en México, el 27 de febrero, en BCS las autoridades no implementaron sino hasta 20 días después los filtros de seguridad en aeropuertos del estado; el 15 de marzo se instaló apenas en Los Cabos. 

Hay que recordar que en Mulegé, ciudadanos bloquearon la carretera federal para buscar impedir la entrada al estado, luego de que advirtieran que no había autoridades operando filtros sanitarios para evitar contagios; una situación similar ocurrió en Todos Santos y Loreto. 

Aunque la directora del Centro Estatal de Salud Mental y Adicciones (CESMA), Esthela Castro Terrazas, advirtió a inicios de la pandemia que el confinamiento podría propiciar un mejor entendimiento entre los miembros de la familia, “ser un espacio para estrechar lazos de confianza, paciencia y amor”, el resultado no fue así. 

El Observatorio Cómo Vamos La Paz, informó recientemente que durante la pandemia incrementó gravemente la violencia intrafamiliar, con casi 2 mil 500 denuncias por este delito y más de 6 mil llamadas de emergencia de mujeres pidiendo auxilio. 

Durante este año de la pandemia causó polémica la detención de un joven que pretendía ingresar sin cubrebocas a un mercado, motivo por el cual fue detenido y encarcelado; las autoridades determinaron “toque de queda”, la prohibición de actividades nocturnas, excepto de emergencia y establecieron filtros de seguridad especialmente en La Paz, incluso el gobernador anunció multas para quien desacatara las medidas. 

En este tiempo han prevalecido los reportes de fiestas particulares, con al menos una decena de reportes telefónicos diarios, muchos de los cuales no son atendidos, situación que ha provocado el reproche de ciudadanos hacia autoridades. En opinión del subsecretario de Protección Civil, Carlos Godínez, los llamados son tantos que no se dan abasto para atenderlos. 

Ocurrieron así fiestas masivas como bodas, cumpleaños o festejos de cualquier tipo que implicaron multas económicas para los hoteles y para los responsables. 

Las autoridades de los tres niveles han sido cuestionadas por ciudadanos quienes advierten la falta de atención para hacer cumplir los protocolos, incluso por la instalación de filtros policíacos que no cumplen con la verificación al transporte. 

Ante el confinamiento, en BCS como en la mayor parte de los países, las clases tuvieron que ser y siguen siendo en línea, con lo que se atendió a una población, pero quedó excluida el sector que no cuenta con la conectividad necesaria ni el equipo adecuado. En BCS existe un amplio número de rancherías y zonas rurales en donde se dificulta la conectividad, lo que ha impedido el desarrollo adecuado del sistema educativo en línea. 

Por la pandemia, la economía se vio seriamente afectada. En octubre del año pasado, el gobernador  informó que BCS  registró pérdidas por al menos mil 250 millones  hasta entonces. Autoridades de los cinco municipios advirtieron de la falta de ingresos propios, que agudizó la crisis económica que enfrentaban, con excepción del municipio de Los Cabos, que sigue representando el motor económico de BCS. 

Para hacerle frente a la escasez de recursos por el desempleo, el Gobierno estatal con sectores sociales aliados puso en marcha el programa Alianza Comunitaria, que se encargó de entregar despensas en las zonas más afectadas del estado. 

El pasado 12 de enero llegaron a la entidad las primeras dosis de vacuna anticovid para iniciar el 13 de enero con la vacunación, sin embargo vuelven a parecer las deficiencias en el sistema y la falta de comunicación, pues de los 5 municipios, a la capital del estado la han excluido del proceso de vacunación, sin dar explicación alguna del porque a La Paz no le ha tocado parte de las casi 40 mil dosis recibidas.

A un año de la pandemia, especialistas y ciudadanos señalan que BCS, por su aislamiento, su ubicación geográfica, pudo haber sido ejemplo a nivel nacional si el establecimiento de protocolos sanitarios se hubiesen implementado con mayor anticipación.