La Paz, Baja California Sur. La pobreza laboral que el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) define como el número de personas cuyo ingreso laboral es inferior al valor de la canasta alimentaria en México, aumentó en Baja California Sur (BCS) casi 10 por ciento durante el cuarto trimestre del 2020, alcanzando el 26.4 por ciento del total de sudcalifornianas y sudcalifornianos económicamente activos en el estado.

Mientras la pobreza natural creció de manera general en todo México durante la pandemia, BCS destaca como el estado donde más aumentó la pobreza laboral, escalando un 9.1 por ciento, siendo superada sólo por dos estados de la república: Quintana Roo, con un incremento del 14.7 por ciento; y Ciudad de México, con 10.4 por ciento.

Esto quiere decir que a más de una persona por cada cuatro que trabajan en BCS simplemente no le alcanza para cubrir el costo de la canasta básica con su salario.

Además de la pérdida del empleo, otros factores para este comportamiento son las llamadas “líneas de pobreza extrema por ingresos”, o mejor entendido como el valor de la canasta alimentaria, que llegó a 6.1 por ciento en zonas urbanas y a 7.6 por ciento en zonas rurales de BCS. Ambas variaciones son mayores a la inflación anual del 3.5 por ciento. El ingreso laboral per cápita disminuyó 21.1 por ciento entre el tercer trimestre de 2019 y el tercer trimestre de 2020, al pasar de 3 mil 94.19 pesos al mes a 2 mil 441.47 pesos constantes.

El año pasado, las autoridades estatales se jactaban de ser la entidad con menor pobreza laboral en el país; sin embargo, la dependencia de la economía sudcaliforniana en los servicios turísticos afectó de manera significativa a BCS durante la contingencia sanitaria.

El ingreso laboral per cápita de las y los sudcalifornianos disminuyó 21.1 por ciento entre el tercer trimestre de 2019 y el tercer trimestre de 2020, al pasar de 3 mil 094 pesos a 2 mil 441 pesos constantes.

En 2019, BCS era la entidad con menor pobreza laboral en el país, su población en pobreza laboral pasó del 17.4 por ciento en aquel año a 26.4 por ciento de la población en 2020, subiendo cuatro peldaños en el estado con mayor porcentaje de su población en pobreza laboral.

“Una caja de pañales me cuesta mil cien pesos, simplemente no me alcanza”, expresó una mujer que dice trabajar en una tienda de autoservicio y ganar poco menos de 3 mil pesos mensuales. “Mi esposo y yo trabajamos y tengo que vender cosas en internet para sacar suficiente”, expresó, indicando que no ven la forma de completar pagos como la renta o el teléfono.

“La renta, la ropa del niño, la comida, no nos alcanza”, expresó, dejando saber que su marido es enfermero de uno de los servicios públicos de salud en el estado, y añadió que su pareja gana poco más de dos mil pesos y que el gobierno no le paga desde hace meses, pero no se quejan por miedo a su empleador: el Gobierno de México. “Está ahí en suplencias para ver si alguna vez le dan una plaza, pero para mí todo está amañado. ¿Qué nos queda sino seguirle?”, lamentó.