• El Met le envió ‘Carta de amor’, de Kajita Hanko, al MoMA, en tanto éste dedicó ‘Los amantes’, de Magritte, a varios recintos, entre ellos el mismo Met, la galería Neue y el Guggenheim.
Agencia
Ciudad
de México. Guardianes del arte de Nueva
York enviaron declaraciones amorosas a través de la iniciativa #MuseumLoveLetter que
impulsan varios recintos, entre ellos el Metropolitano, el Guggenheim y el de
Arte Moderno, el cual eligió mostrar el beso retratado por René Magritte con
los rostros protegidos en el encuentro por mantas blancas.
La
celebración de San Valentín es la ocasión para compartir obras maestras, flores
y símbolos históricos para multiplicar amor, en lugar de odio, en redes
sociales como Twitter, Facebook e Instagram.
“¿Quieres
ser mi Valentín?”, es tradicionalmente la pregunta para invitar a una cita el
14 de febrero, día de los enamorados, en honor al mártir romano, mientras en la
simbología popular las flechas del dios Cupido apuntan caprichosas hacia el
corazón.
etiquetaron
el 10 de febrero unos a otros al enviarles sus muestras de afecto acompañadas
por alguna obra de arte, como si fuera un regalo al mejor amigo.
“Las
rosas son rojas, las violetas azules. Museos de Twitter, te amamos”, es uno de
los versos que se incorporan en la misiva digital que fue tendencia global y en
la que se unieron en otros lugares del mundo, entre ellos la biblioteca de la
catedral de Durham, en Inglaterra, o el planetario Adler, en Chicago.
Vincent
van Gogh no envió una oreja como hizo a su amigo Paul Gauguin. El museo en
Ámsterdam que lleva su nombre prefirió a una pareja que se corteja entre
senderos arbolados. “Esta pintura ha viajado por todo el mundo para compartir
amor” hasta el Orsay parisino, el de Bellas Artes en Boston y la Galería
Nacional en Washington. La fantasía de cualquier curador se vería satisfecha
con tal entusiasmo orgiástico.
Los
amantes aparecen en la pantalla. Como los del Museo Metropolitano de Arte
(Met), que entre su colección propone la Carta de amor, hecha
en 1906 por Kajita Hanko, con dedicatoria para su “compita” el Museo de Arte
Moderno (MoMA).
El
emblemático Parque Central ruega que acepten unas rosas blancas tomadas de su
jardín Shakespeare, porque, tratándose de amantes, no puede faltar el
dramaturgo y poeta inglés, de quien ofrecen versos de la trágica Julieta: “¿Qué
hay en un nombre? Eso que llamamos rosa tendría la misma fragancia con
cualquier otro nombre”.
La
flor arrancada de donde cayó el rayo de Cupido ha sido enviada por el Ballet de
Nueva York, con una foto del bailarín y coreógrafo Arthur Mitchell tomada en
1966 por Martha Swope. “¡Estamos enamorados de su impresionante archivo digital
de imágenes!”, frase que acompaña su mensaje.
“¡Me
vuelves loco!”, responde la Sociedad Histórica a la galería Neue, que antes le
envió una postal, besitos y abrazos incluidos. La muestra amorosa incluye a
unos pingüinos, emblema del compromiso en relaciones duraderas.